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Cumbre de la UE

Rajoy reclama la ayuda del BCE porque "no podemos seguir así mucho tiempo"

La cumbre estudia medidas para relajar las primas de riesgo pero hay dudas sobre el calendario y alcance

Rajoy reclama la ayuda del BCE porque "no podemos seguir así mucho tiempo"
Rajoy reclama la ayuda del BCE porque "no podemos seguir así mucho tiempo"EFE

La mal llamada cumbre europea del crecimiento se convirtió ayer en la enésima reunión al borde del precipicio. La caída generalizada de las Bolsas (el Ibex 35 hasta mínimos de 2003), la depreciación del euro frente al dólar (niveles de julio de 2010) y las dudas sobre la solvencia de varios países europeos (la prima de riesgo española cerró en 482 puntos) obligó a los líderes de los 27 países de la UE, reunidos en Bruselas para una cena informal, a realizar de nuevo urgentes trabajos de reparación en una Unión Monetaria que parece resquebrajarse por momentos.

Sobre la mesa, medidas a corto plazo como una posible reedición del manguerazo de liquidez (un billón de euros) que el Banco Central Europeo llevó a cabo hace tres meses. O la reforma del fondo de rescate, por quinta vez desde su creación en 2010, para darle acceso a la liquidez cuasi ilimitada del BCE y autorizarle a participar en la recapitalización directa de los bancos en dificultades.

En todos esos puntos, Berlín y Fráncfort aparecían para muchas delegaciones como los enemigos, si no a batir, al menos sí a convencer. Y el estreno de un presidente francés socialista, François Hollande, daba ayer renovados alientos a ese bando partidario de la intervención para relajar las primas de riesgo.

La cumbre podría enviar una señal para que Draghi actúe a favor de España

Pero al cierre de esta edición ni Merkel ni el BCE habían dado señales de flexibilidad. La canciller consideró prematura la creación de instrumentos como los eurobonos, planteada por París. Y el BCE, que mantuvo una teleconferencia con el resto de instituciones europeas antes de la cumbre, se resistía a realizar nuevas inyecciones de liquidez. La alternativa, una petición de ayuda al fondo de rescate, volvió ayer a ser descartada por el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.

Pero Rajoy advirtió a sus socios que la pasividad de Bruselas y Fráncfort socava los ajustes que están haciendo países como España. "Europa tiene que dar una respuesta, no podemos seguir viviendo así por mucho tiempo", clamó Rajoy tras reunirse poco antes de la cumbre con Hollande, en París.

Una urgencia parecida se apreciaba en las palabras del otro líder en dificultades, el primer ministro italiano Mario Monti. "Necesitamos medidas que se puedan adoptar en el corto plazo y para eso debemos comenzar hoy el debate para poder aprobarlas en la próxima cumbre de junio".

La desesperación se extendía incluso entre los socios de la UE que no comparten la moneda única. "No podemos venir una y otra vez a cumbres de este tipo", se quejó el primer ministro británico, David Cameron, a su entrada en el edificio Justus Lipsius, la sede del Consejo Europeo donde se celebró la cena. Cameron reconoció el impacto de la crisis del euro en su propio país y pidió soluciones estructurales (como en la regulación del sector bancario) que zanjen de una vez las dudas sobre la economía del Viejo Continente.

Herman Van Rompuy, e l anfitrión de la cena en su calidad de presidente del Consejo, rogó a los 27 presidentes de Gobierno que afrontaran la reunión "sin tabúes" y dispuestos a estudiar todas las opciones políticas posibles para rediseñar la Unión Monetaria del futuro.

Advertencia a Grecia

Las palabras de Van Rompuy eran el eco de la petición cursada por el invitado estelar de la cena de ayer: Mario Draghi. El presidente del Banco Central Europeo pidió hace unas semanas que los líderes europeos aclaren cómo será la zona euro dentro de 10 años.

Poco antes de la reunión de ayer, sin embargo, cundían dudas sobre cómo será la Unión Monetaria dentro de 10 días. La salida de Grecia del euro planeaba de nuevo, con la agencia Reuters informando de que ya estaba en marcha la preparación de "planes de contingencia" para paliar los efectos de esa ruptura en el resto de la Unión.

