La Seguridad Social o una ficción financiera
El superávit de la Seguridad Social se ha terminado. 2010 se ha cerrado ya en déficit de explotación, por utilizar terminología contable y empresarial, ya que sin los ingresos aportados por la rentabilidad financiera del Fondo de Reserva, las cuentas de la Seguridad Social han culminado el año 2010 en números rojos. Además, en los cuatro o cinco próximos meses el deterioro de las cuentas será muy rápido, puesto que habrá una brusca caída de cotizantes: el cerca de medio millón de perceptores de desempleo que perdió su trabajo en el invierno y primavera de 2009, agota la prestación ahora y con ella su aportación a la Seguridad Social.
Así, la carga de la crisis la soportan el Estado y las cuentas del Servicio Nacional de Empleo que abonan conjuntamente la cobertura de paro, y que ha llegado a superar el coste anual de los 32.000 millones de euros. Ahora agotan y pierden la prestación cohortes muy abultadas de desempleados, todos los que llegaron al desempleo entre octubre de 2008 y mayo de 2009, que encajó el derrumbe de la construcción residencial, y que es una cifra no inferior a los 800.000 parados. Ahora la caja del servicio de empleo experimentará un gran alivio, pero se resentirán las cuentas de la Seguridad Social.
En los próximos meses los ingresos por cotizaciones descenderán significativamente, como lo han hecho ya en noviembre y diciembre, tras haber cerrado ya 2010 con un descenso del 0,82%. Así, en los próximos meses el sistema registrará números rojos, incluso aunque compute los ingresos generados por la rentabilidad del Fondo de Reserva, que ya en 2010 han evitado el déficit. Aunque sea de forma muy puntual, en algunos meses de esta primavera, quizás para abonar la extra de verano, la Tesorería General de la Seguridad Social podría tener que echar mano de los dineros del Fondo de Reserva para abonar las prestaciones.
La reforma, por favor, cuanto antes, y más profunda de lo que se dice; que están en juego la solvencia de España y las prestaciones del futuro.