Iberdrola invertirá 36.000 millones hasta 2026 y promete un dividendo hasta un 27% mayor
La eléctrica española pone el foco en redes, que se llevan el 60% de las inversiones, y será más “selectiva” en renovables. El almacenamiento se lleva 1.500 millones
La mayor eléctrica europea, Iberdrola, se ha comprometido este jueves a invertir 36.000 millones y a elevar su dividendo entre un 17% y un 27% hasta 2026. Así lo ha comunicado en la presentación de su nuevo plan estratégico, en Londres, que refuerza las inversiones en redes —con retornos mucho más previsibles y estables— y tiene el foco en las economías avanzadas. A los 36.000 millones hay que sumar otros 5.000 que pondrán los socios financieros con los que va de la mano en muchos proyectos —en su mayoría, fondos de inversión— y que irán a parar íntegramente a renovables.
El 60% de su inversión neta, unos 21.500 millones de euros, irán a parar a redes. Los activos totales de la compañía en este capítulo se dispararán, así, un 38%, hasta los 54.000 millones. El 90% de ellos, con “marcos cerrados” —es decir, con contratos regulados, con una remuneración tasada— en 2025 y el 80% en 2026. Ocho de cada diez euros que gana en este negocio están, según sus cifras, protegidos frente a la inflación y las subidas de los tipos de interés.
La distribución geográfica de la inversión en redes estará claramente inclinada hacia el mundo anglosajón. Estados Unidos se llevará el 44%, el Reino Unido un 25%, Brasil un 21% y España un 10%. En este último caso, tanto el presidente como el consejero delegado de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán y Armando Martínez, respectivamente, han aprovechado la presentación para pedir al Gobierno español aumentar la retribución de las redes. “La remuneración está muy por debajo de lo que tenemos en otros países. Estamos en negociaciones para poder invertir más y que esta remuneración quede en línea con otros países”, ha dicho el primero.
“Para cumplir el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima [PNIEC], la inversión en redes debe doblarse, hasta los 53.000 millones de aquí a 2030. El Reino Unido o EE UU ofrecen tasas de retorno de entre el 7,5% y el 9%, mientras que España es de solo un 5,6%”, ha completado Martínez. Por cada euro invertido en renovables, dice, deben destinarse 1,25 a redes.
Actitud “selectiva” en renovables
El acelerón es menor en renovables, que se ha llevado el grueso de las inversiones en los últimos años. Aquí, Iberdrola reconoce apostar por una “inversión selectiva”, con una inversión propia de 15.500 millones de euros hasta 2026. Todo ese dinero irá a parar a proyectos que ya están en construcción y más de la mitad se lo llevará un único ámbito: el de la eólica marina, con proyectos en EE UU y el Reino Unido —dos mercados clave para la compañía—, pero también en Francia y Alemania, donde se abre paso con fuerza. La eólica terrestre se llevará el 28% y la solar, más barata pero también más expuesta a la creciente canibalización de precios, el 18%.
Por geografías, el Reino Unido será el primer destino de la inversión en renovables (28%), seguido por EE UU (25%) y, a mucha distancia, por la península Ibérica (14%). El resto de la UE se llevará el 18%, América Latina un 7%, y Australia y otros el 8%. En total, Iberdrola aspira a pasar de los 42 gigavatios de potencia con los que cerró el año pasado a unos 51 a finales de 2026.
“Respeto” al calendario de cierre de las nucleares
“La electrificación es imparable”, sentencia la plana mayor de Iberdrola en la presentación a analistas de este jueves. Sus previsiones pasan por que la demanda de electricidad, aún alicaída tras la crisis energética, crezca a un ritmo medio del 1,7% anual de aquí 2030 en los países ricos en los que opera. Esa cifra será aún mayor en el mundo en desarrollo, donde aumentará a razón de un 3,2% por ejercicio en lo que resta de década. Sus ingresos por ese volumen extra vendido, eso sí, caerán: la empresa reconoce una “normalización de los márgenes comerciales” respecto a la situación “excepcional” de los últimos años.
En clave española, Sánchez Galán ha subrayado que “respetará” el acuerdo entre el Ejecutivo y las eléctricas para el cierre de las centrales nucleares entre 2027 y 2035. “Técnicamente, algunas centrales podrían ampliar su vida con inversiones, pero se trata de una cuestión económica”. De continuar el calendario previsto —que ni la Administración ni los principales actores del sector tienen mucha intención de variar—, el presidente ejecutivo de Iberdrola cree que “aumentará tanto la volatilidad de precios [entre unas y otras horas del día] y la importancia de las renovables”. También el de los bombeos —centrales hidroeléctricas reversibles—, que “no solo son una cuestión de negocio sino de estabilidad del sistema”. La primera central nuclear en cerrar será la de Almaraz (Cáceres), en la que Iberdrola tiene una participación mayoritaria.
Bombeos y baterías frente a los precios cero
El almacenamiento —cada vez más importante por la descompensación de precios entre las horas solares y las no solares, y también entre los fines de semana y los días de diario— recibirá 1.500 millones de inversión. En esta partida están incluidos tanto los bombeos, una tecnología en la que ha depositado grandes expectativas para esquivar e incluso sacar tajada de los precios cero, como las baterías, cada vez más importantes para hacer arbitraje.
“Las renovables no gestionables requerirán de otras tecnologías para el ajuste continuo entre oferta y demanda”, apunta la eléctrica. “Los precios se volverán más volátiles, aumentando así las posibilidades de arbitraje”.
11.000 millones en dividendos
Las previsiones de la compañía pasan por que el beneficio neto cierre 2026 en una horquilla de entre 5.600 y 5.800 millones de euros, frente a los 4.800 (récord histórico) registrados el año pasado y los entre 5.300 y 5.400 millones previstos para 2025 (una cifra que la empresa acaba de revisar al alza). El resultado bruto de explotación (Ebitda) cerrará el ejercicio 2026 entre los 16.500 y los 17.000 millones, con una aportación a partes iguales de los negocios de generación y de redes. Su plan es que el 70% de sus ganancias no guarden, entonces, ninguna correlación con los precios mayoristas de la luz, que irán claramente a la baja a medida que aumente la penetración de las renovables.
En cuanto a la remuneración al accionista, Iberdrola propone elevar el dividendo a entre 61 y 66 céntimos por acción, frente a los poco más de 52 céntimos que paga en la actualidad. El compromiso de la empresa es destinar entre el 65% y el 75% de su beneficio a retribuir a sus accionistas, hasta un total de alrededor de 11.000 millones entre 2024 y 2026. Los títulos de la eléctrica cerraron con un alza del 0,45%, tras haber llegado a subir más del 1,5% en varios tramos de la jornada.
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