Talgo confirma que ha recibido una propuesta de la checa Škoda para fusionarse, pero pide una oferta económica

El acercamiento de la firma del grupo PPF plantea una “combinación de negocios y de integración industrial”

Un tren Talgo.

La batalla por el fabricante de trenes Talgo se ha desatado. La compañía ha confirmado que ha recibido una propuesta de “combinación de negocios y de integración industrial” por parte del grupo checo Škoda Transportation, tal y como ha notificado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) antes de la apertura del mercado bursátil. En los primeros minutos de negociación, la acción se revaloriza un 1,25%.

Según adelantó ayer este periódico, el conglomerado checo estaba realmente interesado por las capacidades de Talgo y avanzaba en los contactos tanto con la empresa como con el Gobierno. De momento, ha planteado una propuesta de “combinación de negocios y de integración industrial”. El papel del Ejecutivo de Pedro Sánchez ha sido clave en la búsqueda de opciones para tratar de frenar la opa lanzada el 7 de marzo por la húngara Ganz Mavag, propietaria del fabricante Magyar Vagon.

Talgo explicita en su comunicado que la propuesta de Škoda no contiene aún “una oferta económica”, por lo que “con el fin de poder valorar ulteriores pasos, ha solicitado a Škoda información detallada de la propuesta y, en concreto, que indique si implica el ofrecimiento a los accionistas de la Sociedad de una contraprestación superior a la ofrecida por GanzMavag Europe Zrt en la opa anunciada el pasado 7 de marzo y si ésta se satisfaría en efectivo, y que explique sus actuales capacidades industriales y financieras”. De las líneas firmadas por la empresa que preside Carlos de Palacio se intuye claramente la petición de una propuesta en efectivo por encima de los 5 euros que está dispuesto a pagar Ganz Mavag.

Si el Gobierno español ha mostrado su frontal oposición a la ofensiva húngara, en la que se incluye capital estatal a través del fondo Corvinus (45% del capital del consorcio), el intento de adquisición checo goza de sus bendiciones. El Consejo de Ministros tiene capacidad de veto a una opa extranjera gracias a un blindaje en vigor hasta final de año, regulado a través del real decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones exteriores, que fue creado para evitar el abordaje de capital extranjero a empresas debilitadas por la pandemia y, posteriormente, por los efectos de la invasión rusa de Ucrania. Eso sí, debe argumentarse la posición contraria, que se apoyaría en un informe que desde hace meses elabora la Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex), dependiente de la Secretaría de Estado de Comercio. La cercanía en las últimas semanas del primer ministro húngaro Víktor Orban, ya como presidente del Consejo de la UE, al presidente ruso Vladimir Putin no ha hecho más que intensificar el rechazo gubernamental a la opa de Ganz Mavag.

El Ministerio de Transportes que lidera Óscar Puente es el que ha estado en los últimos meses en la tarea de armar una alternativa a la opa húngara. Se teme que esta última pueda tener vínculos con Rusia, ante lo que se trata de defender el carácter estratégico de Talgo y su tecnología crítica. Destaca el eje de ancho desplazable que permite a sus trenes de alta velocidad rodar por distintos anchos de vía y, por tanto, saltar fronteras entre países.

Tras constatar el desinterés de fabricantes asentados en España como Alstom, Stadler y CAF, el grupo Škoda se convirtió en favorito. Los contactos se han llevado con discreción y fueron acelerados en las últimas semanas. Presionaban los más de cuatro meses que acumula la oferta de Ganz Mavag desde que fue presentada ante la CNMV. Y también el deseo de venta de los principales accionistas, y la urgencia de Talgo por solucionar su problema de falta de capacidad en las dos fábricas españolas.

¿Batalla de opas?

La que es aún única oferta oficial, la de Ganz Mavag, fija un precio de 5 euros por título. Una cantidad que el núcleo duro de Talgo está dispuesto a aceptar. De salida hay al menos un 40%, que es el que integran el fondo Trilantic y las familias Abelló y Oriol, cuyas participaciones están concertadas en el fondo Trilantic. En la nota enviada al regulador, se pregunta a Škoda si está dispuesta a superar esos 5 euros (619 millones por el 100%).

Pese a que la opción checa no trae consigo, de momento, la contraprestación económica requerida, fuentes cercanas a la operación afirman que se está armando una oferta. Detrás, con un papel de minoritario, estaría el holding español de inversiones CriteriaCaixa. También permanece en la recámara el grupo industrial Escribano, especialista en tecnología de defensa y seguridad, que ya comparte capital con el Estado en Indra (8% y 28%, respectivamente).

De cristalizar el interés checo en una oferta económica, podrían darse distintos escenarios. Entre los más previsibles, el primero es el de Škoda compitiendo en ofertas con Ganz Mavag. Y el segundo es el de Skoda jugando en solitario tras un rechazo del Gobierno al proyecto húngaro. En cualquier caso, los 5 euros por acción parecen un obligatorio punto de partida.

