El pago con tarjeta se ha vuelto problemáticamente popular en EE UU

Los usuarios podrían endeudarse demasiado, y la regulación puede dificultar la rentabilidad del negocio

Compra con tarjeta de crédito en el móvil.sefa ozel (Getty)

Puede que las tarjetas de crédito estén más sucias que un baño de la Estación de Pensilvania, de Nueva York, como dice un estudio, pero la pandemia no ha mermado su atractivo para los compradores estadounidenses. El importe de los préstamos con tarjetas de crédito alcanzó la cifra récord de 986.000 millones de dólares a finales de marzo, tras aumentar un 17%, 145.000 millones, con respecto al año anterior, según datos del Banco de la Reserva Federal de Nueva York publicados el lunes. Por primera vez en 20 años de datos, no se produjo una caída estacional del saldo después de diciembre, sino que se mantuvo plano.

Una de las preocupaciones cuando el endeudamiento aumenta rápidamente es que los consumidores se excedan. Hasta ahora, esto no ha sido un gran problema. La morosidad está aumentando, pero sigue siendo baja. Los grandes emisores de tarjetas de crédito, como JP Morgan y Citigroup, suelen hablar de “normalización” de las condiciones. Citi dijo que, a finales de marzo, el 0,8% de sus préstamos de tarjetas de marca propia tenían un retraso de al menos 90 días, básicamente el mismo que en marzo de 2022. El banco ha constituido unas reservas tales que el 6,6% de sus préstamos de tarjetas podrían irse a pique antes de afectar a los beneficios.

Un problema más sutil es la prevalencia del plástico. A finales del trimestre había 573 millones de cuentas de tarjetas de crédito, lo que equivale a 2,2 cuentas por cada estadounidense adulto, un aumento respecto a las 1,7 cuentas de hace una década.

¿Es esta tendencia el resultado de la demanda o de la oferta? No cabe duda de que los bancos codician a los clientes de tarjetas de crédito, debido a los tipos de interés superiores al 20% que suelen pagar. Discover Financial Services aumentó su gasto en marketing en el primer trimestre un 26% con respecto al año anterior. Capital One Financial gastó alrededor de un 70% más que en el mismo periodo de 2019. Y si el aumento del 16% en los límites de crédito en toda la industria (hasta 4,5 billones de dólares) desde la pandemia es una señal, los bancos están felices de seguir alimentando el hábito.

Sin embargo, la popularidad del plástico no es solo un problema de crédito. Prestar a los consumidores a tipos elevados es un negocio complicado y potencialmente caro. La regulación se está volviendo tan feroz como la competencia. Las reclamaciones relacionadas con tarjetas ante la Oficina de Protección Financiera del Consumidor superaron las 3.500 en marzo, más del doble de la media mensual anterior a la pandemia. Rohit Chopra, director de la agencia, ya planea obligar a los bancos a reducir las comisiones por demora en las tarjetas de crédito, de 30 dólares o más, a 8 dólares. El plástico está en auge, pero las consecuencias podrían ser muy variadas.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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