Pacto de rentas, política monetaria y energética, recetas para contener la inflación
El nuevo encuentro de Foro Futuro plantea las recetas para combatir la escalada de precios
El director de Coyuntura Económica de Funcas, Raymond Torres, ha apostado hoy por la necesidad de tomar medidas “cuanto antes” para evitar el contagio de la elevada inflación a la tasa subyacente, como primera medida para frenar la escalada inflacionista que vive la economía mundial y la española en particular. Torres ha participado en el nuevo encuentro de Foro Futuro, el observatorio de investigación económica organizado por Cinco Días con el respaldo de Grupo Santander, plantea las fórmulas para combatir la inflación.
El encuentro cuenta, además, con la presencia de Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas, con Fernando Fernández, profesor de Economía del IE University, con Alicia García Herrero, economista jefe para Asia Pacífico en Natixis, profesora en la Universidad de Ciencias y Tecnología de Hong Kong e investigadora Senior del think tank Bruegel y con Francisco Pérez, profesor emérito de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director de Investigación del IVIE. Estará moderado por José Antonio Vega, director de Cinco Días.
Torres propone actuar sobre tres pilares. El primero consistiría en un pacto de rentas pero que solo podría materializarse con dos condicionantes. Para empezar, este economista destaca que se debe poner el acento en el poder de compra pero sin vincular los salarios al IPC sino a la productividad o a través de otras compensaciones en forma de reciclaje profesional o formación. Y, en segundo lugar, considera que este pacto "no será realista" si antes no se paraliza la escalada del IPC, porque de lo contrario, “se podrían alcanzar acuerdos muy elevados (de subidas salariales) que perjudicarían la competitividad de las empresas y de la economía”. Por ello, para parar esta escalada habría que actuar antes sobre los precios energéticos, opina Torres.
Esto debería llevarse a cabo a cabo a través una “política fiscal quirúrgica” que incluya “compensaciones a los sectores más afectados por la energía de manera que se mantengan a salvo en el mercado”. Y, además, Torres añade que esta política fiscal quirúrgica “debe recoger inversión en políticas renovables”. Para ello sería imprescindible vincular el precio del gas en los mercados a plazo, que ya reflejan la inversión en renovables. De ahí la relación pilar fiscal y pilar de contención a corto plazo de los precios energéticos.
Y el tercer pilar de actuación citado por este economista es el de la política monetaria. En este punto, Torres considera que “un ajuste gradual de los tipos de interés, pero empezando lo antes posible sería lo más adecuado. De lo contrario, obligaría al BCE a hacer ajustes más agresivos, lo que sería más difícil de asumir por la economía”.
En este sentido, Francisco Pérez, profesor emérito de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director de Investigación del IVIE ha señalado que “los Bancos Centrales deben dejar claro que si es necesario deberán adoptar medidas para controlar la inflación para que en el medio y largo plazo habrá que tomarlas”.
A raíz de los tres pilares de actuación citados por Torres el resto de participantes en este foro han hecho sus propias matizaciones o nuevas aportaciones a modo de ideas para contener el actual shock inflacionista. Así Fernando Fernández, profesor de Economía del IE University, ha criticado que "hemos pecado en exceso de optimismo tanto en la política fiscal como en la monetaria. Por ello, ahora, los efectos de segunda ronda (contagio del alza de los precios de los suministros y materias primas al precio final y a los salarios) hay que anticiparlos y no esperar a que se produzcan".
Y eso, para Fernández, "no se puede controlar sin una desaceleración (de la economía) significativa, aunque no hablo de que sea necesaria una recesión", ha explicado. En concreto, ha indicado que habría que el BCE debería de hacer "unas subidas de tipos importantes" y los Gobiernos políticas fiscales restrictivas. "Tendríamos que estar dispuestos a sacrificar un falso crecimiento hoy para evitar los problemas inflacionistas y una mayor recesión en el medio plazo", ha señalado el profesor del IE University.
En cuanto al pacto de rentas, estos expertos han coincidido plenamente en varias cuestiones. Principalmente en que los avances salariales que se acuerden deben estar "totalmente vinculados a la productividad y a la competitividad de la economía", según ha destacado el catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas, Santiago Carbó. Junto a este planteamiento coincidente, los participantes del foro han recalcado la necesidad de que este pacto reúna el mayor consenso posible y que esté liderado por el Gobierno, que debería dejar claro a los agentes económicos (empresas y trabajadores) que se ha producido un cambio y que todos deben asumir parte de las nuevas cargas.
En ese sentido, Fernández introduce un cuarto pilar de actuación que está íntimamente relacionado con el pacto de rentas. Se trataría de "desindexar toda la economía". Con ello se refiere a la necesidad de desligar del alza del IPC o niveles de precios similares cuestiones como la subida de las pensiones, del salario mínimo interprofesional o el incremento de las retribuciones de los empleados públicos. En esto, coincidieron también plenamente Carbó y Francisco Pérez. Este último ha precisado que "pensionistas y funcionarios tienen que ser parte de este pacto de rentas en el que todo el mundo arrime el hombro".
Si bien Alicia García Herrero, economista jefe para Asia Pacífico en Natixis, profesora en la Universidad de Ciencias y Tecnología de Hong Kong e investigadora Senior del think tank Bruegel, ha ido algo más allá con sus matizaciones a lo propuesto para el pacto de rentas al considerar que este "una política de rentas se hace solo cuando se entiende el objetivo (...) porque es peor hacerla con un objetivo erróneo que no hacerla". Con ello ha querido decir que si el acuerdo salarial al final consistiera en indiciar las retribuciones a la inflación sería mejor no adoptar ninguna política de rentas.
En ese caso, "sería más fácil simplemente un ajuste fiscal que amarre las presiones inflacionistas y dejar que la desaceleración haga el resto", ha añadido García Herrero.