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Problemas de espalda, cuello y hasta respiratorios

Estos son los preocupantes efectos secundarios para la salud de tanto "whatsappear"

No es la primera vez que hablamos de que el "whatsappeo" es malo para la salud. Ya hemos comentado como hay estudios que lo asocian a problemas cervicales e, incluso, estéticos ya que hacen aparecer arrugas en el cuello. Pero no son los únicos "efectos secundarios" que tiene WhatsApp en nuestro organismo.

Con la explosión de este tipo de aplicaciones, un usuario llega a recibir o enviar una media de 50 mensajes al día (algo impensable cuando teníamos que pagar por cada uno de ellos en la era del SMS). Esto hace una suma de cerca de 18.000 mensajes al año por persona. La posición que solemos adoptar dobla el cuello forzando las vértebras cervicales, presiona el pecho y genera diferentes problemas en las manos y dedos.

En el gráfico interactivo que acompaña el texto y creado por el Huffington Post se muestran las principales dolencias que acompañan al uso de terminales móviles por parte de los más enganchados al WhatsApp. Como se puede comprobar, entre ellos están cosas como lesiones cervicales, estudiadas por el doctor Kenneth Hasraj. Para hacernos una idea, al mirar el móvil torsionamos el cuello en un ángulo de 60 grados que hace que aumente el peso que soporta en cerca de 5 kilos - más o menos lo que pesa una bola de bolos -. Una continua postura en este sentido puede llevar a problemas en el cuello y la espalda. Para atajarlo, se aconseja llevar el móvil a la altura de los ojos o, al menos, la de los hombros.

Por otra parte, más curioso son los hallazgos de la asociación británica de Quiroprácticos, que indican que también esta posición, junto con los brazos juntos para coger el móvil y escribir, hace que sea más difícil respirar profundamente, lo que afecta incluso al funcionamiento del corazón. Además, los facultativos han detectado que tanto cuando escribimos en el móvil o en el ordenador, producto de la concentración, solemos aguantar la respiración lo que han definido como la "apnea de la pantalla". Un buen consejo es parar de vez en cuando de escribir, respirar profundamente e, incluso, levantarnos de la silla al menos una vez cada hora.

Finalmente, la forma de coger el móvil trae a la palestra viejos conocidos como el síndrome del túnel carpiano. La posición que toman las manos y el tiempo que se quedan encogidas mientras escribimos fomenta la aparición de problemas musculares. Además, como curiosidad, se empieza a detectar lo que se ha llamado el "síndrome del pulgar de mensaje" (Texting Thumb). Y es que estos dedos tienen menos movilidad que los otros pero son los más utilizados para esta tarea, lo que hace que los mantengamos en tensión y a vece los oigamos crujir, con el consiguiente dolor que esto general. Solución hay poca, porque los teclados están hechos para usarlos así, por lo que se aconseja que procuremos utilizar otros dedos o los sistemas de reconocimiento de voz.

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