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Si se tiene sospechas de que alguien espía su teléfono, seguramente es porque tiene contacto físico con el terminal

Espiar el WhatsApp de tu pareja puede llevarte a la cárcel

Sin duda que Whatsapp es una de las aplicaciones estrellas del momento no sólo por los millones de usuarios que la utilizan sino también por la habilidad que tiene dicha aplicación de generar conflictos. Y es que Whatsapp es testigo cada día en discusiones de pareja, familiares o entre amigos, infidelidades o roturas de negocios.

En numerosas ocasiones se ha oído la frase: “Si Whatsapp hablase…”, pero por el momento eso no es posible aunque muchos lo hubiesen preferido ya que al final las palabras se las lleva el viento y por el contrario todo lo que se ha escrito queda almacenado en una base de datos en la que se pueden copiar, transferir, leer o espiar.

Esta última práctica es la que está dando más de que hablar. Sobre todo entre parejas en las que uno de los dos miembros comienza a tener sospechas de posibles infidelidades de su hasta entonces media naranja.

Son muchos casos donde alguien comienza a espiar los mensajes de Whatsapp de su pareja cuando ésta se despista unos minutos de su teléfono móvil con el fin de tratar de calmar o confirmar sus sospechas. Pero antes de ponerse a espiar los mensajes de alguien, todo el mundo debería saber que acceder a las conversaciones privadas de otra persona (incluidas las de WhatsApp), constituye un delito de descubrimiento y revelación de secretos del artículo 197 que conlleva penas de prisión.

Otra de las artimañas más usadas, es buscar en alguno de los buscadores “como espiar el WhatsApp de mi pareja”, lo cual dirige en la mayoría de las ocasiones a páginas con software malicioso con el que seguramente acabe siendo uno mismo la propia víctima y terminará suscrito a algún servicio SMS Premium en el que supuestamente a través del envío de un SMS enviarán las claves para acceder al programa espía.

Desde luego que hay manera de espiar los mensajes de otra persona, pero las técnicas son demasiado complejas y no están al alcance de cualquiera, y mucho menos en alguno de los buscadores de Internet. Lo cierto es que cada vez hay más denuncias por este tipo de prácticas en las que el denunciante llega con la sospecha de que otra persona le está espiando y leyendo mensajes privados.

A partir de ese momento, las preguntas que se hacen rápidamente son: ¿Te has separado alguna vez del teléfono móvil?¿el supuesto espía ha podido tener acceso físico al teléfono?. La respuesta más común es ”podría ser..”.

Y es que aunque uno no se separe nunca del teléfono, desde la simple observación del móvil o un ordenador por encima del hombro, se podrían ver las contraseñas asociadas al teléfono y de esta manera poder acceder al contenido de los mensajes.

Ahora bien, una vez que se haya accedido en línea o copiado las bases de datos de WhatsApp del teléfono, el espía podrá ver el contenido de los mensajes, contactos, teléfonos con los que se intercambian mensajes e incluso la localización, desde otro ordenador, cómodamente y con tiempo suficiente para sacar conclusiones y crear su propia versión sobre la vida de la otra persona.

No obstante, copiar la base de datos de Whatsapp mediante acceso remoto, se trata de una práctica técnicamente posible pero muy complicada a la vez que inusual, por lo tanto, si se tienen sospechas de que alguien ha espiado los mensajes del teléfono porque hace comentarios de información que sólo ahí se ha escrito, seguramente es porque en algún momento ha podido tener contacto físico con el terminal.

Por lo tanto, si alguien tiene algo que esconder será mejor que no lo deje nunca por escrito.

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