EiDF afronta una avalancha de vencimientos en los próximos meses con las emisiones bloqueadas

La compañía debe pagar 21,3 millones, más de un tercio de su deuda financiera

Fernando Romero, director general de EiDF, durante el toque de campana en la Bolsa de Madrid.BME GROWTH (BME GROWTH)

El bloqueo de la CNMV a EiDF pone a la compañía en una complicada situación financiera. La empresa gallega debe afrontar vencimientos en los próximos meses, antes del mes de octubre, de emisiones de pagarés en el MARF por 21,3 millones. Esto supone un tercio del pasivo financiero total que atesora la empresa.

La decisión de la CNMV de suspender el pasado 14 de abril la cotización de sus acciones en BME Growth y los pagarés emitidos en el Mercado de Renta Fija (Marf) ha puesto contra las cuerdas a la empresa. El supervisor del mercado español adoptó esta decisión ante el retraso de la publicación de las cuentas auditadas de EiDF correspondientes a 2022. Labor que, según ha reconocido la empresa se ha cruzado con “cuestiones que podrían tener un impacto relevante en su informe de auditoría, que ha determinado la necesidad de ampliar el alcance de los procedimientos” y que ha provocado que la empresa esté tratando de fichar a un segundo auditor para que, junto a PwC, realice trabajos adicionales para comprobar la información utilizada para la elaboración de las cuentas anuales. Un proceso que, según ha reconocido la empresa, no estará listo antes del 30 de abril, cuando vence el plazo para la publicación de las cuentas del año anterior para las empresas cotizadas en BME Growth. Paralelamente, ha encomendado a KPMG que sea su asesor financiero y contable en todo el proceso.

La compañía debe afrontar pocos días después el primer rubicón con su deuda. El próximo 16 de mayo vence una colocación de pagarés con un saldo en circulación de 7,5 millones de euros y que pagan un interés del 3,6%. El siguiente vencimiento le llegará al mes siguiente, el 16 de junio, de 1,7 millones. En julio expiran 3,8 millones y en agosto tan solo 200.000 euros. El mayor vencimiento en los próximos años llegará en septiembre, de 8,1 millones de estos títulos. En total, la empresa adeuda 21,3 millones que expiran en estos meses.

La compañía afronta una complicada solución. Habitualmente, suele pagar los vencimientos de los pagarés que expiran emitiendo nuevos títulos en el mercado. No obstante, la CNMV ha vetado expresamente que la compañía coloque más pagarés en el mercado al estar también suspendidos hasta que la firma ponga orden en sus cuentas. Es complicado pensar que solo en 16 días, para atender los vencimientos de mayo, pueda haber solventado la situación. Tampoco está claro que pueda llegar para atender a los vencimientos de los meses siguientes.

Alternativas

En el caso de que la CNMV levante el veto, lo más probable es que las dudas generadas en el mercado hace que los inversores solo estén dispuestos a adquirir nuevos títulos de deuda de la empresa gallega a un precio muy superior al que emite actualmente. De hecho, la empresa ya ha visto cómo los inversores le exigían un interés más elevado, presionado por las subidas en los tipos de interés. Su última emisión, que realizó este mismo mes de abril, paga un cupón cercano al 6%, frente al 3% al que cotizan las emitidas hace un año.

Otras alternativas serían acudir a la banca, pero las dudas del mercado sobre la compañía complican que las entidades puedan prestarle más dinero sin que sufran sus balances y ratios de capital. Otra alternativa sería acudir a los fondos de deuda, aunque suelen exigir unas rentabilidades muy elevadas, cuyo pago obligaría a la empresa a revisar todas sus proyecciones financieras y planes industriales.

La buena noticia es que EiDF se asienta sobre una posición de caja relativamente fuerte. A 31 de junio de 2022, la compañía atesoraba una liquidez de 34,02 millones, tras haber disparado su posición de caja en el año anterior. A cierre del primer semestre de 2021, apenas tenía 2,54 millones. En principio, podría pagar con dinero contante y sonante todas las emisiones que le vencen en estos meses de mantener ahora las mismas cifras, pero su posición de caja se quedaría seriamente comprometida.

Además, la empresa tiene otros 12,3 millones en pagarés que le vencen en los últimos tres meses de 2023. Y en 2024 expiran otros 800.000 euros. A mayores, la compañía cuenta con 15 millones de euros de pasivo con los bancos a largo plazo y otros 27 millones a corto plazo, así como casi tres millones de confirming. La banca, si las dudas financieras se confirman, será la siguiente en poner los pies en pared y exigir soluciones a la empresa.

La empresa, creada en 2008 como instaladora de plantas fotovoltaicas para autoconsumo industrial, ha ido desde entonces ampliando su actividad. Cuenta con una división de generación, que suma 2,2 GW, y en los últimos dos años ha entrado en la comercialización de energía mediante la adquisición de pequeñas firmas ODF y Nagini. Su especialización está en construir plantas fotovoltaicas para el autoconsumo industrial.

En el primer semestre de 2022 la empresa facturó 185,92 millones de euros (frente a los 10,5 millones anunciados en junio de 2021) y registró un beneficio neto de 23,5 millones (1,64 millones).


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