La innovación como palanca de prosperidad

La I+D+i es una actividad con una fuerte capacidad para atraer inversión e íntimamente ligada a las grandes apuestas de la economía europea del futuro

Kike Rincón (Europa Press)

Ferroglobe, por un proyecto de polvo metálico de silicio para baterías; Securitas Seguridad España, por su tecnología para proteger el medio ambiente de los incendios; DPAM y la Universidad Politécnica de Madrid, por crear un laboratorio para fomentar el diseño sostenible entre los futuros ingenieros; Linkerdrive, por aportar flexibilidad al renting tradicional, y Ángel y Javier Escribano, presidente y CEO de Escribano Mechanical & Engineering, por convertir el pequeño taller de mecanización de su padre en una compañía de referencia tecnológica en defensa y seguridad, protagonizaron ayer los XVI Premios CincoDías a la Innovación Empresarial 2023. La gala de entrega de los galardones contó con la intervención de María Jesús Montero, vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda y Función Pública.

Como cada año, las empresas e iniciativas premiadas son una muestra escogida, pero muy significativa, del creciente papel que juega la innovación en el tejido empresarial español, así como de la variedad de compañías, proyectos y sectores que apuestan hoy por la I+D para mejorar su competitividad y desarrollar su negocio. Como recordó la vicepresidenta cuarta, el trinomio que integra la ciencia, la investigación y la innovación debe convertirse en uno de los ejes de prosperidad para España y su economía. Montero recalcó que el compromiso del Gobierno con la I+D+i se reflejará en los próximos Presupuestos del Estado y defendió una financiación pública que alcance el 1,25% del PIB en 2030 y el 3% junto a la inversión privada, como una meta ambiciosa, pero alcanzable.

Alcanzar un porcentaje del 3% en esa fecha supone doblar el gasto que actualmente destina España a I+D+i, que el INE cifra en el 1,43% del PIB. El último Tablero Europeo de Innovación, correspondiente a 2022 y que publica la Comisión Europea, coloca a España en el puesto 16 de 27, todavía por debajo del promedio europeo y en una posición que no se corresponde ni con el potencial económico del país ni con su renta per cápita. El margen de recorrido de las empresas y las universidades españolas en materia de I+D+i es ambicioso y el potencial para llevarlo a cabo es incuestionable, y se refleja no solo en la abundante producción científica española, sino en proyectos tecnológicos e industriales de todo tipo. Junto al aumento de la financiación, el sector reclama más incentivos fiscales y una mayor flexibilización de la regulación y simplificación de la burocracia, todas ellas propuestas razonables para una actividad con una fuerte capacidad para atraer inversión e íntimamente ligada a dos de las grandes apuestas de la economía europea del futuro, como son la digitalización y la sostenibilidad.

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