El talento extranjero, la solución para la falta de tecnólogos que sufre España
La captación de migrantes del sector TIC es una oportunidad para consolidar la economía española como un referente competitivo en todo el mundo
El sector tecnológico avanza a un ritmo trepidante. La inteligencia artificial, la computación en la nube, la analítica de datos o la ciberseguridad se han convertido en herramientas tecnológicas integradas hoy en día en la mayoría de proyectos de naturaleza TIC. La dicotomía surge ante el crecimiento exponencial estimado en estas áreas y la falta de perfiles profesionales especializados que desarrollen las soluciones innovadoras.
Pese a las perspectivas de crecimiento del sector tecnológico, a día de hoy, España ha registrado el peor dato de desajuste de talento de su historia, ya que ...
Regístrate gratis para seguir leyendo en Cinco Días
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El sector tecnológico avanza a un ritmo trepidante. La inteligencia artificial, la computación en la nube, la analítica de datos o la ciberseguridad se han convertido en herramientas tecnológicas integradas hoy en día en la mayoría de proyectos de naturaleza TIC. La dicotomía surge ante el crecimiento exponencial estimado en estas áreas y la falta de perfiles profesionales especializados que desarrollen las soluciones innovadoras.
Pese a las perspectivas de crecimiento del sector tecnológico, a día de hoy, España ha registrado el peor dato de desajuste de talento de su historia, ya que ocho de cada diez empresas asegura no encontrar a los profesionales con las habilidades y competencias necesarias, según un reciente estudio publicado por Manpower Group. Y es que la falta de personal especializado es un problema que afecta a la productividad de las compañías, sin excepcionar las tecnológicas. En concreto, DigitalES estima que en nuestro sector faltan 120.000 trabajadores especializados en TIC, lo que conlleva a desplegar estrategias de captación de talento no solo en nuestro territorio.
La situación actual ha obligado a las empresas que constituimos el sector tecnológico español a tener que buscar talento fuera de nuestro país, pero existen varios componentes que han detonado esta tormenta perfecta.
Por un lado, no contamos con una infraestructura educativa capaz de dar cabida a la demanda de los estudiantes; por tanto, existe un desajuste entre la oferta formativa y la demanda. Por citar un ejemplo: el número de plazas universitarias para cursar grados de informática, según los últimos datos del Ministerio de Educación, era de 9.934, mientras que el número de preinscritos como primera opción fue de 16.902, lo que supone que casi un 50% de los solicitantes no se incorporarán al mercado laboral, al menos no en los cuatro años siguientes, lo que hace imposible que el mercado cubra la demanda de profesionales existente. De hecho, Asturias es la comunidad autónoma con más egresados en carreras relacionadas con la informática y las ciencias, pero, pese a ello, las necesidades son muy superiores al número de profesionales en búsqueda activa de empleo.
Por otro lado, la escasez de tecnólogos no afecta solo a España, y no son pocas las empresas extranjeras que captan profesionales en el mercado laboral español con condiciones atractivas acorde al nivel de vida de esos países. De acuerdo con el informe de DigitalES, el sueldo medio de un profesional TIC en España es de 37.660 euros al año, mientras que en Estados Unidos, por ejemplo, el salario medio de estos trabajadores es de 91.430 euros.
Estos desafíos han hecho que los responsables de las empresas tecnológicas españolas realicen un ejercicio de potenciación de la marca para resultar más atractivas para el talento, no solo mejorando las condiciones salariales ofertadas, sino impulsando otros atributos a través de la flexibilidad laboral para favorecer la conciliación, políticas de teletrabajo —cuyo peso en el sector TIC en muchas ocasiones es equiparable al 100% de la jornada—, desarrollar planes formativos personalizados, beneficios sociales y retribución flexible sobre la base de las necesidades de cada trabajador, o apostar por programas de desconexión digital para alinearse con la salud mental de sus equipos.
En cuanto a la legislación, recientemente se ha aprobado la Ley 28/2022 en fomento del ecosistema emprendedor, conocida como Ley de Startups. Una normativa que reconoce la globalización de nuestra economía y que favorece la captación de talento a través de la creación del visado especial de nómadas digitales para profesionales que trabajen para sí mismos o para empleadores en cualquier lugar del mundo.
Además, se están modificando permisos de residencia por parte de la Dirección General de Migraciones y la Unidad de Grandes Empresas (UGE) para facilitar la captación del talento proveniente del extranjero en nuestras empresas. En un mundo cada vez más globalizado, debemos ampliar los horizontes, del mismo modo que internacionalizamos servicios más allá de nuestras fronteras, también captamos talento, independientemente de su procedencia.
Las tecnológicas estamos acudiendo cada vez más a los mercados foráneos para contratar especialistas, así pues, la puerta que se ha abierto a mayor velocidad es la de Latinoamérica. La facilidad de adaptación al entorno, compartir idioma y la gran formación, tanto reglada como especializada de los profesionales de estos países, hace que se conviertan en los candidatos idóneos para dar cobertura a las necesidades existentes.
España, al igual que otros países, está en medio de una revolución digital que permea todos los ámbitos de la vida, desde la forma en que nos comunicamos, consumimos y trabajamos, hasta el modo en que se gestionan las ciudades y se presta la atención sanitaria. El impacto de la economía digital en el PIB español se sitúa en un 22,6%, un 1,3% más respecto al 2021, y aporta casi una cuarta parte del total. Además, en lo que a facturación respecta, el sector tecnológico digital creció un 5,1% hasta alcanzar los 122.066 millones de euros, en parte gracias a la transformación digital de empresas y Administraciones Públicas. Sin tecnólogos adecuados, nuestro país corre el riesgo de quedarse rezagado en este nuevo paradigma global.
España tiene la oportunidad de convertirse en un polo de atracción de talento a nivel global si combina su potencial histórico, natural y cultural junto con las estrategias adecuadas. Para lograrlo, es crucial que se fortalezcan los lazos con universidades, centros de formación y empresas tecnológicas de otros países, promoviendo el intercambio y la colaboración en proyectos conjuntos. Asimismo, las administraciones públicas deben trabajar en conjunto con el sector privado para entender las necesidades específicas y actuar en consecuencia. La captación de migrantes tecnólogos no es una necesidad inmediata; es la puerta de entrada para consolidar a España como un referente tecnológico y competitivo en todo el mundo.
Sandra Botas es directora del Área de Recursos Humanos de Seresco
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días