Las telecos movilizan a 18.000 personas para el cuidado de la red y los servicios críticos
El Gobierno otorgó el carácter de esenciales a estas infraestructuras Refuerzan los equipos para atender posibles averías
Las operadoras españolas se han puesto en guardia y han movilizado a cerca de 18.000 personas, entre técnicos y profesionales de las distintas áreas, para el cuidado y mantenimiento de las redes. Sus infraestructuras han recibido la consideración de críticas, tras la declaración del estado de alarma, para hacer frente al coronavirus Covid-19, mientras que los servicios son esenciales para el teletrabajo en empresas y organizaciones, y el ocio de los millones de personas confinadas en sus casas.
Las telecos mostraron su compromiso con un acuerdo con el Gobierno, firmado el pasado viernes, para reforzar las garantías de conectividad.
Telefónica, por ejemplo, tiene en movimiento a cerca de 7.000 personas la calle, entre técnicos de planta, operarios de mantenimiento y equipos de reparaciones, entre otros. Según explican desde la teleco, se han marcado una serie de pautas para una actuación común con las empresas colaboradoras con fuerzas de campo. La prioridad está en todas las actividades destinadas a garantizar las comunicaciones en el país: el 100% de las actividades de campo destinadas al mantenimiento de la red de centrales, de las estaciones base de móvil, en la planta exterior y en las dependencias de los clientes. El grupo ha priorizado la provisión de actividades para dotar de nuevas conexiones de banda ancha que faciliten el teletrabajo y ayuden a la conectividad de las casas.
Por el contrario, Telefónica ha despriorizado temporalmente actividades de transformación de red, como el apagado de cobre, así como la suspensión de las portabilidades, salvo causa mayor, tal y como estableció el Gobierno.
Orange ha configurado un equipo con más de 5.500 personas, también entre personal interno y externo, necesario para mantener la calidad de la red. La firma tiene en marcha plataformas externas con las que colabora, y plataformas internas, de las que el 95%% de los empleados está trabajando desde su casa. Uno de los hitos logrados por Orange ha sido el haber trasladado a sus casas a los cerca de 2.000 empleados de sus call center para que sigan trabajando desde allí, en muy pocos días.
La compañía tiene abiertas tiendas propias y distribuidores, con personal para servicios mínimos, además de empleados que gestionan desde sus centros la parte más crítica de la red o los servicios de televisión. Desde la teleco se explica que, quitando 50 personas dedicadas la gestión crítica de la red, la mayoría de empleados de oficinas centrales está trabajando desde casa.
Vodafone, a su vez, ha articulado un equipo con cerca de 4.300 personas, entre empleados y personal externo, cuyas tareas fundamentales se centran en mantener la red estable y preparada en todo momento para absorber la demanda de tráfico de datos que se está generando estos días. Vodafone cuenta con más de 400 personas en los equipos de ingeniería y operaciones, con más de 300 personas en los equipos regionales, para dar respuesta de primera mano a cualquier problema que se presente. Desde los partners, cuenta con más de 1.500 personas en campo para atender problemas en las instalaciones de los clientes. El área de soporte técnico tiene más de 100 profesionales internos, y el soporte externo con más de 2.000 personas dedicadas a recoger y gestionar las incidencias individuales o masivas que pudieran impactar en los clientes.
Otros grupos
MásMóvil cuenta con más de 700 personas, entre empleados directos y externos, para el mantenimiento de la red. Fuentes de la compañía explican que entre sus tareas figuran las ampliaciones de capacidad de la red de voz y datos, para poder manejar el incremento del tráfico. De igual forma, se trabaja en la adaptación de los sistemas y las redes corporativas para el teletrabajo con el foco principal en la estabilidad del servicio.
En esta línea, Cellnex, tiene más de 400 ingenieros dedicados a las tareas críticas. En torno a 200 están en los centros de control de operaciones de Barcelona y Madrid, que se pueden replicar uno sobre otro en tiempo real en caso de problemas, e incluso cada uno de estos operadores tiene la capacidad de trabajar en remoto. La empresa tiene otros 200 empleados desplegados por el territorio, tanto para atender incidencias en el segmento de voz y datos como en televisión. Estas personas, en caso de agravamiento de la crisis y de ampliación de restricciones en el estado de alarma, estarían facultados para moverse por el territorio, como las fuerzas de seguridad del estado o emergencias, al atender servicios esenciales.
Cellnex también tiene personal en áreas consideradas semicríticas, con tareas como asegurar la disponibilidad de los equipos de TDT, que en la situación actual de confinamiento ha disparado los índices de audiencia.
Riesgos para atender funciones fundamentales
Personal clave. En términos generales, el trabajo del personal de las operadoras es clave para el mantenimiento de las redes de telecomunicaciones, consideradas como críticas en el actual estado de alarma declarado en España, para hacer frente a la crisis sanitaria generada por el coronavirus Covid-19. Las redes son vitales para el teletrabajo, al que se han visto obligadas miles de empresas, organizaciones y administraciones públicas; para el ocio en el hogar de los millones de personas confinadas en sus casas, y por supuesto, para los vitales servicios de emergencia.
Riesgo. Desde las operadoras se indica que buena parte de este personal se está exponiendo para asegurar un servicio esencial, al igual que los trabajadores de supermercados y otras áreas que se mantienen abiertas.
Reino Unido. Las telecos están trabajando con esfuerzo para evitar problemas de colapsos o caídas en las redes, como sucedió el pasado martes en Reino Unido, que afectó a millones de personas en todo el país, en un momento en el que todavía estaba arrancando la oleada de teletrabajo en muchas empresas, organizaciones y administraciones públicas. En este sentido, España aventaja con claridad a Reino Unido y otros grandes países europeos como Francia, Italia y Alemania en despliegue de fibra óptica hasta el hogar.