Dónde va el dinero de los depósitos

En ausencia de capacidad por parte de la CNMC para investigar posibles pactos tácitos, el cliente solo puede confiar en la buena voluntad de su banco o buscar alternativas

Banco de España, en Madrid.

Las grandes entidades financieras han repercutido de forma más que perezosa las subidas de tipos sobre los depósitos de sus clientes particulares. Algo que obedece a su objetivo de maximizar el margen de intereses en un contexto en el que no tienen apuros de liquidez. Cada punto básico que suben los depósitos es dinero que ingresa el ahorrador a costa de la cuenta de resultados, y subir o no dichos intereses es una decisión que queda al albedrío de las firmas. La asimetría respecto a los tipos de las hipotecas, cuya letra sube con la fría mecánica de un reloj suizo, ha despertado resquemores entre los usuarios y provocado llamamientos de políticos y banqueros centrales, todos ellos infructuosos. Pero a la banca le compensa arrastrar los pies, y ha presentado unos resultados récord. El Banco de España apuntó que la menor competencia está asociada con menor retribución del ahorro. Aunque la presidenta de la CNMC ya lo recordó en su día: el supervisor no tiene herramientas (en España) para actuar en mercados donde se detecta falta de competencia, pero no hay pactos expresos para limitarla.

Poco consuelo para el ahorrador, cuya única salida es mover su dinero. Los fondos conservadores han captado dinero a manos llenas este año y los particulares han formado insólitas colas en el Banco de España para comprar letras del Tesoro. Así, mientras en medio año los grandes bancos cotizados han perdido 34.000 millones en depósitos, el conjunto del sector pierde, en este mismo plazo, 27.000 millones en pasivo.

El cliente prefiere, pues, cambiar de producto financiero (con lo que ello supone en términos de garantías de la inversión o fiscales) a cambiarse de banco: la pérdida de cuota de mercado de los seis grandes en la primera mitad del año ha sido de apenas el 0,83%. En comparación, el mercado de la banda ancha de telefonía, donde el cambio de operador es más trabajoso para el cliente y donde no se ha registrado un shock de precios como en los tipos de interés, las telecos alternativas a las grandes han ganado un punto y medio de cuota en la primera mitad del año, según los datos de la CNMC.

Las cifras, pues, sugieren una competencia más bien limitada y un incentivo existente, pero escaso, para competir por el ahorro, en línea con las conclusiones del Banco de España. En ausencia de capacidad por parte de la CNMC para investigar posibles pactos tácitos, el cliente solo puede confiar en la buena voluntad de su banco o, si no, buscar alternativas.

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