Ayudas y descuentos, herramientas clave para consolidar la demanda en el transporte público

La apuesta por el autobús, la modalidad con mayor capilaridad, tiene que situarse en un plano por encima del debate político y responder a un acuerdo de Estado

Varios usuarios del transporte público se suben a uno de los autobuses de los servicios mínimos en un intercambiador de autobuses en Madrid.FOTO: J.J. Guillén (EFE)

La política de ayudas y descuentos al transporte de viajeros por carretera que impulsa el Gobierno a través del Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible es uno de los puntales sobre los que se asienta el crecimiento de la demanda y la consolidación de este modo de transporte como una de las principales alternativas de movilidad sostenible.

La apuesta por la promoción del trasporte público y en concreto el transporte de viajeros en autobús, la modalidad con mayor capilaridad y que tiene la capacidad de llegar llega prácticamente a todo el territorio, tiene que situarse en un plano por encima del debate político y responder a un acuerdo de Estado que convierta este tipo de ayudas en algo estructural y que se consoliden a lo largo del tiempo. Desde las empresas que conformamos este sector reclamamos un compromiso de todos los agentes políticos para que este tipo de ayudas y subvenciones sean una apuesta a largo plazo que nos permita asumir de forma planificada la necesaria renovación de las flotas, el refuerzo de las plantillas y la mejora de los servicios. En definitiva, exigimos la aplicación de medidas contundentes a largo plazo para el fomento de la movilidad sostenible a través del uso del autobús.

Fomentar el transporte de viajeros en autobús es apostar por el ahorro energético, la descongestión de las carreteras y la reducción de emisiones de carbono, compromisos todo ellos asumidos en conjunto por los países de la Unión Europea. Además, al ser conscientes de que el transporte en nuestras ciudades es el epicentro de la contaminación, apostar por un transporte público sostenible se vuelve esencial para hacerlas más habitables.

Por otro lado, el transporte colectivo, y concretamente, el servicio de autobuses es un pilar esencial para garantizar el derecho a la movilidad de todos los ciudadanos. Asegura el acceso a derechos fundamentales como la salud, la educación o el trabajo. Por eso cuando estamos hablando de ayudas al transporte de viajeros por carretera estamos hablando de facilitar a muchas personas, sobre todo las más desfavorecidas, la posibilidad real de acceder a servicios básicos, de tener opciones para disfrutar del ocio y para viajar de forma segura y sostenible. Estas bonificaciones no solo han beneficiado a los usuarios del transporte público, sino que también han contribuido a la reducción de emisiones, ruido, congestión y siniestralidad vial, demostrando así el impacto positivo de nuestras acciones en la sociedad y el medio ambiente. Apoyar al trasporte de viajeros en autobús es apoyar la modernización de la sociedad y garantizar el acceso a derechos fundamentales a toda la población.

Por otra parte, y aunque las políticas desarrolladas en los últimos años van en la dirección correcta, en nuestra opinión, estamos en un momento muy importante en el que se está definiendo la nueva ley de movilidad sostenible y es una oportunidad para establecer un marco normativo estable, seguro y adecuado a las necesidades de cada modo de transporte. Aplaudimos las ayudas, pero somos ambiciosos y creemos que hay que dar un paso más y que ha llegado el momento de diseñar un modelo de financiación de todo el sistema de transporte público que nos permita abordar los desafíos relacionados con el desarrollo de la digitalización y la descarbonización, y garantizar el acceso de todos los ciudadanos a un transporte moderno, eficiente y seguro.

Rafael Barbadillo es presidente de la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus).

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