Naviera Armas nombra un nuevo consejo tras la entrada de los fondos

Sergio Vélez, que fue el CEO interino, será el presidente de la compañía, con Kent Hagbarth como consejero delegado

picture alliance (picture alliance via Getty Image)

Naviera Armas enfila una nueva era. Sus nuevos dueños —el grupo de bonistas liderado por JP Morgan, Barings, Cheney Capital, Bain Capital y Tresidor— han acordado el nombramiento de un nuevo consejo, tras haber rubricado la semana pasada la conversión de deuda en acciones y la toma del capital, tal y como adelantó este periódico.

Sergio Vélez, que hasta octubre fue el consejero delegado interino y es managing director de FTI Consulting en España, será el nuevo presidente del grupo. Vélez es también el director general interino del Grupo Celsa. Kent Hagbarth entra en el consejo con el cargo de nuevo consejero delegado.

Además, el órgano de Gobierno contará con la presencia de tres independientes. Se trata de Diego Perdones, Konstantin Sajonia-Coburgo y Javier Pérez de Leza. El órgano estará así formado por cinco miembros.

Perdones ha sido consejero delegado de la naviera Maersk para Francia, Iberia y Magreb. En la actualidad es CEO de C2X, empresa perteneciente a Maersk dedicada a la producción de metanol verde. Sajonia-Coburgo es un destacado banquero de inversión, donde ha liderado los equipos en España de Barclays y Rothschild. Es consejero de AON, Pelayo y Laboratorios RNB. Finalmente, Pérez de Leza es experto en la industria de la restauración y la distribución en España y ha trabajado para Metro, Costco o Walmart. Es miembro del consejo de Forus y Viandas.

Todo esto se produce después de que la semana pasada los bonistas rubricasen la entrada en el capital del grupo, tal y como publicó este periódico, tras haber obtenido antes de Navidades una sentencia judicial que avalaba el plan de reestructuración del grupo consensuado con la empresa y con sus fundadores, la familia Armas. Este pacto suponía convertir una parte de la deuda cotizada, de 445 millones, en capital, de modo que los fondos toman el 96% del capital y la familia fundadora se queda con el resto. Esto supone el recorte del pasivo de la compañía a algo menos de la mitad, 178 millones, y que los bonistas inyecten 80 millones.

Esta hoja de ruta cuenta con la oposición frontal de la banca. Supone aplicar una quita total al préstamo de 64,5 millones que le dieron en 2020, en pleno Covid-19, con aval del ICO. Santander, CaixaBank y Sabadell, las entidades afectadas, se han opuesto frontalmente a este punto. Alegaron al juez que recibir un tratamiento diferente al del resto de titulares de la deuda es discriminatorio. Según su visión, incluso los accionistas, que en teoría están en el último escalón de prelación en caso de quiebras, reciben un mejor tratamiento, al quedarse al menos con el 4% del capital. Ahora, los bancos preparan la impugnación del plan, si bien esto no paraliza su puesta en marcha.

La empresa, por el contratio, afirma en la nota de prensa difundida este lunes que ya registra los primeros datos positivos de la reestructuración. Afirma que cerró el ejercicio de 2023 con resultados operativos positivos.

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