Películas y series sobre Derecho para disfrutar durante el verano
El mundo legal se cuela en multitud de producciones audiovisuales
Se acercan ya las merecidas vacaciones estivales, en un año especialmente sacrificado para todos, y en línea con las recomendaciones realizadas en estos últimos meses a través de esta sección, me atrevo a proponer a los lectores el visionado de películas, modernas y clásicas, y de series que puedan interesar a todos los que trabajan en el mundo del Derecho, y especialmente en el Derecho de empresa.
Por comenzar por las series, y al hilo de la conversación que estos días ha propiciado el anteproyecto aprobado por el Gobierno para el fomento del ecosistema de startups, son muy recomendables las tres temporadas de la serie Start-up (2017-2020), creada por Ben Ketai, y que narra las vicisitudes de una emprendedora y sus socios en el mundo de las criptomonedas, en clave de thriller, pero con muchos elementos interesantes en relación con el ecosistema de las start-ups que va introduciendo a lo largo de su desarrollo. Las relaciones entre socios, la estructura de capital, la propiedad de los intangibles, el crecimiento, las dificultades financieras y las rondas de financiación son temas que se tratan en una serie que equilibra de forma acertada los itinerarios y tramas personales de los protagonistas, muy diferentes entre sí, y el de la start-up (GenCoin) que da título a la serie.
Son también apuestas interesantes para este verano la serie alemana Bad Banks (Oliver Kienle, 2018-2020), sobre los entresijos financieros de una fusión bancaria a nivel europeo, y las series norteamericanas Billions (Brian Koppelman y David Levien, 2016-2020), sobre los avatares de una peculiar firma de inversión en Wall Street y su carismático fundador, y Succession (Jesse Armstrong 2018-2021), sobre las dificultades sucesorias en una familia propietaria del mayor holding estadounidense de medios de comunicación.
Asimismo, para los aficionados a las nuevas tecnologías y a la futura regulación de la inteligencia artificial y de la robótica siempre es un placer atender a cualquier de los capítulos de la maravillosa Black Mirror (Charlie Brooker 2011-2019), a la muy interesante Devs (Alex Garland 2020), o al extraordinario universo de Westworld (Jonhattan Nolan y Lisa Joy, 2016-2020).
Cine y empresas
Entre las películas recientes que podemos visualizar este verano los aficionados al cine y al derecho de empresa son sumamente recomendables La red social (David Fincher, 2010) sobre el nacimiento, crecimiento y salida a bolsa de Facebook, Los archivos del pentágono (Steven Spìelberg, 2017) sobre el funcionamiento de un consejo de administración de un gran periódico norteamericano y El fundador (John Lee Hancock, 2016) que narra la historia de McDonalds y su conversión en una multinacional de la comida rápida a través del contrato de franquicia.
Para aquellos que prefieran películas relacionadas con el mercado de valores y el mundo financiero son muchas las candidatas pero entre las más recomendables se encuentran Margin Call (J.C. Chandor, 2011) que describe la situación de un banco de inversión y sus directivos y empleados el día antes de su quiebra, o Gold. La gran estafa (Stephen Gaghan, 2016) que, basándose en un hecho real, nos narra el interés de Wall Street por una compañía minera que pretende haber descubierto la mayor reserva existente de oro, y como la falta de control puede derivar en una burbuja inversora o directamente en un fraude.
Clásicos de siempre
Entre las películas clásicas, auténticas joyas que merecen ser descubiertas o revisitadas este verano, Perdición (1944) y En bandeja de plata (1966) ambas del maestro Billy Wilder o Forajidos (Robert Siodmak, 1946) nos permiten visualizar tramas de cine negro, o de comedia negra en el caso de la segunda, que tienen en su centro interesantes cuestiones acerca del contrato de seguro.
Y, por último, son multitud las obras del séptimo arte que tratan el proceso penal y entre las que no podemos dejar de ver, al menos una vez en nuestras vidas, las siguientes: Testigo de cargo (Billy Wilder, 1957), Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959), El proceso Paradine (Alfred Hitchcock, 1947), El sargento negro (John Ford, 1960), Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962), Impulso criminal (Richard Fleischer, 1959), Doce hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957), ¿Vencedores o vencidos? (Stanley Kramer, 1961), Senderos de gloria (Stanley Kubrick, 1957) o La ciudad frente a mi (Vincent Sherman, 1957).
Algunas series sobre abogados y sus bufetes
Cómo defender a un asesino. Esta serie sobre thriller judicial, creada por Peter Nowalk para la cadena ABC, gira en torno a una brillante profesora de Derecho penal que se ve envuelta en la resolución de un complot de asesinato junto con cinco de sus más inteligentes y ambiciosos estudiantes. Su éxito (va por la sexta temporada) estriba en el misterio, los continuos giros argumentales y la caracterización de los personajes.
The Good Wife. La protagonista de esta serie de la CBS estrenada en 2009, Alicia Florrick, vuelve a trabajar como abogada después de que su esposo, fiscal del condado, sea encarcelado por corrupción. Este drama, en el que se entremezcla la política, la familia y las relaciones humanas, narra con una precisión excepcional la vida en una gran firma en Chicago. Contribuye a mostrar determinados aspectos de la profesión, como la actuación en sala o la preparación exhaustiva de los casos, a la vez que enseña sus claroscuros.
Suits. En este drama-legal estadounidense creado por Aaron Korsh para USA Network (2011), Harvey Specter, un exitoso letrado de un bufete de Nueva York, contrata como ayudante a un joven brillante al que ayuda a ocultar que está ejerciendo sin licenciatura. La figura del abogado experto como responsable o mentor del junior está muy conseguida desde el punto de vista dramático, aunque se aleja de la realidad.