Las autoridades británicas dan a Green un mes para pujar por Marks & Spencer
La comisión que regula las adquisiciones en Reino Unido dio ayer un plazo máximo de un mes al multimillonario británico Philip Green para que realice una oferta formal por Marks & Spencer o renuncie a su compra.
Las autoridades británicas parecen haberse cansado del culebrón protagonizado por el empresario Philip Green en sus intentos de compra de Marks & Spencer. Ayer el organismo que regula las adquisiciones en Reino Unido (Takeover Panel) comunicó a Green que tiene hasta el próximo 6 de agosto como fecha tope para lanzar una oferta formal por la veterana cadena de grandes almacenes o renunciar a la compra. La comisión quiere acabar con las especulaciones y la incertidumbre que han rodeado a Marks & Spencer desde que Green comunicó su interés por adquirir la firma y evitar que la situación se prolongue indefinidamente.
Green ha efectuado desde finales de mayo dos ofertas informales por Marks & Spencer. La última de ellas valoraba el grupo en 8.300 millones de libras (12.750 millones de euros) en efectivo o 370 peniques por acción. Ambas fueron rechazadas por la empresa al considerarlas 'insuficientes'.
Si el magnate británico, dueño del imperio textil Arcadia y de los grandes almacenes Bhs, no presenta una oferta en el plazo fijado por la comisión, la legislación le impedirá intentarlo de nuevo antes de seis meses. Green ya trató sin éxito comprar Marks & Spencer en 1999.
Pero antes de desvelar una nueva oferta, Green ha pedido información a Marks & Spencer a través de su firma Revival Acquisitions sobre el fondo de pensiones para comprobar si cuenta con suficiente financiación.
El último informe anual de la compañía del mes de abril muestra un déficit en el fondo de pensiones de 700 millones de euros. A comienzos de año la firma inyectó 595 millones de euros en dicho fondo.
Hasta ahora Marks & Spencer se ha negado a suministrar la información requerida por Green. Pero ayer Revival anunció que había recibió una carta del presidente del fondo de pensiones, David Norgrove, en la que se manifestaba dispuesto a celebrar una reunión 'para aclarar posturas'.
El empeño de Philip Green por hacerse la cadena de grandes almacenes dio un nuevo giro la pasada semana cuando se conoció que su gran oponente en la operación, el nuevo consejero delegado de Marks & Spencer, Stuart Rose, estaba siendo investigado por la autoridad bursátil por la compra de 100.000 acciones de la firma el pasado siete de mayo.
Rose niega que tuviera ningún conocimiento de las intenciones de Green de pujar por Marks & Spencer cuando compró las acciones y que éste no le informó sobre sus planes hasta el 12 de mayo. Los títulos de la firma han subido un 30% desde la oferta de Green, con un beneficio para Rose de 128.000 euros.