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Los trabajadores sobrecualificados copan dos terceras partes del avance del empleo

La patronal de las ETT (Asempleo) alerta sobre la pérdida de productividad por la desmotivación Las mujeres están más afectadas que los hombres por esta situación

Cinco Días
Raquel Pascual Cortés

En España la mayoría de los trabajadores se considera sobrecualificado. Esto es, tiene una formación superior a la que requiere su puesto de trabajo.

En concreto, a mediados de 2018, los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) indicaban que el 53,9% de los ocupados estaba sobrecualificado para su empleo. Seguidamente se situaron aquellos que se consideran con una cualificación adecuada para su ocupación (el 42,5% de los trabajadores) Por el contrario, aquellos que están infracualificados y tienen menor formación de la que requiere su empleo son el 3,6%.

La patronal de las empresas de trabajo temporal y agencias privadas de colocación (Asempleo) ha analizado la evolución de estos colectivos desde finales de 2016, cuando se calcula que se produce la consolidación de la recuperación del empleo, que se inició entre finales de 2013 y principios de 2014. Según este análisis, la esperada corrección de la sobrecualificación en el mercado de trabajo español a medida que avanza su recuperación no solo no se ha producido sino que ha aumentado y está repuntando.

Así, en el último año y medio, que es el periodo analizado, poco más de dos terceras partes del crecimiento del empleo ha sido protagonizado por trabajadores sobrecualificados. Concretamente, la ocupación ha avanzado un 4,5% entre el ultimo trimestre de 2016 y el segundo trimestre de 2018 y 3,1 puntos porcentuales de este incremento corresponde a estos ocupados con más formación de la que exige su puesto. En términos absolutos, los ocupados sobrecualificados han avanzado un 0,6% en este periodo.

Esto lleva a Asempleo a alertar sobre esta situación que consideran “preocupante y cuya persistencia podría constituirse como un indicador de la ineficiencia del mercado de trabajo”. Es más, los técnicos de esta patronal advierten de que este crecimiento de la sobrecualificación puede también “lastrar la productividad por tener un efecto negativo directo sobre la motivación de los trabajadores.

En estos últimos trimestres se mantiene en diez puntos la brecha de género: el 59,4% de las mujeres ocupadas está sobrecualificada frente al 49,3% de los hombres. Ambos colectivos han crecido por igual desde finales de 2016, un 3%.

Asimismo, según estos datos, siguen siendo evidentes las diferencias según la edad del trabajador, ya que la sobrecualificación afecta especialmente al 66,4% de los jóvenes de entre 16 y 24 años. Esto se produce pese a que este colectivo fue el que más contribuyó (un 20,6% al avance del empleo desde finales de 2016).

De esta forma los jóvenes desplazaron a los mayores de 55 años que fueron los principales contribuidores de la recuperación del empleo en los primeros años tras la crisis y ahora aportan alrededor del 9,4% del crecimiento de la ocupación. En ambos colectivos, la mayor parte de su contribución al aumento del empleo descansa en ocupados sobrecualificados. No existen apenas diferencias respecto a las primeras fases de la recuperación.

Los fijos, con más desajuste

 

Tipo de contrato. Los autores de este estudio aseguran que en los empleos temporales, por lo general, el ajuste entre la formación del trabajador y la cualificación que exige el cargo es mayor que en los puestos indefinidos. Así. el empleo temporal creció un 7% entre finales de 2016 y mediados de 2018 y cuatro puntos porcentuales de este avance se corrrespondió con ocupados sobrecualificados. Mientras que en el caso del empleo indefinido– que aumentó un 5% en este mismo periodo– el 80% de este avance (cuatro puntos porcentuales) fue ocupado por trabajadores con más formación de la requerida para el puesto.

 

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Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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