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Automoción

Magna prevé desmantelar una línea de producción de Figueruelas

Magna ha concretado su plan industrial definitivo para Figueruelas. La esperanza de que introdujera modificaciones que suavizaran el impacto sobre la planta zaragozana se desvaneció en la última reunión del Comité Restringido Europeo. El proyecto implica un recorte drástico en Figueruelas y en la británica Ellesmere Port a favor de las alemanas Eisenach y Kaiserslautern, lo que justifica el empeño del Gobierno de Angela Merkel por apoyar esta oferta.

El Comité Europeo de Opel se encuentra ahora mismo dividido en dos frentes. Por una parte, los representantes de las cuatro plantas alemanas (Bochum, Eisenach, Kaiserslautern y Russelheim), que totalizan 25.000 empleos, frente a la española de Figueruelas y la británica de Ellesmere Port, que suman más de 10.000 trabajadores.

Según este planteamiento, Figueruelas eliminaría una línea de producción y perdería la totalidad de la producción del Corsa tres puertas, además de compartir la del Corsa cinco puertas con Eisenach. Esta planta arrebataría a la zaragozana el liderazgo que le ha proporcionado su modelo más emblemático. Pero es que, además, el plan apunta directamente contra la línea de flotación de la fábrica, ya que su producción máxima se fija en 320.000 vehículos, frente a la producción máxima actual cercana a los 500.000; en los años dorados, el umbral de rentabilidad de la fábrica se situaba en torno a los 400.000 vehículos. Figueruelas debería contentarse con la exclusividad del nuevo Meriva, algo que no cubre, ni de lejos, sus expectativas en la órbita de General Motors. A ello se añade el reparto de la sección de prensas entre las plantas alemanas.

Pero lo más inquietante es que Magna proyecta aplicar su plan en 2010, lo que va a suponer un impacto traumático sobre el empleo. Contrariamente, la otra oferta que todavía permanece activa, la del fondo belga RHJ, concede cinco años para la reestructuración, lo que facilita la salida de 900 trabajadores por jubilaciones.

La Comisión Ejecutiva de UGT, primera fuerza sindical en Figueruelas, ha acordado apoyar oficialmente la propuesta de RHJ y descalificar la de Magna. Una decisión similar podría ser tomada en breve por CC OO, USO y el sindicato de mandos Acumagne, lo que proporciona una holgada mayoría en el comité de empresa. Magna no cuenta con ningún apoyo entre las fuerzas sindicales de la planta. Incluso, según ha podido contrastar CincoDías, la mayoría son partidarias de instar a los Gobiernos central y aragonés a que supriman las ayudas proyectadas, en el caso de que la opción del fabricante austriaco canadiense aplique su plan industrial.

En las últimas semanas, el frente alemán presenta grietas. Aunque el apoyo de Merkel sigue siendo férreo, algunos lander parecen recelar de que la futura potenciación del mercado ruso, al que se acabará acercando la producción, implique el riesgo de desmantelamiento de las plantas alemanas a largo plazo.

Por su parte, el otro aspirante, RHJ, tiene su principal valedor en la propia General Motors. Aunque ninguna de las dos partes quiera escenificar su enfrentamiento, el Gobierno alemán teme que el gigante automovilístico, una vez recapitalizado, pudiera recobrar la propiedad de Opel. Y este recelo adquirió tal temperatura que, en la última propuesta de RHJ se ha retirado una cláusula que parecía avalar esta posibilidad.

Otro importante aliado de Magna es el Gobierno ruso. En el desarrollo industrial proyectado por Putin entra una industria de automoción potente y para ello necesita la tecnología y las patentes de Opel. Este desplazamiento sería mortal para Figueruelas y, a la larga, para todas las plantas de General Motors y de la segregada Opel en Europa. Ocurre, sin embargo, que hay otras marcas alemanas que pudieran cubrir el hueco dejado por Opel. Algo que también juega en contra de las plantas española y británica.

El plan de RHJ es prácticamente el mismo que proyectaba General Motors cuando estalló su crisis. O sea, el mejor de los posibles para Figueruelas, ya que potenciaba su liderazgo en Europa.

Críticas a un plan "político"

Pedro Bona, de UGT, único representante español en el Comité Restringido Europeo, considera que "el plan presentado por Magna se atiene a intereses políticos y no industriales y económicos. Pretende contentar al Gobierno alemán con la potenciación de unas plantas cuyos costes estructurales son abiertamente superiores a los de Figueruelas".Para el dirigente sindical, "el trasladar parte del Corsa cuando las inversiones ya están hechas en Figueruelas y hay que desembolsar dinero para adaptar otra planta sólo puede entenderse bajo un prisma político". Añade que "lo inmediato de la reestructuración trasluce una voluntad de debilitar a una planta que se había preparado para ser líder en Europa y así lo entendía su todavía propietario"."Creo que los Gobiernos español y aragonés son conscientes de que un plan como este no puede contar con un solo euro de ayuda oficial", dice Bona. "Magna está demostrando su incapacidad para comprender el gigante que se ha construido en Figueruelas, gracias al esfuerzo de mucha gente y, en particular, de los trabajadores", subraya.El representante español en el Comité Restringido Europeo concluye que con el planteamiento de Magna, "la planta de Figueruelas queda disminuida, con independencia de la evolución del mercado. Cuando la demanda se recupere, nosotros habremos perdido el potencial para aprovecharnos de ello".

Apoyo de Merkel

La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró ayer dispuesta a intervenir "personalmente" en las conversaciones para la venta de Opel en favor de la oferta de Magna. El presidente del comité de empresa de Opel en Alemania, Klaus Franz, ha pedido a Merkel que tome partido en la negociación.

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