Los grandes bancos afrontan impagos en créditos ICO con tasas de morosidad de hasta el 12%

Las seis mayores entidades cuentan con más de 3.000 millones en préstamos morosos

José Carlos García de Quevedo, presidente del ICO.Pablo Monge

La gran banca afronta el primer gran impacto de impagos en los créditos con aval del ICO con tasas de morosidad de hasta el 12%. A cierre de 2022 las seis principales entidades españolas (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) contaban en sus balances con más de 3.000 millones de euros en créditos con garantía pública clasificados como dudosos.

En 2020, a raíz del estallido de la pandemia del Covid-19 la banca, en colaboración con el Estado a través del Instituto del Crédito Oficial (ICO), habilitó líneas de préstamos por 140.000 millones en condiciones ventajosas para ayudar a las empresas a contar con liquidez ante la paralización de parte de la actividad económica durante el periodo de la cuarentena. Las entidades aplicaron moratorias y carencias de pago del principal para facilitar la devolución del crédito, pero una vez han cesado esas medidas de alivio, la morosidad ha empezado a aflorar.

Según los informes anuales que han presentado los grandes bancos en las últimas semanas, la tasas de morosidad en los créditos avalados por el ICO se sitúan en una horquilla que va desde el 3,7% hasta el 12%. Aunque los bancos aseguran que se trata de niveles dentro de las expectativas y de momento no se han dotado provisiones adicionales, en todos los casos la ratio de impagos en esta cartera está por encima de la morosidad media en el sector, que en diciembre de 2022 registró un 3,5%.

En concreto, Bankinter cuenta con un saldo vivo de 7.824 millones de créditos con aval del Estado de los que 513 millones se encuentran clasificados en stage 3 (dudosos), lo que supone un 3,7%. Se trata de la entidad con un nivel de morosidad más bajo en esta cartera de créditos. Por su parte, CaixaBank mantiene en su balance 16.809 millones en préstamos avalados por el ICO pendientes de amortizar, de los que 706 millones (el 4,2%) están catalogados como dudosos. La entidad detalla que un 34% de todos los préstamos concedidos bajo este programa de ayudas ya ha sido amortizado.

En el caso de BBVA, la ratio de impagos en créditos con garantía pública ascienden al 6,1% (unos 750 millones). En total, el banco cuenta con un saldo vivo de 12.300 millones en préstamos con aval del ICO, lo que supone solo un 5% de la cartera total de crédito de BBVA, por lo que la exposición es relativamente baja.

En niveles similares se sitúa Sabadell. La entidad catalana contaba a cierre de 2022 con 7.824 millones en créditos con aval del Estado de los que 514 millones estaban clasificados como stage 3 (el 6,5%).

Unicaja refleja en sus cuentas el mayor índice de impagos con estos créditos. En su informe anual la entidad malagueña detalla que cuenta con un saldo vivo de 2.044 millones en créditos con aval público de los que 252 están clasificados como dudosos, lo que supone el 12%. No obstante, puntualiza en la presentación que el 59% de esos créditos se han clasificado como morosos bajo criterios subjetivos, Es decir, que aunque todavía no ha habido un impago como tal, el banco ha adoptado un criterio de prudencia y los ha incluido en la cartera de stage 3.

En el caso de Santander, aunque no proporciona el dato exacto del crédito avalado por el ICO clasificado como dudoso, sí reconoce que cuenta con una cartera del entorno de 27.000 millones,ligados a créditos ICO, y que su morosidad se encuentra “en línea” con la media del crédito a empresas (superior al 3,5%). De esta forma, y en conjunto, los seis grandes bancos cuentan ya con más de 3.000 millones dudosos en créditos con aval del Estado. Se trata del primer gran impacto, ya que hasta ahora la mora se había mantenido contenida. De hecho, en 2022 las entidades lograron rebajar o mantener la tasa de morosidad respecto al año anterior.

Para este año, el sector cuenta con un aumento paulatino de los impagos, aunque se considera que será manejable. En 2020 la banca dotó provisiones milmillonarias para hacer frente a estos posibles deterioros, ya que la expectativa es que se produjeran antes, y todavía no se han liberado por precaución. Además, las entidades cuentan con altos niveles de solvencia, muy por encima de los requisitos mínimos que les exige el Banco Central Europeo (BCE) por lo que están pertrechadas para hacer frente a esos impagos.

Presión a las finanzas del Estado

Avales de hasta el 80%. El progresivo aumento de los impagos en los créditos ICO mete más presión al Estado. Estas líneas cuentan con un aval del organismo estatal que va desde el 70% hasta el 80%, por lo que deberá afrontar el grueso de las pérdidas provocadas por todos aquellos clientes que no puedan afrontar sus obligaciones de pago. Aunque de momento el nivel de morosidad en estos créditos se encuentra por debajo de las expectativas iniciales del Gobierno (el Ejecutivo calculaba unas pérdidas de 10.000 millones de euros en el Programa de Estabilidad que envió a Bruselas en 2021), se espera que los impagos repunten en 2023. 

Entorno de subida de tipos. Al cese de las medidas de alivio para ayudar a las empresas devolver los préstamos (fundamentalmente moratorias y carencias en el pago del principal) se suma un entorno de alta inflación derivada de la guerra en Ucrania y una acelerada subida de tipos  que supone un esfuerzo financiero adicional para las empresas. Y es que, hasta un 20% del saldo vivo estaría clasificado en stage 2 o vigilancia especial, que es el paso previo a considerarse como dudosos.

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