La pelea en una jaula entre Tesla y Meta ya tiene ganador

Los Gobiernos prefieren lo que vende Musk: su red de recarga y su producción de baterías para coches y para la red

Elon Musk, el 16 de junio en el congreso VivaTech, en París.GONZALO FUENTES (REUTERS)

Si Mark Zuckerberg y Elon Musk siguen adelante con su extraño plan de organizar una pelea en una jaula, los apostadores consideran que Zuckerberg, aficionado al jiujitsu, ganará. Pero ¿qué pasaría si Meta y Tesla se enfrentaran en una pelea teórica? Probablemente saldría vencedora la firma de Musk.

El día 20, Musk tuiteó que estaría “dispuesto a pelear en una jaula” con Zuckerberg. Respondía así a unas publicaciones sobre el desarrollo por parte de Meta de una red social rival de Twitter, de la que es dueño Musk. Luego, Zuckerberg escribió en Instagram: “Envíame la ubicación”. Más tarde, Musk tuiteó “Octágono de Las Vegas”, en referencia a un lugar utilizado para combates de artes marciales mixtas.

La ventaja de Tesla empieza en el pesaje. Sus 800.000 millones de dólares de capitalización bursátil aventajan en casi 100.000 millones a la red social. Y aunque Meta es mayor en ingresos, Tesla crece más rápido. Los analistas encuestados por Refinitiv prevén que los ingresos de ambas casi converjan en 2025. Y en términos de inversión, Musk se lleva la palma. Un dólar invertido en el debut bursátil de la empresa antes conocida como Facebook en 2012 vale ahora 7,45 dólares. El mismo dólar invertido a la vez en Tesla vale 144 dólares.

En cuanto a las finanzas, las de Meta son más musculosas. Tenía 37.000 millones en efectivo y valores negociables en el último recuento. El botín de Tesla es cada vez mayor, pero Zuckerberg le lleva mucha ventaja, ya que ha generado 116.000 millones de flujo de caja libre acumulado en los últimos cinco años y ha devuelto 96.000 millones a los accionistas a través de recompras.

Una ronda para cada uno. Luego viene la gobernanza, donde ambas son pesos pluma. Zuckerberg posee acciones con supervoto, así que los accionistas no pueden hacer gran cosa si despilfarra sus recursos. Su incursión en la construcción de un metaverso de realidad virtual supuso en 2022 unas pérdidas de explotación de casi 14.000 millones. Los accionistas se quejaron, pero tienen pocas opciones. Musk también tiene a los accionistas en ascuas, pero por motivos distintos. Solo posee el 13%, pero el consejo está plagado de aliados y los estatutos dificultan los cambios. La diferencia: los accionistas parecen en su mayoría tranquilos al respecto, y las repetidas polémicas han hecho poco por desbancarle.

Lo decisivo no es el peso, sino la estrategia. Tanto Tesla como Meta intentan cambiar el mundo. Pero las aspiraciones de realidad virtual de Meta se enfrentan a la dura competencia de empresas aún mayores, como Apple. Facebook está amenazada por la advenediza TikTok, y las innovaciones de Zuckerberg se ven limitadas por los reguladores, que temen el dominio de la firma.

Tesla, por su parte, está transformando el mundo físico. Su red de recarga de vehículos puede convertirse en una parte esencial de la red troncal de infraestructuras de EE UU, y sus operaciones de producción de baterías podrían alimentar no solo los coches, sino la red eléctrica. Los Gobiernos quieren lo que vende Musk; no ocurre lo mismo con Zuckerberg. Este punto clave inclina la balanza a favor de Tesla, independientemente de quién domine la jaula.

Meta y los medios

Meta quiere deshacerse de los medios de comunicación. Planea cortar en Canadá el acceso a las noticias a través de Facebook e Instagram después de que el Parlamento del país aprobara una ley que obliga a las big tech a pagar a los editores por usar sus contenidos. Si Australia sirve de guía, es probable que el apagón dure poco.

Meta hizo la misma amenaza en 2021, mientras Australia elaboraba una legislación similar. La red social restableció rápidamente el acceso a las noticias tras obtener concesiones de los legisladores. Meta ha insistido en que es injusto esperar que pague a los editores cuando dirige tráfico a sus webs. Pero desde que la ley entró en vigor, Meta y Google han pagado unos 200 millones de dólares australianos (123 millones de euros) anuales a los medios australianos, según un informe de un expresidente del regulador de la competencia del país.

La presión aumenta en todo el mundo. Los legisladores están presionando para que se establezcan normas similares en California, el estado de origen de Meta, y a nivel federal, en el Congreso de EE UU. Meta afirma que obtiene el 40% de sus ingresos, que en 2022 ascendieron a 117.000 millones, en EE UU, y cuenta con Australia y Canadá entre sus regiones más importantes. Si Canadá ve el farol de Meta, esta podría igualmente plegarse ante el Tío Sam.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Más información

Archivado En