Las claves: el tope a los alquileres se votará con los pies, y la baja médica ‘mediopensionista’
Los españoles dictaminarán físicamente si la ley de vivienda es realmente eficaz
El reparto de las responsabilidades entre los distintos niveles de la Administración sirve con mucha frecuencia para que no estén claras, de modo que unos y otros puedan evadirlas con más facilidad. El ámbito de la vivienda es un ejemplo viviente: la nueva ley del ramo, aprobada en las Cortes, no obliga a las comunidades autónomas a limitar los alquileres de las zonas tensionadas, solo lo permite; pero el Gobierno está empeñado en que las regiones lo hagan, y para ello premiará a aquellas que le hagan caso. En la práctica, es lo mismo que castigar a las que no, aunque el Ejecutivo use ahora un...
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El reparto de las responsabilidades entre los distintos niveles de la Administración sirve con mucha frecuencia para que no estén claras, de modo que unos y otros puedan evadirlas con más facilidad. El ámbito de la vivienda es un ejemplo viviente: la nueva ley del ramo, aprobada en las Cortes, no obliga a las comunidades autónomas a limitar los alquileres de las zonas tensionadas, solo lo permite; pero el Gobierno está empeñado en que las regiones lo hagan, y para ello premiará a aquellas que le hagan caso. En la práctica, es lo mismo que castigar a las que no, aunque el Ejecutivo use ahora un lenguaje más simpático. No está claro cómo lo materializará. El fondo de la cuestión es, en todo caso, si la medida es eficaz o no. La Generalitat de Cataluña dice que los primeros datos indican que sí, pero habrá que analizar todo el contexto: por ejemplo, si, como dicen los agentes inmobiliarios, solo es una regresión a la media después de una gran subida preventiva el año pasado. De todas maneras, tampoco habría que poner tanto énfasis en que todas las regiones lo apliquen: si realmente es efectivo, las que lo hagan resultarán más atractivas y atraerán inmigración de las que no.
Al loro, Cataluña, que no estamos tan mal
El principal argumento del independentismo catalán al defender su pactado concierto económico –aunque la ministra de Hacienda afirme que no es un concierto, porque un par de días antes de su anuncio defendía que no ocurriría– es que Cataluña está infrafinanciada. A ellos, como hizo Joan Laporta en un célebre discurso a los peñistas del Barça en 2009, los informes les vienen a decir: “¡Al loro, que no estamos tan mal!”. En los últimos 20 años, Cataluña se ha situado en la media e, incluso, ha mejorado, según el último informe de Fedea. La brecha entre la mejor financiada y la peor, sin embargo, no se ha reducido un ápice. Veremos si este pacto/concierto contribuye a agrandarla.
La baja médica ‘mediopensionista’ generaría inseguridad jurídica
Después de la jubilación combinada con trabajo, o retiro de Schrödinger (el físico que ideó la paradoja del gato que está vivo y muerto a la vez), llega la baja mediopensionista, es decir, que permite trabajar a voluntad. La propuso ayer el Gobierno, con el rechazo de Podemos y de los sindicatos. Se trata de abordar la creciente cantidad y duración de la incapacidad temporal, pero la fórmula generaría inseguridad jurídica. Los médicos ahora dan bajas a secas; quizás tendrían entonces que conceder bajas en escalas de 0 a 10: el 10 sería para está muerto, porque incluso con un 9 siempre se puede trabajar un poco. Una excepción, se supone, sería la de embarazo, porque o se está embarazada, o no se está. La idea resulta chocante, pero, precisamente por ello, bien puede acabar haciéndose realidad.
La frase del día
Aprobaremos un presupuesto que exigirá sacrificios por parte de todos, lo que significa gravar los beneficios extraordinarios. Es un esfuerzo que todo el país debe emprender: individuos, pero también pequeñas, medianas y grandes empresas, y no solo los bancosGiancarlo Giorgetti, ministro de Economía de Italia
El agotamiento es malo, y sus coloridos remedios, también
Triunfan entre jóvenes y no tan jóvenes las muy azucaradas y excitantes bebidas energéticas, que con sus diseños coloridos y estridentes prometen alas, horas de actividad incesante y hasta ganas de vivir. No sorprende que un producto así encuentre partidarios en la sociedad del cansancio, a pesar de sus múltiples contraindicaciones, como cuadros de insomnio, palpitaciones, ansiedad o trastornos gastrointestinales.
Tampoco es nada nuevo, toda vez que el hombre lleva buscando estimulantes desde que el tiempo es tiempo. Quizá el mejor remedio para el agotamiento sea no necesitar esos remedios. Pero cuesta más de 1,5 euros, y no se puede comprar en la tienda de alimentación de la esquina.