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Análisis

Construcción, un sector con sólidos cimientos

La fortaleza del sector constructor se asienta en el alto crecimiento de su actividad en los últimos años, dentro del entorno negativo en el que nos encontramos, en la estabilidad de sus ingresos, que se derivan principalmente de contratos a lago plazo, y en la estrategia de diversificación que han seguido las principales compañías, con presencia muy activa en sectores tan distintos como: concesiones, inmobiliaria, transportes, medio ambiente, telecomunicaciones, etc. Sin embargo, la seguridad y la estabilidad no están reñidas con el crecimiento y las cinco grandes que cotizan en el Ibex han alcanzado en los últimos años incrementos de dos dígitos tanto en ventas como en resultados.

Por otra parte, los movimientos corporativos que se han producido y las especulaciones sobre otras posibles fusiones o adquisiciones han contribuido a impulsar la cotización de estos valores.

Las perspectivas para el futuro apuntan hacia una ralentización en la edificación para uso residencial, que se ha hecho ya patente en el 2002 y se consolidará a lo largo del 2003 como consecuencia del final del efecto euro, la desaceleración económica y del descenso en las tasas de creación de empleo. Frente a esta moderación en la edificación residencial, será la obra pública el soporte de la actividad.

El plan de infraestructuras contempla una inversión de casi 200.000 millones de euros para el periodo 2000-2007. La mayor licitación en la segunda mitad del 2001 se traducirá en un crecimiento próximo al 6% para este año y algo menor para el 2003. No obstante, la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas del 2003 y de las generales del 2004 puede tener un efecto de freno en la contratación. En este contexto, la apuesta por la expansión hacia otras áreas de negocio será clave para compensar un menor crecimiento en construcción.

La mejor posición relativa del sector se ha reflejado en la cotización bursátil. El pasado 2001 se cerró con revalorizaciones tan importantes como el 44% de Ferrovial, el 29 % de Dragados o el 15% de FCC. En lo que va de año, después de un fuerte tirón que alcanzó máximos a últimos de mayo, esa fecha ha supuesto un punto de inflexión para estos valores, que no han podido sustraerse de la corriente de ventas generalizada que azota los mercados. A pesar de ello, y en contraste con el desplome del Ibex, se mantienen todavía en positivo Ferrovial, ACS y Dragados, destacando el comportamiento de la primera, el mejor del selectivo y de Europa dentro de su sector.

En el escenario pesimista en el que nos movemos, al que podría añadirse un nuevo factor de inestabilidad con la guerra en Irak, parece lógico plantearse seguir apostando por un sector bien posicionado como la construcción en España, con la esperanza de que a corto plazo no nos de más sustos que los razonables, aunque a largo plazo no tenga un potencial tan elevado como el de otros sectores. Como aspectos favorables, además de los ya mencionados, podemos añadir la infravaloración en términos de PER, así como el bajo nivel de endeudamiento y de activos intangibles. Como factor de riesgo hay que hacer patente que el carácter cíclico y estacional de la construcción limita, en parte, el recorrido alcista en el medio plazo y la naturaleza de sus contratos retrasa la repercusión de los peores momentos del ciclo, sin olvidar que es necesario discriminar, ya que la cotización de alguna compañía ha alcanzado niveles que podrían calificarse como ¢caros¢.

Analizando opciones concretas hay que destacar la excelente situación financiera de Ferrovial, el que un elevado porcentaje de su beneficio operativo proceda de obra y concesiones públicas y su posición relevante en otras áreas de negocio además de la actividad tradicional.

Del mismo modo, ACS muestra una buena evolución, favorecida por el plan de infraestructuras que le asegura una importante cartera de pedidos de obra civil, aparte del atractivo añadido que le proporciona la posible fusión con Dragados lo que daría lugar a la segunda constructora de Europa.

En definitiva, admitiendo la idoneidad de una estrategia defensiva en el momento actual, es necesario actuar con prudencia y seleccionar procurando elegir entre las compañías mejor preparadas para capear el temporal.

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