La gran (y estratégica) paciencia de China
En la presente década el país desplazará a Estados Unidos como primera potencia económica. Unas 14.000 empresas españolas exportan allí
Dice un proverbio chino que el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años. El segundo mejor es ahora.
China ostenta actualmente el segundo mayor poder económico tras Estados Unidos, aspirando a convertirse en el número uno en breve. Es conocida la paciencia china. Según otro de sus proverbios, no hay que tener miedo a crecer lentamente, solo a quedarse quieto.
Desde el inicio del proceso de apertura del país, la tasa anual de crecimiento del PIB ha sido de casi el 10%, lo que ha dado lugar a una transformación económica sin precedentes en la historia. Paralelamente, se ha creado una clase media urbana con un nivel de poder adquisitivo comparable al europeo. El trasvase de la población rural a la urbana, con un salario creciente, con ansias de consumir y siempre hiperconectada, hace que China se haya convertido en un apetitoso mercado de creciente demanda.
Pedro Sánchez se convertirá esta semana en el tercer líder europeo en visitar China desde que se volviera a abrir al mundo tras dejar atrás su política de cero Covid. El motivo oficial es el 50 aniversario de relaciones diplomáticas, aunque parece que Xi Jinping trata sobre todo de convencer a la UE, a través de España, próximo presidente rotatorio de la Unión, de que su propuesta de paz para Ucrania es la mejor. Los asuntos que se tratarán entre ambos mandatarios serán previsiblemente políticos, pero con espacio para asuntos económicos y de relaciones comerciales.
Según datos del Icex, la industria siderúrgica es uno de los pilares de la economía china, siendo el mayor productor de acero del mundo. La industria naval tiene un peso considerable en las exportaciones chinas, al representar el 41% del total de nuevos barcos fabricados. Desde 2010 China es el mayor productor de automóviles del mundo y representa el mayor mercado de vehículos nuevos, incluidos los eléctricos. Por otro lado, en la actualidad China es el mayor fabricante y consumidor de máquina herramienta.
En cuanto a la industria de gran consumo, China es el mayor productor y consumidor de bienes electrónicos de consumo a nivel mundial. China produce más del 80% del total mundial de juguetes, siendo también el mayor exportador del mundo.
Respecto al sector del calzado, el país es con diferencia el primer productor con casi el 60% de la producción mundial. En el sector textil, ¡ es uno de los principales productores y el primer exportador mundial de moda. La producción está experimentando un desplazamiento hacia provincias del centro y oeste del país, para contrarrestar el aumento de los costes de producción en las zonas costeras. El sector textil se encuentra en un momento de reestructuración y consolidación, reflejando una madurez caracterizada por un crecimiento más moderado y unos costes laborales más elevados.
El sector servicios se ha desarrollado en China en las últimas décadas a una mayor velocidad que el resto de los sectores, y representa ya casi la mitad del PB. Además, cabe añadir que el país lidera la explotación de las llamadas tierras raras, diecisiete elementos de la tabla periódica fundamentales para el desarrollo de las nuevas tecnologías, utilizados en vehículos, turbinas, electrónica, aplicaciones militares y médicas. Dos quintas partes de las reservas de tierras raras están en China, que produce el 90% del consumo mundial. La economía se encuentra inmersa en un proceso de transición y modernización hacia una economía en la que los servicios y el consumo privado serán los motores.
En 2022, España exportó a China por valor de 7.780 millones de euros. Así, China ocupa el puesto 11º en el ranking de exportaciones de España. Destacan el sector alimentario, cárnico, aceite de oliva, el sector minero, el farmacéutico, los reactores nucleares, calderas y artefactos mecánicos y el sector del plástico y derivados.
En el mismo año, las importaciones provenientes de China, nuestro primer suministrador, representaron casi seis veces más: 42.860 millones de euros. Los sectores protagonistas fueron la maquinaria y material eléctrico, productos químicos, mobiliario, construcciones prefabricadas y el sector del automóvil.
Sánchez y Xi Jinping deberían hablar sobre los sectores más interesantes para el comercio bilateral, como los bienes de consumo de gama alta, los productos agroalimentarios, la moda y la confección, la cosmética (mercado lejos de su saturación) y el hábitat (el diseño español es percibido como fresco e innovador). Bienes industriales y tecnológicos: automoción y componentes, aeronáutica, equipamiento medioambiental para tratamiento de agua y residuos, energías renovables y smart cities. Estos sectores deberían ser prioritarios para Sánchez y su equipo económico, para intentar aliviar el gran déficit de nuestra balanza comercial. Unas 14.000 empresas españolas exportan a China. Una fracción de ellas, además, está implantada en el país. Las mayores son Telefonica, Inditex, Repsol, Técnicas Reunidas, Alsa, Siemens Gamesa, Cepsa, Meliá, Gestamp, Bodegas Torres, además de los principales bancos, seguros, maquinaria, automoción, servicios a empresas, servicios jurídicos, logística, etc. Se trata de ayudar a estas empresas a aprovechar las oportunidades que este mercado ofrece.
Según este otro proverbio chino, uno no debe decepcionarse al no ver ningún progreso visible. El crecimiento lleva tiempo, y es importante ejercitar la paciencia, ya que las prisas no llevan a buen puerto. China aspira a la hegemonía económica mundial y posee la paciencia necesaria para llegar ahí en los próximos años. Sin prisa, pero sin pausa. Establecer buenas relaciones con la UE, y con España en particular, es vital.
En la presente década, China desplazará a Estados Unidos como primera potencia económica, lo que le permitirá avanzar en los otros pilares de la hegemonía global, como la política o el poder militar.
Eva Perea es profesora de Empresa y Economía de la Universidad Abat Oliba CEU
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