El Ministerio griego de Finanzas se vio obligado a "negar categóricamente" la existencia de esos planes, pero la credibilidad de las capitales europeas en general, y la de Atenas en particular, se encuentra tan dañada que ningún desmentido logra calmar del todo la inquietud.

La cumbre, además, no dudó en repetir las advertencias al pueblo griego sobre la conveniencia de acudir a las urnas el próximo 17 de junio como si se tratara de un referéndum sobre su continuidad en la moneda europea.

Varias delegaciones (entre ellas las de España, Francia o Italia) se negaron a especular lo más mínimo sobre la posibilidad de una expulsión de Grecia, todas advirtieron que, gane quien gane las elecciones, el país deberá continuar con los ajustes, una clara señal para disuadir a los votantes de Syriza, el partido de extrema izquierda que ha prometido el fin de la austeridad.

"En Grecia", resumió el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, durante su intervención en la cumbre, "hay quien alimenta la ficción de que es posible suspender el reembolso de la deuda y las reformas estructurales y permanecer en la zona euro".

Schulz también apoyó la creación de un impuesto sobre las transacciones financieras (la llamada tasa Tobin) como parte de un pacto del crecimiento que complemente el pacto de rigor fiscal y los planes de austeridad.

Otros asuntos sobre la mesa de los líderes europeos

Papademos matiza sus palabras sobre la salida de Grecia del euroEl primer ministro griego, Lucas Papademos, destacó que "no tiene conocimiento de ninguna preparación específica" sobre la salida de Grecia del euro "en las instituciones europeas o de otros países europeos" ni tampoco en el país heleno. En unas declaraciones difundidas ayer ampliamente por la prensa griega, realizadas a última hora a la cadena estadounidense CNBC, Papademos insistió en que no se podía "excluir la posibilidad" de que los socios de la zona euro estén haciendo dichos preparativos tras la incertidumbre política surgida tras las elecciones del 6 de mayo. Pero subrayó que el abandono de Grecia de la moneda única es "improbable que se materialice" y es un "escenario no deseado".Papademos matizó así unas declaraciones previas al diario estadounidense The Wall Street Journal en las que advertía que los preparativos para una posible salida del país de la zona euro se estaban considerando.Medio millón de jóvenes empleadosEl presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, presentó ayer en la cumbre europea el resultado del trabajo de los grupos de expertos que envió a los ocho países, entre ellos España, con mayor problema de paro. Barroso aseguró que esa experiencia piloto, iniciada en febrero, ha permitido reorientar casi 7.300 millones de euros de los fondos estructurales para contribuir a la creación de 480.000 puestos de trabajo para jóvenes con la participación de 56.000 pequeñas y medianas empresas. En España, en concreto, se han movilizado 1.100 millones de euros, 7.700 pymes... pero Barroso no dio datos sobre la creación de empleo.Rubalcaba augura una "nueva política económica" en EuropaEl secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, respaldó ayer a François Hollande a favor de combinar las políticas de ajuste con otras para promover el crecimiento y la creación de eurobonos con el fin de reducir las diferencias que pagan los países de la zona euro respecto a Alemania para refinanciar su deuda, porque le vienen a España "como anillo al dedo" en su situación actual de "recesión".Rubalcaba auguró "una nueva política económica en Europa" porque la actual política basada en el ajuste solo ha contribuido a "profundizar en la crisis" en países como España e Italia. El líder del PSOE también insistió en la necesidad de flexibilizar los plazos para cumplir el objetivo de déficit del 3% en 2013 para garantizar "una consolidación fiscal inteligente", de manera que el "ritmo" de ésta sea "compatible con el crecimiento económico".Monti plantea un nuevo cómputo del déficitEl primer ministro italiano, Mario Monti, defendió ayer la creación de eurobonos como medida para impulsar el crecimiento, aunque admitió que "para varios Estados miembros no son ideas digeribles a corto plazo".Italia se mostró partidaria también de que las inversiones públicas se excluyan del cómputo del déficit público, una idea que hasta ahora no ha encontrado eco en el resto de socios de la eurozona. El primer ministro italiano apostó por ello por "encontrar soluciones más a corto plazo" para impulsar el crecimiento y "que puedan lograr rápidamente el consenso" y se aprueben en la cumbre del 28 y 29 de junio.

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