Almunia se despedirá de su cartera con una severa advertencia a Grecia
El comisario español Joaquín Almunia se despedirá mañana de la cartera de Asuntos Económicos y Monetarios con la difícil doble tarea de presionar a Grecia por la deriva de sus finanzas públicas y, a la vez, mandar una señal de apoyo al país que tranquilice a los mercados.
El último pleno de la Comisión Europea (CE) antes de su próxima renovación tratará de manera monográfica la situación de las cuentas públicas griegas y adoptará unas recomendaciones sobre su último plan de estabilidad, para "asegurarse de que el abultado déficit es corregido".
El Ejecutivo comunitario abrió un procedimiento por déficit excesivo a Grecia en abril de 2009, cuando el déficit oficial estimado para 2008 se situaba en 3,7% del PIB, pero la situación ha empeorado considerablemente desde entonces.
El déficit público para ese año fue revisado hasta el 7,7%, tras las elecciones que dieron la victoria a la oposición socialista, mientras que las estimaciones de déficit para 2009 rondan el 13%, lo que ha provocado una pérdida de confianza en los mercados, castigando al bono griego y haciendo caer el euro.
En este contexto, el Ejecutivo comunitario recurrirá por primera vez a todos los instrumentos legales a su disposición para lanzar una alerta a un miembro de la Eurozona que a su juicio ha vulnerado no sólo la disciplina presupuestaria sino también las orientaciones macroeconómicas aprobadas por la Unión Europea (UE).
Almunia propondrá mañana reforzar el control del cumplimiento del plan de austeridad heleno mediante un seguimiento sin precedentes que contempla revisiones periódicas cada pocos meses y medidas adicionales como la reducción de los salarios públicos.
Además, Bruselas pedirá "reformas estructurales" para "afrontar los problemas de competitividad de la economía griega", según anunció ayer la portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios, Amelia Torres.
Torres hizo estas declaraciones tras estimar que existen "riesgos" de que Grecia sea incapaz de cumplir sus compromisos de reducir el déficit al 3% en 2012, como marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Por otro lado, la Comisión es consciente del efecto que las recomendaciones de mañana producirán en el mercado de deuda, que ha encarecido la financiación al país griego ante las especulaciones alarmistas sobre una eventual salida del país de la zona euro, extremo que todas las fuentes oficiales se han apresurado en desmentir.
Esas especulaciones, alimentadas por el creciente nerviosismo en el mercado de bonos, "no son realistas", según dijo la propia Torres el viernes anterior, en línea con lo afirmado por diversos líderes europeos en el foro económico de la ciudad suiza de Davos.
Analistas especializados en la Unión Europea, como Daniel Gross, director del Centro de Estudios de Política Europea (CEPS, en inglés), consideran que el Ejecutivo comunitario tiene las manos atadas en este asunto.
"La Comisión hará algunas apreciaciones sobre el pacto, algunas asunciones sobre el déficit y recomendará algunos cambios en el programa para que satisfaga los criterios de estabilidad. No pueden decir nada más", dijo hoy Gross a Efe.
A su juicio, el problema de Grecia no está relacionado con "hacer promesas, sino en no haberlas cumplido nunca". El director de este centro de análisis consideró insuficiente que el partido político en el poder, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), se comprometa ahora con el saneamiento de las finanzas.
En su opinión, la vía necesaria para que Grecia recupere su credibilidad internacional mediante un plan económico viable y realista "es un pacto nacional, en el que se impliquen todas las partes políticas", algo que "está lejos de suceder".