El juez da luz verde a la toma de Telepizza por los fondos acreedores con el rechazo de Santander y el ICO

El plan de reestructuración supone una elevada quita en sus 400 millones de euros de deuda

Un restaurante de Telepizza.SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Gett)

El juez da el visto bueno al rescate de Telepizza por sus bonistas. El Juzgado de lo Mercantil número 5 de Madrid ha dado luz verde al plan de reestructuración presentado por los acreedores que supone una elevada quita en sus 400 millones de deuda a cambio de quedarse con el capital de la empresa. Sus actuales accionistas, capitaneados por KKR, se quedan sin nada y el Santander y el ICO se ven obligados a asumir pérdidas pese a oponerse al plan.

Telepizza cuenta con una emisión de bonos por 335 millones, que pagan un interés del 6,25%. El mercado ya venía descontando una quiebra de Telepizza durante los últimos meses. Además, cuenta con un crédito con el Santander y aval del ICO por 40 millones.

El grupo de bonistas, liderado por Oak Hill, Blantyre, HIG, Fortress y Treo, asumen una quita de un 67% de su pasivo. Transforman esta deuda en cerca del 100% del capital y el resto, unos 100 millones, se convierte en unos nuevos bonos. Estos títulos retrasan dos años el vencimiento, que pasa de 2026 a 2028, y disparan el interés, del 6,25% al 12,25%. También extienden hasta octubre el plazo para que la compañía retrase el pago del cupón de los bonos.

El acuerdo, presentado por la compañía de acuerdo con los bonistas, fue rubricado por la mayoría de los bonistas, pese a que contó con el voto en contra del Santander y el ICO, por su opisición a asumir quitas. No obstante, la aplicación de la ley concursal permite obligar a los acreedores o accionistas a asumir un acuerdo pactado por la mayoría de los acreedores. Esto es lo que ha ocurrido en este caso, si bien el Santander y el ICO han rechazado impugnar el acuerdo.

Estos deben soportar una quita del 50% del préstamo. Para compensarlo recibirán unos derechos de crédito, que les permitirán beneficiarse del cobro de dividendos futuros o de la venta de la compañía, en condiciones idénticas a los acciones. Las partes se plantearon entregar acciones de la compañía, pero los problemas para que el banco y la institución pública asuman estos títulos le han hecho buscar alternativas.

Los bonistas muestran también el compromiso con la compañía con una inyección de dinero contante y sonante de 60 millones, tal y como rubricaron ambas partes en febrero en un primer acuerdo. Se articula como un préstamo, con un interés del euríbor más un 6,25% y una comisión del 4%, del cual la compañía ya ha recibido 31 millones. A esto se suman otros 11 millones que aportan los actuales accionistas, liderados por KKR. Y una posible ampliación hasta 100 millones.

La operación supone, además, una reestructuración societaria. Los acreedores planean hacer una operación acordeón, que pasa por reducir el capital de la sociedad a cero y después hacer una ampliación.

La decisión del juez llega apenas una semana después de que el consejero delegado de la compañía, Jacobo Caller, presentase la dimisión. Unos días antes los bonistas habían impuesto el nombramiento de un presidente, Julián Díaz.

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