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Hacia un nuevo orden financiero

Otro desplome bancario hunde las Bolsas y el Ibex se deja un 4,60%

Ayer, el pánico volvió a hundir las Bolsas de todo el mundo. AIG registró unas pérdidas históricas, y el fantasma de una segunda ronda de problemas bancarios reapareció con fuerzas renovadas. El Ibex sufrió su mayor caída desde noviembre y perdió los 7.300 puntos, mientras el Dow Jones quedó por debajo de los 7.000 por primera vez en 12 años.

Cada nueva sesión supone un desafío para los inversores, que anhelan una tregua de las órdenes de venta y aguardan alguna buena noticia que permita a las Bolsas salir del hoyo. Pero, en lugar de eso, se encuentran con una espiral creciente de problemas, que destruye todo atisbo de confianza y ofrece argumentos para acelerar las caídas.

Ayer, hubo tres culpables principales. El primero, Warren Buffett, que aseguró que la economía seguirá en 'ruinas' durante 2009. El segundo, HSBC, que se desplomó un 18,8% tras anunciar una ampliación de capital por 12.500 millones de libras. Y la tercera y con más parte de culpa, la aseguradora AIG, que, tras ser rescatada el pasado septiembre, registró en el cuarto trimestre de 2008 unas pérdidas nunca antes vistas en la historia empresarial de Estados Unidos (61.700 millones de dólares), y el Gobierno de Obama, después de ayudarla con más de 150.000 millones, ha accedido a inyectarle 30.000 más para tratar de estabilizar su situación.

Desde Tokio hasta Nueva York, pasando por todas las capitales europeas, las Bolsas entraron en barrena. En Wall Street, el Dow Jones concluyó con una caída del 4,24% y perdió incluso la cota psicológica de los 7.000 puntos por primera vez desde 1997. El S&P 500 retrocedió un 4,66%, y el Nasdaq, un 3,99%.

El derrumbe de Lehman Brothers y sus severas consecuencias son demasiado recientes, lo que explica la huida masiva de los bancos. Por ejemplo, en Wall Street, Citi se dejó un 19% y Bank of America, un 7,6%. En Europa, el desplome medio del sector alcanzó el 9,98% en el Stoxx 600, la caída más abultada desde el pasado 10 de octubre (-10,4%). Este índice cotiza en mínimos desde 1992.

Un día más, los descalabros de entidades como Fortis, BNP Paribas, Unicredit, Société Générale e ING fueron espectaculares, todas ellas sufrieron retrocesos entre el 8% y el 17%. Sus números rojos lastraron fuertemente los principales índices europeos: el Dax retrocedió un 3,48%; el Ftse, un 5,33%; el Cac, un 4,48%; y el Euro Stoxx 50, un 4,73%.

En España, el Ibex volvió a marcar un nuevo mínimo anual al concluir en 7.270,5 puntos, tras desplomarse un 4,60%, en la que supone su peor jornada desde el pasado 6 de noviembre. El selectivo se sitúa en sus niveles más bajos desde noviembre de 2003, cae ya un 20,94% en 2009 y el hundimiento se cifra en el 54,4% desde el máximo histórico que marcó en 2007 (véase gráfico). Ayer, se movieron 2.373,6 millones de euros, por debajo incluso de la reducida media de 2.868 del pasado febrero. Los peores valores del selectivo, junto con los bancos, fueron Telecinco (-8,29%), Iberdrola (-7,69%) y Cintra (-7,45%). La única noticia positiva corrió a cargo de Acciona, que logró anotarse un 0,38%. En el resto del continuo, las caídas también fueron pasmosas: ocho valores cayeron más de un 10%, destacando Sos Cuétara, que se derrumbó un 38,5% (véase página 25).

Situación técnica

El selectivo español se encuentra ya cerca de niveles en los que puede intentar un rebote, según los analistas técnicos, aunque también advierten que puede bajar más antes de reaccionar: 'Los objetivos de caída están en los 6.750 o, al menos, los 7.200 puntos', explican en Noesis. Mientras, desde Urquijo Bolsa, apuntan que el siguiente soporte del Ibex está en los 7.000 puntos.

Los expertos señalan que la última palabra la tendrá Wall Street. Los de Citi aseguran en un informe que las expectativas son negativas una vez roto el soporte de los 740 puntos en el S&P 500 e incluso alertan que su objetivo teórico a largo plazo está en los 360 puntos.

El volumen cayó un 45% en febrero

La negociación no levanta cabeza. Los inversores finales se mantienen alejados de la Bolsa, y las acciones cada vez valen menos, lo que supone que cada vez se mueva menos dinero en el parqué. Se negociaron 57.360 millones de euros en febrero, un 45,5% menos que en el mismo mes del año pasado, según publicó ayer BME. La caída es continuación del retroceso del 25,4% en el conjunto de 2008 y del 65% del pasado enero.En condiciones normales de mercado, un volumen bajo revela poca consistencia del movimiento de la Bolsa, en este caso a la baja. Pero los analistas técnicos advierten que esta regla no puede aplicarse a la situación actual: ahora, menos volumen implica que no hay dinero para defender los niveles de los índices, teóricamente en soportes muy importantes. Esto evidencia una gran debilidad, a juicio de los expertos.Los datos confirman que el mercado está en manos de operadores de corto plazo, conocidos peyorativamente como especuladores. El número de contratos de derivados -opciones y futuros- negociado en febrero alcanzó los 5,39 millones, un 43% más, lo que sitúa el crecimiento de estos productos en los dos primeros meses de 2009 en el 46%. Los futuros sobre acciones lideraron el alza al dispararse un 139% en febrero.

La opinión de los analistas

Alejandro Varela. Renta 4'Se han perdido niveles técnicos críticos y el mercado se fija mucho en la ruptura de esos niveles. Una vez que no se atiende a valores fundamentales, los inversores pueden llevar al mercado donde quieran. La Bolsa necesita un revulsivo pero no lo hay, a pesar de que los resultados han sido relativamente buenos, para un entorno tan negativo'.Carlos Llorente. Finanduero'Hasta que no se estabilice el sistema financiero, no hay nada que hacer y no se podrán reflotar otros sectores. El análisis técnico es claramente bajista, hay cero confianza y los fundamentales no son buenos, hay muchas compañías con volúmenes de deuda superiores a su capitalización bursátil. Aún no aprecio señales positivas, la opción que queda es acumular liquidez'.Álvaro Rodríguez. Oddo Securities'Es difícil ver catalizadores para el mercado en el corto plazo. Las inyección de capital van a ser generales en toda la banca, incluida la banca española, y sorprende que la ampliación anunciada por HSBC, que no acude al capital público, haya sido recibida tan mal'.

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