Las claves de futuro de la industria de la automoción en Europa
La nueva normativa comunitaria sobre seguridad ‘in cabin’, pionera en el mundo, supone una gran oportunidad para impulsar la I+D en este ámbito
En 1959, Volvo presentó una innovación que transformaría el mundo de la automoción para siempre: el cinturón de seguridad con tres puntos de anclaje. Una invención que desde entonces ha salvado la vida de millones y millones de personas en carreteras de todo el mundo. Ahora, en Europa, la llegada de una nueva legislación está impulsando la consolidación de una nueva serie de soluciones innovadoras que pueden llegar a tener un impacto similar en la reducción de los accidentes de tráfico.
Según la directiva europea (EU) 2019/2144, cualquier categoría de vehículo, desde coches a camiones o autocares, deberá contar con una serie de sistemas de ayuda avanzada, entre los que se incluyen sistemas de monitorización en el interior del vehículo (conocidos, también, como sistemas de monitorización in-cabin) para detectar la somnolencia y el nivel de atención del conductor. Estos sistemas funcionan a través de la integración de diferentes sensores ubicados en el interior del vehículo, como cámaras y radares, utilizando diferentes tecnologías, y una enorme cantidad de algoritmos para procesar los datos captados por los sensores. Las nuevas soluciones de monitorización suponen un paso más hacia el objetivo de reducir la accidentalidad vial, y se suman a otras tecnologías que ya nos acompañan actualmente en nuestro día a día al volante, como los sensores en los asientos para alertar si el conductor no lleva el cinturón abrochado.
La mencionada normativa entró en vigor en julio de 2022 para nuevos modelos de vehículos, y ofrece un periodo de margen hasta julio de 2024 para su aplicación obligatoria en cualquier vehículo que entre en circulación. Además, está prevista una segunda fase, que entrará en vigor con dos años de diferencia (de 2024 a 2026), y que incluirá funcionalidades para monitorizar el estado del conductor todavía más avanzadas. A todo ello, hay que sumar que la incorporación de algunas de estas soluciones in-cabin también será uno de los nuevos criterios que tendrán que cumplir los vehículos para obtener la máxima calificación de cinco estrellas de seguridad que concede EuroNCAP, el organismo de referencia a nivel europeo. Lograr una buena puntuación en este programa es una prioridad para los fabricantes de automóviles, por lo que la integración de este tipo de sistemas de monitorización en sus vehículos ya se ha convertido en un objetivo prioritario para las grandes marcas del sector.
La irrupción de esta nueva legislación supone un punto de inflexión importante para el futuro de la movilidad. En primer lugar, por la mencionada capacidad de mejorar la seguridad. Según datos de la DGT, las distracciones al volante son la causa de más del 30% de accidentes mortales en la carretera, y los sistemas de monitorización en el interior del vehículo son una herramienta que puede ayudar a reducir este tipo de situaciones. Así, por ejemplo, pueden monitorizar los ojos del conductor o sus movimientos de cabeza para detectar cansancio o somnolencia, y activar la alerta pertinente. De hecho, las posibles aplicaciones de estos sistemas son muchas y, por ejemplo, ya se está trabajando en nuevas funcionalidades, como detectar si un niño está solo y desatendido en el vehículo para activar alarmas que permitan garantizar su bienestar, o modular la fuerza de activación de los airbags en función de la estatura y peso de los usuarios del vehículo.
El avance de este tipo de soluciones está permitiendo consolidar un enorme ecosistema de innovación en el sector automotriz. Un ecosistema que, con la llegada de la nueva legislación, no ha hecho más que crecer. A través de una inversión constante en talento e I+D, compañías de todo el continente están ayudando a construir una movilidad más cómoda y segura. Una situación que supone una enorme oportunidad para renovar el liderazgo de Europa en la industria de la automoción, especialmente si tenemos en cuenta que se trata del primer mercado del mundo en contar con una regulación de este tipo, por delante de gigantes como China o Estados Unidos.
Al mismo tiempo, este contexto también puede presentar innumerables oportunidades para el tejido empresarial español. El país cuenta con empresas de referencia, con proyección internacional, que ya están trabajando en este tipo de sistemas de monitorización innovadores para las principales marcas del mundo de la automoción. En España, el sector cuenta con suficiente experiencia y talento para poder aprovechar la adopción masiva de estas tecnologías. No obstante, para lograrlo, uno de los grandes desafíos es poder contar con todos aquellos perfiles que son necesarios para el desarrollo de estos productos; garantizar que contamos con profesionales altamente especializados en ámbitos clave como la ingeniería mecánica, el software, el hardware, o la óptica, por ejemplo.
En un sector de la automoción que ha experimentado muy directamente el impacto de la crisis del Covid-19, la apuesta por soluciones tecnológicas disruptivas, como los sistemas de monitorización in-cabin, está marcando el camino a seguir. La innovación constante siempre ha sido una de las señas de esta industria, y el momento actual lo vuelve a demostrar. Europa ha sido pionera, y ha logrado fomentar una directiva sin precedentes acerca de unas tecnologías que, sin duda, serán prioridad absoluta para toda la automoción a nivel mundial a corto plazo. Estados Unidos y China ya están realizando movimientos, y se espera que en los próximos años implementen normativas parecidas. Por ello, debemos aprovechar esta ventaja competitiva, y continuar impulsando un ecosistema que, a través de la investigación, la creatividad y el intercambio de ideas, lidere la movilidad del mañana.
Josep Maria Forcadell es Chief Technology Officer de Ficosa
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