Las claves: la incierta carrera de los fármacos antiobesidad, y las complicaciones de ganar el gordo
Novo Nordisk, víctima esta vez de las dudas del mercado
Robert F. Kennedy, el candidato de Donald Trump a secretario de Sanidad de Estados Unidos, cree que la obesidad debe afrontarse mejorando la alimentación; Elon Musk, el nuevo mejor amigo del presidente electo, y partidario en general de reducir el gasto público, opina, sin embargo, que hay que hacer accesibles a todos los bolsillos fármacos como Ozempic. El saliente Joe Biden ha anunciado poco antes de irse de la Casa Blanca un plan para financiarlos, que tendrá que firmar Trump. En Reino Unido, el sistema público de salud lo pondrá a disposición de 220.000 pacientes en los próximos tres años. Mientras, las empresas siguen innovando y compitiendo entre sí: incluida Novo Nordisk, creadora del mencionado y triunfador Ozempic, que sin embargo ha decepcionado con los resultados clínicos de su nuevo proyecto, CagriSema. Eso le hizo caer el viernes en Bolsa hasta un 29% en Bolsa, en línea con su tendencia de los últimos meses y una caída del 12% en el año. Mientras, Eli Lilly, fabricante de Mounjaro, se ha disparado un 27% en 2024. Las perspectivas son positivas en general para el sector, pero son muchas las dudas sobre quién y por cuánto acabará llevándose el gato al agua.
El futuro de la IA pasa por la inteligencia del ingenio más que por la del esfuerzo
La inteligencia humana se desarrolla de dos maneras: una, a base de esfuerzo, es decir, estudiando y trabajando durante horas y horas. La otra es mediante el ingenio, mediante el pensamiento fuera de la caja: para eso, suele ser mejor tener la mente despejada, incluso estar pensando en otra cosa, y dejar que las conexiones neuronales hagan su trabajo. Con la inteligencia artificial, la creada por el ser humano, pasa algo parecido. Hasta ahora, se ha desarrollado a base de meterle datos de forma industrial. El futuro pasa, empero, por trabajar esos datos de manera más eficiente. Y ahí, pequeños competidores de Nvidia, por ejemplo, pueden salir ganando.
La discutible práctica de tratar mejor a los nuevos clientes que a los viejos
Movistar ha lanzado una oferta de fibra, móvil y TV, para clientes de Vodafone –y solo para ellos– que supone un 65% de descuento respecto al precio que pagan los propios clientes de la marca de Telefónica. Estos pueden sentirse legítimamente molestos por la diferencia de trato, y no es de extrañar que los que se enteren de esta campaña comercial opten por llamar a la compañía para amenazar con irse a la competencia si no le mejoran la tarifa.
Ofrecer mejores condiciones a los nuevos clientes que a los actuales es una práctica más común de lo que debería, especialmente en el sector de las telecos. Al menos, esta promoción confirma que, desde la compra de Vodafone por Zegona, empieza a haber seria competencia de precios en los paquetes más caros de las telecos.
La frase del día
“La búsqueda de un acuerdo con Honda indica que Nissan está en modo pánico. Es un movimiento desesperado. No es un acuerdo pragmático porque, francamente, las sinergias entre las dos son difíciles de encontrar”
Carlos Ghosn, expresidente de Nissan y Renault
Ganar el gordo es una complicación: casi mejor quedarnos como estamos
Dicen que la lotería es un impuesto para quienes no saben matemáticas; en realidad, muchas veces es un impuesto revolucionario para no ser el único de la familia, de la pandilla o de la oficina que se queda sin ser millonario. Para muchos es simplemente una tradición, una forma más de intercambiar afecto con la gente, a través de participaciones o incluso rifas paralelas vinculadas al número del gordo. En realidad, casi nadie cree que le vaya a tocar, y muy pocos están preparados para ello. A fin de evitar disgustos, conviene no tocar el dinero del premio hasta pasada la euforia inicial. El gordo, además, cada vez es menos gordo en términos relativos al valor del dinero. En definitiva, que casi sale mejor que no toque. Por consolarse, que no quede.