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Infraestructuras españolas, a la conquista del sudeste asiático

Las empresas nacionales deben asumir las oportunidades del elevado volumen que supone el mercado en este territorio y también los riesgos por la dispersión, la disparidad y los distintos grados de desarrollo de los países que lo componen

Las empresas españolas han apostado desde hace años por una creciente internacionalización de sus operaciones y de sus negocios. Una postura fomentada aún más por la caída de la inversión pública en el mercado constructor español y a expensas de las ayudas europeas. Las grandes empresas del sector llevan años triunfando en el mercado exterior, en el que están obteniendo ya destacados contratos, debido a su experiencia y a la elevada calidad de sus proyectos de ingeniería. El sudeste asiático se ha convertido en una de las zonas de mayor potencial para las grandes empresas españolas del sector, con planes de infraestructuras que pueden reactivarse tras ir derrotando a la pandemia.

CincoDías y Acciona han celebrado el encuentro El despegue de las infraestructuras en el sudeste asiático para debatir sobre los retos y oportunidades de este mercado en la región. Los cinco expertos sentados en la mesa del debate han coincidido: el mercado asiático es un objeto de deseo, ya que en las economías asiáticas hay una necesidad muy alta de infraestructuras, que no se ha ralentizado tras la pandemia, pero también supone un desafío por la dispersión del territorio y su distancia del mercado español, no solo en kilómetros, también en cuanto a cultura.

“Es una grandísima oportunidad, no solo porque hay una necesidad relevante de incremento en inversión e infraestructuras, también porque se traduce muy rápido en la economía real: en empleos o en crecimiento económico para las ciudades”, apunta Fernando González, socio responsable del sector construcción e infraestructuras de EY España. En este mundo de oportunidades, las empresas españolas han demostrado su credencial, tal y como señala Juan Gil, director de la unidad especializada de puentes y carreteras y director de la región Oriente Medio y Asia de Acciona. “La empresa española aporta básicamente tecnología”, afirma Gil. “Se dice que el mercado de la construcción no ha evolucionado, seguimos construyendo con los mismos materiales que usaban los romanos, pero sí hemos evolucionado en procedimientos constructivos, en nuevas tecnologías, donde España es un país puntero”, añade.

En un mundo sin pandemia, el mercado internacional de infraestructuras venía creciendo a un ritmo del 3% anual. “Es un mercado gigantesco cuyo mayor volumen se encuentra en la zona de Asia”, afirma Javier Serra, director general de internacionalización de la empresa del Icex. “Asia no es un país, es un gran continente donde el papel que tienen China e India es muy significativo”. Las estimaciones del Banco Asiático de Desarrollo que se hicieron en 2017 mencionaban que en Asia iban a ser necesarios hasta 2030 un volumen de inversión de infraestructuras en torno a 1,7 billones de dólares. “Los principales subsectores de esta inversión son, en primer lugar, la energía; en segundo, el transporte; el tercero, agua y saneamiento, y también urbanización”, apunta Serra, que explica la razón por la que, en su opinión, las empresas españolas aún no están tan presentes en este territorio. “Es un mercado muy competitivo y ese es un motivo por el que nuestras empresas no han hecho la apuesta necesaria en estos mercados”, explica el experto del Icex.

Movilidad y energía

Desde el punto de vista de Acciona, la oportunidad para el desarrollo de infraestructuras está en el sector del transporte de masas. “En Filipinas, donde tenemos una mayor presencia en la vertebración del territorio debido a la singularidad de este país que está formado por islas, hace falta muchísima conectividad porque los sistemas de transporte en masa son escasos”, explica Gil. Además, también prevén grandes inversiones en el mercado de la energía. “Todos los países pretenden transitar hacia una energía más sostenible, pero al mismo tiempo mantener un crecimiento elevado, por lo que muchas veces este tipo de energía verde no responde a la demanda”, indica por su parte González. “Se está apostando más por energías fósiles que no van encaminadas a cumplir con los requisitos de sostenibilidad, pero sí atienden a la gran necesidad de energía que existe por el crecimiento de la región”, añade.

Los planes de infraestructuras de muchos países también pasan por desarrollar las telecomunicaciones. “Las nuevas tecnologías permiten conectar zonas tradicionalmente más aisladas que se pueden sumar al barco del desarrollo”, explica el experto de EY.

Singapur y Vietnam

Una característica del sudeste asiático es la dispersión de su territorio, las diferentes características de cada país y su distinto grado de desarrollo. “Cada territorio se está focalizando en sus necesidades inmediatas”, plantea Gil. “Todos los países tienen planes interesantes, pero hay una gran diferencia entre las grandes economías de la zona (Singapur, Vietnam, Filipinas, Indonesia o Tailandia) y los países más rezagados en su desarrollo, limitados por su nivel de endeudamiento (Laos, Camboya o Myanmar)”, anota Serra.

En el caso de Singapur, el país más pequeño del sudeste asiático, ha conseguido un desarrollo económico espectacular. Así lo afirma Alfonso Vegara, cónsul general honorario de la ciudad Estado en Madrid. “Singapur apuesta desde hace 15 años por las soluciones urbanas, es decir, desarrollar ciudades”. Según explica Vergara, el país está creciendo más allá de sus límites, hacia el norte por Malasia y hacia el sur por Indonesia. “Para desarrollar esta ciudad en tres países hace falta infraestructura de agua, aeroportuarias, carreteras… Está todo por hacer, Singapur es un nodo de captación de talento de compañías que puedan operar en una región hiperdinámica”.

