Fertiberia obtiene pruebas sobre el descontrol del AdBlue del diésel en las gasolineras
Un informe de SGS, encargado por la empresa de Villar Mir, afirma que el 28% de las estaciones de servicio lo venden al margen de las especificaciones
El mercado del producto que combate las emisiones del diésel, el AdBlue o urea grado automoción, está funcionando en una suerte de paraiso regulatorio en España. Al menos esta es la conclusión a la que llega un informe de la empresa de certificación SGS encargado por Fertiberia, la compañía de fertilizantes y productos químicos de Grupo Villar Mir (GVM). Esta última es una de las principales productoras de Europa y desde tiempo atrás sospecha que buena parte del AdBlue vendido en estaciones de servicio españolas incumple las especificaciones. Una impresión que ve corroborada ahora.
Según el estudio de SGS, titular de uno de los pocos laboratorios del país armados para analizar el producto, el 28% del AdBlue comercializado en gasolineras se salta la norma ISO 22241, lo que compromete la efectividad de los sistemas SCR (Reducción Catalítica Selectiva) que incorporan vehículos industriales diésel, y los particulares de gran cilindrada, para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx).
SGS ha tomado muestras en 36 estaciones de servicio de 12 operadores petrolíferos distintos, entre los que los principales proveedores son Repsol, Cepsa o Galp, entre otros. La muestra alcanza alrededor del 15% de los centros de venta y en diez de ellos se comercializaba Adblue fuera de especificaciones.
La asociación alemana de fabricantes de coches permite producir AdBlue a 194 fabricantes, una decena de ellos españoles
La intención de Fertiberia con este informe es llamar la atención de un Gobierno que se ha mostrado sensible ante el problema del cambio climático. Al mismo tiempo, la empresa lanza un torpedo a parte de los productores en busca de prácticas de competencia desleal.
Fertiberia cuenta en Palos de la Frontera (Huelva) con la mayor planta española de este producto, a base de agua osmotizada y urea de alta calidad. Esa instalación, abierta en 2005, tiene capacidad para lanzar 700.000 metros cúbicos al año, y de ella sale el producto para las estaciones de servicio de Cepsa o centros oficiales de Peugeot e Iveco. Pero el AdBlue, básico por ejemplo en vehículos de uso agrario, se puede comprar fácilmente incluso en el supermercado virtual de Amazon.
La propia Fertiberia explica en su página web que se trata de un “líquido claro e incoloro de gran pureza cuyo nombre químico es solución acuosa de urea 32,5% en peso”. Este es un reactivo indispensable para que la citada tecnología SCR de los vehículos diésel haga su trabajo. Y este consiste en “reducir las emisiones NOx causadas por los escapes que se generan durante la combustión del motor mediante un convertidor catalítico que forma parte del sistema de escape del vehículo”.
La empresa del Grupo Villar Mir añade que, desde el punto de vista del usuario, “es importante comprobar que el producto cumple con las especificaciones de calidad, pues si no es así provocará averías en su motor”, y derivará en emisiones superiores a lo que marca la norma Euro6.
El productor del grupo Villar Mir pide más control en España sobre estos abatidores de emisiones NOx
El auditor, en Alemania
Fertiberia va más lejos aún y subraya que distintos centros de producción en España podrían saltarse las normas de calidad que marca la asociación alemana de fabricantes de coches (VDA), que es el ente que desarrolló el sello AdBlue y autoriza la fabricación de un producto llamado a reducir el impacto ambiental de los vehículos diésel. La empresa también carga contra las petroleras que omiten el control del producto que comercializan cuando este se encuentra fuera de las especificaciones de la citada VDA y de la norma ISO.
España y Reino Unido son, a día de hoy, los mercados con una mayor nómina de fabricantes. En este contexto, Fertiberia añade que basta con concertar una auditoria con la citada VDA, “que se realiza previo aviso”, para ganar el sello AdBlue, si es que se pasa el examen, y comenzar a producir: “Una vez pasada la primera auditoría cualquier fabricante tiene por delante tres años durante los cuales no recibirá control alguno sobre su producción y podrá abrir nuevos centros sin necesidad de ser auditados”. El listado de la VDA agrupa a 194 productores en todo el mundo, de los que una decena son españoles. Entre ellos figuran General Química (grupo Repsol), Fertiberia, Beroil, Trusaco o Tarazona.
En realidad, la UE no obliga a utilizar esta marca de abatidor de NOx sino que permite cualquier solución de urea que baje los gases hasta el límite marcado por Euro 6 (80 mg/km), “lo que amplía el abanico de la picaresca”, cita Fertiberia, firma que lamenta que este producto no requiera la supervisión de autoridad alguna cuando es el verdadero garante de que el diésel no dispare sus emisiones. “Ni siquiera se chequea en la ITV, en la que la prueba de emisiones mide la opacidad del humo, no el contenido en gases”, afirma la empresa desde su posición de agraviada.
Con el análisis de SGS sobre la mesa, Fertiberia cree que “las autoridades deberían tomar conciencia de que no sirve de nada poner una norma e incluso hacerla cada vez más restrictiva, como es el caso de la Euro6, homologando el sistema SRC como garante, si luego no se ponen los medios para que dicha norma pueda cumplirse en el mundo real”. Su reclamación es que se aplique “un nivel de tolerancia cero” con los productores de AdBlue que pongan en el mercado productos que no cumplen con las garantías marcadas por la ISO 22241.
Un producto clave para en vehículos industriales
Así actúa el producto. Cuando el AdBlue llega al sistema de control de emisiones SCR del vehículo, la urea se descompone en amoniaco y reduce las moléculas NOx. Con este sistema se logra que las emisiones sean de vapor de agua (H2O) y nitrógeno (N2), ambos inocuos para el medio ambiente.
Volumen de consumo. Se estima que el uso de AdBlue alcanza un 5% del volumen de diésel utilizado por los vehículos industriales y un 3% en el caso de los turismos. Fabricantes como Mercedes, Renault, Volvo, DAF o Iveco participaron en la confección del sistema SCR, instalado en los tubos de escape de miles de vehículos comerciales.
Recarga, principalmente en las revisiones. El producto se encuentra almacenado en un depósito independiente en el vehículo al no tratarse de un aditivo del diésel. El AdBlue puede repostarse en estaciones de servicio, siendo lo más habitual por el momento que se reponga en los talleres durantes las revisiones.
Puntos de venta. En España hay entre 250 y 300 estaciones de servicio proveedoras de AdBlue o productos similares para reducir las emisiones de los motores diésel. El producto también se distribuye en talleres y centros de venta enfocados al sector agrario.