Capacidad industrial

Respecto a la capacidad industrial de Škoda, de sus fábricas salieron el año pasado 400 vehículos, un 88% más que en 2022, y las horas de producción aumentaron un 16% interanual, hasta los 5,1 millones. Su desafío, según el consejero delegado, Petr Novotný, es mejorar en eficiencia y situar a la empresa en la vanguardia tecnológica. La inversión en I+D el año pasado fue de 85 millones.

En la cesta de productos de Škoda Transportation, punta de lanza del grupo Škoda, se encuentran autobuses eléctricos y a hidrógeno, tranvías, trolebuses, locomotoras eléctricas y trenes suburbanos. Además, tiene una división de señalización y soluciones para la movilidad inteligente, y de digitalización del control y diagnóstico de vehículos. Pero carece de un tren de alta velocidad, segmento que aportaría Talgo. Ambas son complementarias, también por mercados, y los gobiernos checo y español tienen excelentes relaciones.

La división Škoda Transportation perdió el año pasado 78 millones, en comparación con los 132 millones ganados en 2022. Sus ingresos, por el contrario, mejoraron un 46,5%, hasta los 1.136 millones. Se trata de cifras que mejoran si se suma la aportación de la alianza con la turca Sabanci Holding en la firma de autobuses Temsa.

La sede industrial más fuerte del nuevo pretendiente de Talgo se encuentra en Pilsen, al oeste de Bohemia (República Checa). Además, cuenta con importantes fábricas en Ostrava, donde se está elevando la capacidad anual de 50 a 300 máquinas anuales, y en Šumperk, talleres dedicados a la remodelación de trenes. Fuera de República Checa opera en Alemania, Austria, Eslovaquia, Italia, Finlandia, Hungría o Polonia. Sus máquinas se han vendido en medio centenar de países.

La plantilla del fabricante checo está formada por 7.300 personas, frente a los 3.300 trabajadores que emplea Talgo. Pero la primera atiende una cartera de pedidos valorada en 3.200 millones mientras que la española atesora una reserva de contratos por un total de 4.200 millones. Entre los mayores encargos a Skoda destaca el de 370 coches para la italiana Trenitalia por 732 millones de euros. Otros proyectos en cartera son el de 200 tranvías para la ciudad de Praga por 630 millones, un paquete de trenes nocturnos para la finlandesa VR y el suministro de vehículos de metro a la ciudad de Sofía (Bulgaria). La empresa vende en el exterior el 60% de su producción.

La propuesta de concentración llega después de que Škoda haya invertido en la ampliación de algunas de sus plantas. En la de Pilsen, a escasos metros de la histórica fábrica originaria de Škoda, con 165 años, fueron invertidos 80 millones.

Su plan choca con el de Ganz Mavag, que asegura tener capacidad excedente en Hungría para que Talgo dé respuesta a sus clientes y logre situar sus ingresos por encima de los 1.000 millones de euros, desde los 652 millones del cierre de 2023. El consorcio planea clonar la planta de Talgo de Rivabellosa (Álava) en la localidad húngara de Dunakeszi (Hungría), donde el fabricante Dunakeszi Jarmüjavító (DJJ), filial de Magyar Vagon, cuenta con capacidad ociosa. Sus 68.000 metros cuadrados, donde se ensamblan trenes ligeros y de mercancías, superan los 64.000 metros cuadrados que totalizan las dos plantas españolas de Talgo, en Las Matas (Madrid) y la citada de Rivabellosa.

Un potente grupo inversor detrás

Un 85,7% de Grupo Škoda está en manos del conglomerado inversor PPF desde 2017. Su posición es de crecimiento en el área del material rodante, con operaciones como la toma el pasado mes de mayo de Cegelec, firma de componentes eléctricos de la francesa Vinci. El año pasado también adquirió la austriaca Molinari Rail y la belga The Signaling Company para reforzar a Škoda.

Tras el fallecimiento en marzo de 2021 del propietario y fundador de PPF, Peter Kellner (56 años), fue su viuda, Renáta Kellnerová, la que tomó las riendas junto al consejero delegado Jiří Šmejc. La de Kellner es la mayor fortuna de República Checa, con más de 17.000 millones, y la firma que fundó tiene activos bajo gestión por un valor de 43.000 millones.

Entre las últimas decisiones estratégicas de PPF figura la venta de la actividad de crédito al consumo en Asia (Home Credit en Filipinas e Indonesia) y el enfoque hacia el desarrollo en los mercados occidentales. También se abandonó Rusia, en PPF se insiste que de forma voluntaria, en el marco de la invasión de Ucrania. El impacto de este último movimiento para el grupo fue de 1.200 millones en el ejercicio 2022.

Las ganancias de PPF el año pasado alcanzaron los 1.500 millones, convirtiéndose en el mayor beneficio desde 2008. Además de contar con Skoda, el grupo tiene presencia en las telecomunicaciones (Cetin y O2), servicios financieros (PPF Banka y Air Bank), biotecnología (Sotio), medios de comunicación (Central European Media Enterprises) y en el sector inmobiliario.


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