El siguiente iPhone de Apple necesita ser irresistible
La caída en las ventas de ‘smartphones’ de la compañía será difícil de revertir, a menos que los compradores crean que el nuevo modelo aporta mejoras significativas
El tercer trimestre seguido de declive en los ingresos que proporcionan los iPhones a Apple es un síntoma de que, aunque la gente ama usar los smartphones de la compañía, han llegado a un punto en el que los consumidores se sienten menos presionados a comprar el último modelo disponible. Si Apple quiere enmendar la situación y resistir a la caída que está experimentando el conjunto de la industria, la siguiente versión de su producto estrella necesita ser un viaje al pasado. Un viaje a los días en los que hacerse con el último iPhone era sinónimo de tener entre las manos una significati...
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El tercer trimestre seguido de declive en los ingresos que proporcionan los iPhones a Apple es un síntoma de que, aunque la gente ama usar los smartphones de la compañía, han llegado a un punto en el que los consumidores se sienten menos presionados a comprar el último modelo disponible. Si Apple quiere enmendar la situación y resistir a la caída que está experimentando el conjunto de la industria, la siguiente versión de su producto estrella necesita ser un viaje al pasado. Un viaje a los días en los que hacerse con el último iPhone era sinónimo de tener entre las manos una significativa mejora respecto al anterior modelo.
Para el periodo comprendido entre abril y junio, Apple ingresó por las ventas de iPhones 39.700 millones de dólares, una caída del 2,4% en comparación con el mismo periodo del año anterior y una decepción para las expectativas de los analistas. El iPad también decepcionó, con su descenso del 20% en términos interanuales, al igual que lo hizo la línea Mac, que bajó un 7,3%. El director financiero de la firma, Luca Maestri, concedió que las ventas de dispositivos en el último trimestre no tenían demasiado lustre, culpando de ello a vientos de cara en los tipos de cambio de las divisas y a las disrupciones en las cadenas de suministro.
Otra caída en los ingresos de iPhones en el periodo que va desde julio a septiembre implicaría la peor racha para Apple en dos décadas. Las acciones cerraron el viernes con un descenso del 4,8%, arrastrando con ello el valor de mercado de la compañía por debajo del celebrado nivel psicológico de los 3 billones de dólares que marcó a finales de junio. Ello a pesar de que los ingresos totales de Apple crecieron más de lo esperado debido a su floreciente mercado de servicios, la parte del negocio que incluye suscripciones como Apple TV o Apple Music. Por primera vez, se superaron los 1.000 millones de suscriptores a su variado catálogo de ofertas, impulsando los ingresos de la rama de servicios un 8,2%.
Aunque estas fueron noticias alentadoras para los inversores, ya que el segmento de servicios es el más rentable para la empresa, lo que realmente les importó fue la salud del iPhone, que aporta más de la mitad de los ingresos anuales de Apple. Ahora, con razón de más, todos los ojos están puestos en septiembre, mes en el que el titán estadounidense lanzará su iPhone 15.
Según ha desvelado Bloomberg News, se espera que el dispositivo sea la mayor mejora respecto al anterior modelo desde que Apple añadiera el 5G hace ya tres años. El iPhone 15 se producirá usando una técnica de fabricación nueva que permitirá que el marco que rodea a la pantalla sea más diminuto que nunca, acercándose con ello a una pantalla que verdaderamente vaya de punta a punta del smartphone. Funcionará con un chip más rápido, su cámara mejorará notablemente y estará encapsulado en titanio, con lo que pesará menos.
¿Será esto suficiente para que la gente haga colas en masa para comprar el nuevo modelo? Es una gran pregunta. Estamos en medio de una caída de las ventas de smartphones generalizada. A principios de esta semana, Qualcomm, uno de los principales nombres de la industria de chips para móviles del mundo, advirtió de una demanda que flaquea. “La industria del smartphone es dura en Estados Unidos ahora mismo”, admitió el consejero delegado de Apple, Tim Cook, en declaraciones a la CNBC.
Los consumidores notan los efectos de la inflación en sus gastos del día a día. Eso podría hacer que un nuevo teléfono se convierta en un lujo inalcanzable, especialmente, por el hecho de que el nuevo iPhone será todavía más caro. Este es un factor que habitualmente se mira con lupa. En 2017, cuando Apple anunció que el iPhone X tendría un coste de 999 dólares, muchos se preguntaron si el grueso de los consumidores darían su bendición a tamaño gasto en un teléfono.
La dieron. Y el teléfono fue un éxito de ventas. Pero aunque la gente está dispuesta a pagar esas cifras por un dispositivo que usan tanto en su día a día, un efecto secundario de este encarecimiento ha sido la mayor reluctancia a comprar nuevos modelos tan a menudo y con la misma alegría con la que se hacía antes. Una estimación de la firma de inteligencia de mercado Wedbush dice que de los aproximadamente 1.200 millones de iPhones que hay por el mundo en activo hoy en día, cerca de 230 millones no han sido renovados en los últimos dos años.
Otra razón de esta falta de apetito por los nuevos modelos es la calidad de la ingeniería de Apple. En las etapas más tempranas del iPhone, si te quedabas uno o dos modelos atrás, era fácil percatarse de cómo las aplicaciones se ralentizaban o de cómo incluso algunas ni siquiera se instalaban correctamente. Por no mencionar lo rápido que bajaba la batería.
En un ejercicio de ingenio, ayudada por el desarrollo de sus propios chips, Apple ha sido capaz de producir un dispositivo que va más rápido y que dura más años que otros. Apple no ha eliminado por completo la frustración de tener dispositivos antiguos, pero claramente, una de las razones por las que la gente no actualiza su iPhone es porque no lo necesitan. Al menos, no tan a menudo. El Iphone 15, incluso con todas las mejoras que promete, necesita poner muchísimo sobre la mesa para dar la vuelta a la situación.
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