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Formación

Las empresas, un aliado clave para el pacto por la educación

Los empleados necesitan más tiempo para vincularse a la enseñanza de sus hijos

Aquí se lo dejo. Si hay algún problema, avíseme. ¿Cuándo hizo su última revisión?... Estas son frases que suelen escucharse en los talleres mecánicos y que a nadie sorprenden. “El problema llega cuando estas expresiones comienzan a oírse en el ámbito educativo, algo que lamentablemente ha sido habitual en los últimos años”, explicó ayer el docente y experto en innovación educativa, Juanjo Vergara, durante la presentación del Pacto por la Educación en Equipo, impulsando entre otros por la Fundación SM y Gestionando Hijos, además de distintas personalidades y expertos vinculados a la educación en España.

El objetivo de la iniciativa es acabar con las trabas que han frenado el avance didáctico y formativo, relacionadas sobre todo con la necesaria vinculación y complicidad entre los diferentes agentes que conforman este gran conglomerado. “Por un lado, los padres y madres y el profesorado, los principales actores de este juego”, prosiguió Vergara. Y por otro lado, otras piezas fundamentales del juego, como pueden ser las administraciones públicas y las empresas privadas.

“Son ideas necesarias, que deben llevarse a la práctica, ya que los padres, docentes y administración han de trabajar juntos para profundizar en aspectos importantísimos para cualquier avance, como pueden ser el tiempo, la complicidad y el diálogo”, explicó el director general de planificación y gestión educativa del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, José María Fernández Lacasa, quien hizo hincapié en el buen momento en el que llega la citada iniciativa, “en una tesitura en la que por fin se ha llegado a un acuerdo para formar una comisión en el Congreso de los Diputados que construya y dé forma a un posible gran pacto por la educación”, apuntó. Pero, ¿por qué son tan importantes el tiempo o la complicidad en el ámbito docente? ¿Qué deberían hacer las organizaciones privadas para ayudar a afianzar estas demandas?

Nadie duda que la educación es uno de los instrumentos más efectivos para mejorar la sociedad, “por eso es necesario que todos los agentes que pueden intervenir de una u otra forma en este proceso y que comparten un mismo objetivo, colaboren de forma conjunta”, solicitó el director de Educar es Todo, Leo Farache. Los padres, madres y profesorado son las piezas fundamentales que “deben trabajar a la par buscando semejanzas y no diferencias”, afirmó la psicóloga María Jesús Álava. Esto es, en opinión de esta experta, lo más importante en la vida de los niños y futuros profesionales.

Todo esto es útil para, entre otros aspectos, pasar de una educación que actúa cuando llegan los problemas, “a un sistema docente predictivo y preventivo que se adapte a los alumnos desde el comienzo, desde su llegada al centro de estudios, y no después de que surja cualquier complicación”, prosiguió Álava. Conseguir esta meta, más que un cambio de mentalidad, supondría únicamente impulsar cambios a nivel legislativo, “ya que los docentes, por regla general, suelen tener clara esta idea”.

Una reunión entre padres y docentes cuida la salud emocional de los futuros profesionales

¿Qué es lo que falla entonces? “Tiempo dentro de sus jornadas laborales”, afirmó la psicóloga. Por eso, hay que impulsar que los profesores tengan más horas para poder estar con las familias de sus alumnos, “sin que esto suponga que tengan que quedarse más tiempo trabajando”. Pero esto no es cosa de uno, y al otro lado de la cuerda se encuentran los padres de los estudiantes. Es en este contexto donde se hace necesaria una alianza con el tejido empresarial. Y es que, tal y como explicó Álava, muchas reuniones entre las dos partes que conforman la educación de los futuros profesionales, docentes y familias, no llegan a buen puerto por la falta de tiempo y de oportunidad de encuentro entre ellas. Aquí, el papel de las compañías se vuelve indispensable para que, cuando los padres tengan que ir a reunirse con los profesores de sus hijos, las empresas les den vía libre. “Que se comporten como cuando un empleado tiene que ir al médico. Porque al fin y al cabo estas reuniones sirven para trabajar la salud emocional de los niños”, sentenció Álava.

La lacra del acoso escolar, con todas sus consecuencias, influye no solo en el día a día de los chavales que lo sufren, sino también en su desarrollo y, por consecuencia, en la forma de ser de los adultos en los que se convierten. Acabar con este fenómeno es una exigencia que los expertos también incluyen en la lista de cualquier posible pacto por la educación. Más aún cuando las cifras continúan siendo alarmantes. El último estudio realizado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) cifra en un 75% el incremento del acoso en el último año, que además se ha cuadruplicado desde 2009.

“Se estima que el 26% de la población escolar está afectada por este. Además, solo el 14% se lo dice a sus padres, y solo el 10% a los profesores”, explicó Carmen Cabestany, docente y secretaria general de NACE (No al Acoso Escolar), quien profundizó en la cantidad de adultos que hoy ven condicionada su vida profesional y personal por haber sufrido este tipo de ataques durante su infancia.

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