Poítica monetaria

Draghi prorroga el programa de compras de deuda pero rebaja el importe

Rebaja a un año el vencimiento mínimo de los bonos que compre Se elimina el suelo del -0,4% por debajo del cual no puede adquirir deuda

Cumpliendo con lo previsto, el BCE ha anunciado que mantiene los tipos de interés en el 0%. La sorpresa ha llegado con el anuncio de que prorrogará el programa de compras de deudas más allá de marzo y en lugar de los seis meses esperados, el organismo lo alarga nueve meses, hasta final de año. 

A cambio, ha decidido reducir el importe a partir de abril desde 80.000 millones de euros al mes a 60.000 millones. Un guiño a los partidarios (principalmente el Bundesbank) de una retirada de los estímulos, que en las últimas semanas se han hecho oír, al hilo de repunte de la inflación. Ignacio Victoriano, responsable de renta fija de Renta 4 Gestora, explica que el mensaje que ha mandado es que el programa de compras no finalizará en diciembre del próximo año, sino que se ampliará más allá de 2018. 

La institución ha asegurado que en caso de que las perspectivas sea menos favorables, el Consejo de Gobierno tiene previsto “incrementar el programa en términos de volumen y/o duración”. En paralelo, el banco central ha ajustado los términos del programa: en primer lugar el vencimiento mínimo de los activos que adquiera pasa a ser de un año (frente a dos) mientras se elimina el umbral mínimo por debajo del cual no se puede comprar deuda, actualmente en el 0,4%.

Draghi ha insistido en que no se ha debatido un tapering (retirada de los estímulos) ni está en la agenda: "El BCE va a seguir en los mercados, es nuestra intención", ha señalado en dos ocasiones. La institución también ha actualizado las previsiones económicas. Prevé que la inflación llegue al 1,7% en 2019, pero apenas ha elevado la de 2017 (1,5%) y ha rebajado la de 2018. En cuanto al PIB, ha mantenido sus previsiones: la economía crecerá un 1,7% este año y el próximo y se quedará en el 1,6% en 2018 y 2019.

El mercado de repos

Las intensas compras de deuda pública por parte del BCE desde marzo de 2015 han retirado tanto papel que el mercado en el que los bancos se prestan dinero entre sí dejando como garantía una activo –generalmente, deuda soberana– ha quedado reducido a la mínima expresión. Mario Draghi ha tomado medidas para que esta fórmula de financiación a corto plazo de las entidades –que se compagina con las subastas de liquidez que el propio Banco Central celebra mensual o trimestralmente y con los préstamos en el interbancario clásico (sin prenda)– no muera de inanición.

El organismo prestará parte de los bonos soberanos que mantiene en cartera (1,2 billones de euros a cierre de noviembre) a cambio de efectivo, por un máximo de 50.000 millones de euros, para que las entidades puedan utilizarlos en el mercado de repos. Hasta ahora, el BCE cedía ese colateral pero se daba la paradoja de que exigía para entregarlo otro activo como garantía; a partir del 15 de diciembre le valdrá con el dinero contante y sonante.

Apenas ha entrado en los problemas de la banca italiana, pero sí ha señalado que la petición de un rescate bancario (como el español), solo se activa cuando no hay otra alternativas.

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