Además, según el experto del Icex, Singapur es un hub porque cuenta con un marco jurídico estable en inversión extranjera. “Es un país pequeño que se ha posicionado en prestar asesoramiento para la financiación de proyectos de infraestructuras”, observa Serra. Los proyectos que se están llevando a cabo en el país tienen que ver con la conectividad del país con el mundo. “Se quiere hacer el puerto más eficiente y más verde del mundo”, anuncia Vergara. Además, se están desarrollando proyectos en el aeropuerto y en trenes de alta velocidad. “Puerto, ferrocarril, aeropuerto… Elementos de conectividad”, apunta el cónsul de Singapur en Madrid.

Por su parte, Hoang Xuan Hai, el embajador de Vietnam en España, afirma que las perspectivas son muy buenas. “En los próximos años tendremos muy buenos datos y grandes proyectos en el desarrollo de las grandes infraestructuras en Vietnam: transporte, energía, tratamiento del agua y de los desechos”. Además, una de las últimas inversiones realizadas en el país son las energías renovables. “Las oportunidades de negocio para las empresas españolas en este mercado son muchas en Vietnam, en energía solar y biomasa”, añade Xuan Hai. “Vietnam es una de las economías más saneadas de la zona, con un crecimiento muy dinámico”, expone Serra.

En general, todo el territorio ofrece muchas oportunidades y Singapur es un buen lugar desde donde operar. “No solo por su posición geográfica, sino también por su sistema jurídico, su conectividad y la capacidad que tienen las empresas españolas para operar desde Singapur”, indica Vegara. Público-privada Los planes de infraestructuras necesitan de financiación para llevarse a cabo. El Banco Mundial o el Banco Asiático para el Desarrollo cumplen con un papel muy importante en la ejecución de estos planes de desarrollo. “Los inversores extranjeros que deciden apostar en un proyecto concreto necesitan de la tranquilidad que aportan estas instituciones”, afirma González. Aquí es donde entra también la colaboración público-privada. “El objetivo es encontrar el equilibrio para que a los Estados les interese que compañías privadas apuesten por sus proyectos y, al mismo tiempo, que a esas empresas privadas le suponga un retorno positivo operar en los países”, matiza el auditor de EY. Para Gil, sin embargo, este modelo de colaboración “no tiene que ser el único, sino que tiene que ser complementario”.

Según el directivo de Acciona, el tipo de financiación crea el marco legislativo que permite el desarrollo de una manera dinámica. “Es fundamental la existencia de una legislación vigente que permita desarrollar con agilidad todas las infraestructuras”. Por ejemplo, la adquisición de terrenos. “Una de las mayores dificultades que estamos encontrando son las expropiaciones”, advierte el experto de Acciona. “Se necesitan marcos legislativos que permitan agilizar la obtención de terrenos para el desarrollo de infraestructuras”.

El embajador de Vietnam, por su parte, explica que el modelo público-privado ha tenido muy poco desarrollo en las últimas décadas en dicho país. Sin embargo, en los últimos años, la situación ha cambiado. “Vietnam prepara un nuevo decreto sobre proyectos PPP –participación público-privada– que entra en vigor este año con el fin de reanimar la inversión extranjera en grandes proyectos de infraestructuras”, comenta Xuan Hai. “La razón por la que en el pasado el papel de los modelos PPP y del sector privado no han tenido demasiado éxito en Vietnam es porque las infraestructuras tenían un papel muy poco relevante. Ahora el nuevo contexto supone una gran oportunidad para que las empresas españoles trabajen junto a las vietnamitas, especialmente aquellas enfocadas en energías renovables y en el sector del ferrocarril, dos áreas en las que España tiene tecnología puntera”, agrega el embajador.

La pospandemia en la región

 

Distintos ritmos. “Hay países que incluso lo están pasando ahora peor que durante marzo o abril del año pasado”, asegura González. “Sigue habiendo una necesidad muy alta de infraestructura y no se pueden posponer planes”. Por su parte, Serra indica que las estrategias para salir airosos del Covid son diferentes en cada país. “En Filipinas, por ejemplo, el objetivo es intensificar las inversiones para facilitar la salida del bache económico originado por la pandemia”. El directivo del Icex añade otro ejemplo: Indonesia. “En las previsiones de cuáles serán los principales países en inversiones en infraestructuras dentro de 10 o 15 años, Indonesia está entre los primeros de la región”, argumenta Serra.

Revisar planes. “La crisis del Covid-19 ha provocado una serie de cambios y de incertidumbres como la fragmentación de las cadenas de suministros, los nuevos hábitos de consumo o el teletrabajo”, apunta el directivo del Icex. “Las inversiones seguirán siendo necesarias pero no necesariamente en los mismos proyectos que lo eran en 2019”.

Heterogéneos. “Será determinante la velocidad en la que los países salgan de la crisis, que no será uniforme”, explica Gil. “La posibilidad de inversión en infraestructura siempre ha estado ahí y la pandemia ha incrementado esta necesidad por el efecto que tiene esta inversión en la economía real”, añade el ingeniero de Acciona que, sin embargo, advierte: “La visión intensiva en infraestructuras recalienta las economías, genera inflaciones y economías ficticias”. González, añade: “Las necesidades de esta región serán exactamente las mismas una vez superada la pandemia, ya que sigue habiendo una necesidad muy alta de infraestructuras”.

Cambios en la economía mundial. “Crear planes que fomenten interconectividad entre países supone generar conversaciones entre países, por lo que son proyectos que tardan en materializarse”, comenta Gil. “Las empresas españolas están muy bien posicionadas, los propios players locales nos buscan para colaborar con nosotros”, añade el experto de Acciona.

 

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