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El móvil flexible de Samsung sería mucho más caro que cualquier iPhone

La firma coreana podría lanzar su móvil más caro en 2019

El año 2019 será en el que conozcamos a los primeros móviles con pantalla flexible del mercado. Y el de Samsung es sin duda uno de los más esperados, sobre todo porque es del que más datos conocemos y el que ha sido mostrado “con cierto sigilo” en la conferencia de desarrolladores de Samsung hace un par de semanas. Pues bien, un modelo tan exclusivo no podía ser un barato o asequible, y hoy hemos conocido precisamente cuál sería el precio de este primer móvil flexible de los coreanos, y es muy elevado.

Rompería la barrera de los 2.000 euros

El iPhone X fue uno de los móviles más controvertidos de 2017 gracias a su elevado precio, que superaba por primera vez y con holgura los mil euros. Después el iPhone XS Max ha aumentado aún más ese techo, con más de 1.600 euros en sus versiones más caras. Pues bien, ahora el año que viene el nuevo móvil flexible de Samsung sería capaz de superar de nuevo esos registros, alcanzando un precio al alcance de muy pocos. Alcanzando una cifra de nada menos que 2.200 euros, algo que no hemos visto en ningún móvil anteriormente, tan siquiera en las versiones automovilísticas de los topes de gama.

Concepto del Samsung Galaxy Flex, no será así su diseño final
Concepto del Samsung Galaxy Flex, no será así su diseño final

Y por supuesto dejando de lado los modelos híper exclusivos de algunas marcas que se limitan a añadir metales preciosos a móviles de Apple o Samsung. Estas informaciones llegan desde el Reino Unido, donde el teléfono flexible de Samsung se venderá tanto libre como en operadores. Y ha sido alguien cercano a una de estas operadoras quien precisamente habría filtrado este extraordinario precio para el terminal de los coreanos. Y os preguntaréis qué es lo que ofrecerá este móvil que no nos ofrezca otro.

Pues bien, básicamente su gran pantalla flexible, o mejor dicho, pantallas. Todo gracias a su panel completamente flexible, que permite doblar la pantalla sin que sufra daño alguno, así como ciertos componentes interiores del teléfono. Además tendría dos pantallas, una frontal de unas cuatro pulgadas, para utilizar el móvil como lo hacemos tradicionalmente. Y otra interior que desplegada tendría un tamaño de unas ocho pulgadas, lo que de facto lo convertiría en toda una tableta. Eso sí, incluso desde Samsung hay dudas sobre su encaje en el mercado, ya que no está muy claro el uso diferencial que podremos hacer de un dispositivo de este tipo, que sí, tendrá una pantalla muy grande, pero tan siquiera será panorámica.

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