Manganeso, uranio y golpes en África

La inestabilidad de Gabón y Níger puede exacerbar la lucha de Occidente y China por los recursos

Militares en Akanda (Gabón), el miércoles 30 de agosto.STR (EFE)

Gabón y Níger, que acaban de sufrir sendos golpes militares, son ricos en recursos naturales. Gabón es miembro de la OPEP, aunque con solo el 0,2% de la producción mundial de petróleo. Posee el segundo mayor yacimiento de manganeso. Eramet, cotizada francesa que explota la mayor parte de este mineral usado en aleaciones de acero y en baterías para coches eléctricos, vio cómo su acción se hundía un 19% el miércoles (día del golpe) tras anunciar que había dejado de extraerlo (el jueves rebotó un 11,4%).

Níger es un productor clave de uranio y el segundo proveedor de la UE. La nuclear gala...

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Gabón y Níger, que acaban de sufrir sendos golpes militares, son ricos en recursos naturales. Gabón es miembro de la OPEP, aunque con solo el 0,2% de la producción mundial de petróleo. Posee el segundo mayor yacimiento de manganeso. Eramet, cotizada francesa que explota la mayor parte de este mineral usado en aleaciones de acero y en baterías para coches eléctricos, vio cómo su acción se hundía un 19% el miércoles (día del golpe) tras anunciar que había dejado de extraerlo (el jueves rebotó un 11,4%).

Níger es un productor clave de uranio y el segundo proveedor de la UE. La nuclear gala Orano, controlada por el Estado, es la principal minera del país desde hace mucho. Las declaraciones antifrancesas del grupo militar que tomó el poder el 24 de julio socavan los planes de Orano de explotar los recursos aún sin explotar de la gigantesca mina de Imouraren, que calificó en su día de “mina del siglo”.

Los contextos son diferentes. En Gabón, un grupo de soldados hasta entonces sin líder intervino dos días después de unas controvertidas elecciones que confirmaron al presidente Ali Bongo para un tercer mandato. Su padre había gobernado el país durante 42 años. Níger, mientras, estaba considerado un país más democrático y un aliado crucial de Francia y EE UU en una región desgarrada por la insurgencia islamista.

Si Occidente se retira de estas regiones, podrían intervenir otras potencias. El capital chino ya está financiando un oleoducto que ayudaría a Níger, sin salida al mar, a transportar su incipiente producción de crudo a través de Benín. Además, la posible salida de Francia del uranio debilitaría los llamamientos de la UE a un embargo de las importaciones rusas del metal, hasta ahora no afectadas por las sanciones. Pero China no es inmune a perturbaciones: se abastece en más de un 20% de manganeso procedente de Gabón, y ya ha advertido a los militares rebeldes de que deben garantizar la seguridad de Bongo y la “estabilidad” del país.

Los golpes se producen en un continente aislado de la financiación del mercado, y que lucha contra el alza de los tipos, el desplome de las monedas locales, la inflación y una carga de deuda creciente. África necesita ayuda financiera, pero es más probable que la inestabilidad haga que las potencias foráneas favorezcan el acaparamiento de recursos en detrimento del alivio de la deuda.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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