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Cambio de Gobierno

Rubalcaba, que asume la Vicepresidencia primera, nuevo hombre fuerte del Gobierno

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha vuelto a recurrir a Alfredo Pérez Rubalcaba en una de las fases más delicadas de su Ejecutivo al otorgarle la Vicepresidencia Primera de cara al tramo final de la legislatura. Además mantiene la cartera de Interior donde llegó en el año 2006 para lograr el final de ETA y ejercerá como portavoz del Ejecutivo en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros. De este modo, Rubalcaba se convierte de nuevo en la imagen y el hombre fuerte del Ejecutivo, una responsabilidad que ejerció en los últimos años de la etapa de Felipe González.

Rubalcaba, que asume la Vicepresidencia primera, nuevo hombre fuerte del Gobierno
Rubalcaba, que asume la Vicepresidencia primera, nuevo hombre fuerte del GobiernoReuters

Además mantiene la cartera de Interior donde llegó en el año 2006 para lograr el final de ETA y ejercerá como portavoz del Ejecutivo en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros. De este modo, Rubalcaba se convierte de nuevo en la imagen y el hombre fuerte del Ejecutivo, una responsabilidad que ejerció en los últimos años de la etapa de Felipe González.

Rubalcaba se sitúa así, sólo por debajo de Zapatero, e indirectamente como el mejor posicionado para la sucesión en el caso de que Zapatero no repita como candidato. Desde hace meses es junto a José Blanco el principal interlocutor del presidente del Gobierno, por lo que podría haber tenido una implicación personal en la elección de los cambios anunciados hoy. Indirectamente con este nombramiento también traza un cierto paralelismo con el líder del PP, Mariano Rajoy, quien compaginó la Vicepresidencia primera con Interior entre el año 2001 y 2002.

Pese a que lleva décadas en la primera línea política, este es el mayor logro personal de Rubalcaba. En el congreso socialista del año 2000 en el que Zapatero fue elegido secretario general, apostó por José Bono, sin embargo, desde aquel momento hace ya diez años, Rubalcaba siempre ha sido la persona a la que acudir para sacar adelante las iniciativas más sensibles y que precisaban de mayores esfuerzos de negociación.

Tuvo un papel esencial en la campaña de las elecciones generales del año 2004 que devolvió a los socialistas a La Moncloa ocho años después y dando un vuelco a las encuestas tras los atentados del 11-M. Ya con Zapatero en el Gobierno, su primera misión fue afianzar el poder del PSOE en el Congreso ejerciendo como portavoz socialista. El presidente pensó en él para ese puesto valorando su discurso eficaz y su capacidad para alcanzar acuerdos con cualquier formación -fueron una constante sus largos paseos por los pasillos de la Cámara del brazo de su entonces homólogo en el PP, Eduardo Zaplana-.

Pero su designación como jefe del grupo socialista tenía también en mente la espinosa tramitación del Estatuto catalán que duró meses. æpermil;l fue el artífice de tratar de cumplir la promesa de Zapatero, quien se comprometió a dejar la reforma "limpia como una patena" de posibles puntos inconstitucionales. Para ello fueron necesarias jornadas maratonianas de conversaciones a puerta cerrada con los distintos portavoces y con el actual ministro del Justicia, Francisco Caamaño, entonces secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y con Ramón Jauregui, nombrado hoy ministro de la Presidencia.

Negociación con ETA

Su siguiente encargo fue embarcarse en el intento de lograr el final dialogado de la banda terrorista ETA para lo que fue designado ministro del Interior. Según dijo, algún día revelará la "intrahistoria de esa designación" que él personalmente ni esperaba ni deseaba. Tras la declaración de tregua de ETA en marzo de 2006 se implicó personalmente en una negociación que tuvo dos mesas de diálogo y en ambas situó a personas de su máxima confianza. Pese a todo, aquel intento quedó marcado por el atentado de la T4 en Barajas el 30 de diciembre de ese año.

Incluso después de aquel atentado y ya con el proceso en situación crítica, Rubalcaba aun tuvo que tomar alguna decisión que afectó a su popularidad como fue la excarcelación por "razones humanitarias" del sanguinario terrorista, José Ignacio de Juana Chaos, tras varios meses en huelga de hambre.

Con la segunda legislatura llegó el cambio en la política antiterrorista del Ejecutivo. Enterradas ya las posibilidades de diálogo con ETA, se sucedieron los éxitos policiales con la desarticulación de hasta cinco jefes de la banda y el arresto de un total de 298 militantes en lo que va de legislatura (88 en el presente año). El propio Rubalcaba presume en tono de broma de que su trabajo en el Departamento de Interior le ha permitido granjearse una mayor simpatía entre los votantes de la derecha.

Actualmente es una de las voces más firmes contra los últimos movimientos en el seno de la izquierda abertzale. Su último gesto ha sido el de rechazar los "juegos retóricos" de Otegi para no crear "confusión" y siempre que es preguntado se dirige al mundo de Batasuna para recordarle que sólo tiene dos opciones: "o votos o bombas".

Hombre fuerte, también en el PSOE

Miembro del Ejecutiva Federal del PSOE, nunca ha dejado de lado los asuntos internos del partido. Su última implicación finalizó en fracaso cuando tomó partido de manera personal por Trinidad Jiménez, situándola como la candidata oficial del aparato del partido en las primarias de Madrid que le enfrentaron a Tomás Gómez . De hecho, el ahora vicepresidente primero del Gobierno fue quien se mostró más contundente contra el ex alcalde de Parla a quien bautizó como "el hombre que le dijo que no a Zapatero".

Rubalcaba ganará ahora más notoriedad todavía desde las ruedas de prensa del Consejo de Ministros. Esta responsabilidad tampoco es nueva para él ya que en el último Gobierno de Felipe González, ejerció como ministro de la Presidencia entre el año 1993 y 1996 respondiendo preguntas de los periodistas en el ocaso del 'felipismo' por los casos de corrupción o la relación del Gobierno con los GAL, que siempre negó.

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