British Airways pierde 124 millones entre abril y junio, frente a las ganancias del año anterior
La aerolínea británica British Airways (BA) anuncia unas pérdidas netas de 106 millones de libras (124 millones de euros) en el primer trimestre de su año fiscal, de abril a junio, frente a los 27 millones de libras de beneficios (unos 32 millones de euros) del año anterior.
Las pérdidas registradas por British Airways (BA) en el trimestre de abril a junio, normalmente favorable para el transporte aéreo, obligarán a la empresa a profundizar en la reestructuración del negocio, lo que supondrá una reducción de plantilla y de capacidad.
Este fue el mensaje enviado hoy por el director ejecutivo de la aerolínea, Willie Walsh, que advirtió de la seriedad de la situación en un momento en que, debido a la crisis económica, se ha desplomado el tráfico aéreo y en especial las reservas de primera clase, una fuente de ingresos fundamental para la compañía.
BA anunció hoy unas pérdidas netas de 106 millones de libras (124 millones de euros) en el primer trimestre de su año fiscal, frente a los 27 millones de libras de beneficios (32 millones de euros) del año anterior, la primera vez que entra en números rojos en la temporada preveraniega desde su privatización en 1987.
Walsh dijo que las condiciones de negocio continúan presentando "desafíos" y adelantó que la empresa debe centrarse en reducir aún más sus costes, lo que conllevará el aparcamiento de 22 aviones durante el invierno del 2010.
Además de reducir su capacidad, se pospondrá una media de cinco meses la entrega de seis aviones A380 encargados, y hasta dos años la de otros seis.
Pero el reto más importante de la aerolínea, que, como otras de bandera, se enfrenta a la feroz competencia de las de bajo coste, es reestructurar su negocio para adaptarse a la nueva situación, sin por ello perder su valor añadido de servicio al cliente.
Tras haber logrado un ahorro del 6,6% con varios recortes y cambios en las condiciones de la plantilla, BA continuará su plan de introducir "cambios estructurales permanentes en el coste base de los empleados", lo que apunta a una reducción sustancial de su plantilla mundial de 40.000 trabajadores.
Tras suprimir en torno a 2.500 empleos desde el pasado verano, BA anunció en la junta de accionistas del 14 de julio su intención de eliminar al menos otros 3.700 puestos de trabajo en el plazo de un año.
Un total de 6.940 empleados han aceptado ya algún tipo de rebaja salarial para ayudar a la empresa a capear la crisis, al tiempo que los pilotos accedieron en julio a un recorte del sueldo del 2,6% y el propio Walsh renunció a su salario el mes pasado.
Con todo, el directivo dijo hoy que "queda mucho por hacer", vista la caída de la facturación, de un 12,2% hasta 1.983 millones de libras (2.323 millones de euros) en el primer trimestre -especialmente en la clase de negocios-, con un retroceso del 28,1 por ciento de su negocio de transporte de carga.
Con el tráfico aéreo un 3,8% más bajo y "sin signos visibles de mejora", según Walsh, a la empresa le queda poco margen para revitalizar el negocio y, en su opinión, la reestructuración del equipo es "esencial para la supervivencia a corto plazo y la viabilidad a largo plazo".
La ventaja este ejercicio será un menor coste del combustible debido a la estabilización del precio del petróleo, que permitirá a la empresa ahorrar hasta 500 millones de libras en el abastecimiento de crudo.
Tras meses de caída del tráfico aéreo, amenazas de huelga y el encarecimiento del combustible, la compañía atraviesa uno de los peores momentos de su historia.
La deuda ascendió entre abril y junio a 2.268 millones de libras (2.659 millones de euros), 1.164 millones más que en el mismo periodo del 2008, mientras continúa el déficit de su fondo de pensiones.
El 17 de julio, BA, que negocia desde hace un año una posible fusión con la española Iberia, anunció la emisión de 350 millones de libras (411 millones de euros) en bonos convertibles, además de un acuerdo con el patronato del fondo de pensiones para liberar unos 540 millones de dólares en garantías bancarias, con el objetivo de aumentar su liquidez hasta los 2.000 millones de libras (unos 2.347 millones de euros).