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Cinco Días

Qué debe saber el inversor para no dejarse llevar por la volatilidad del mercado

La importancia de la planificación y el asesoramiento en tiempos de incertidumbre

SDI Productions (Getty Images)

Los mercados se están moviendo este 2025 a golpe de titular y de declaraciones desde ambos lados del Atlántico. También por la decepción y las expectativas sobre los resultados empresariales de algunas compañías y por ciertos datos económicos que están siendo algo peores de lo esperado.

Desde que Donald Trump tomó posesión de su cargo como presidente de los Estados Unidos, intentar estar al día de la actualidad es casi misión imposible, especialmente en lo relativo a los aranceles. Entre los anuncios de nuevas imposiciones, las respuestas del resto de países y las pausas para las negociaciones, lo que ha pasado -y sigue pasando- es que se genera mucho más ruido e incertidumbre, algo con lo que los mercados financieros no conviven muy bien.

A las tensiones geopolíticas y comerciales se le suma lo que está pasando con la tecnología en Estados Unidos. Hay que recordar que el año pasado, Wall Street cerró con muy buenos resultados y muy lejos de Europa gracias, en parte a las ‘siete magnígicas’ y a todo lo relacionado con la inteligencia artificial. Ahora, el panorama es bastante distinto. A pesar de que marzo está dejando pérdidas en todos los índices, en lo que llevamos de año la peor parte la está sufriendo la bolsa estadounidense y, muy en concreto, el Nasdaq Composite, que cae cerca de un 9% este 2025. En cambio, los índices europeos acumulan ganancias que, en los casos de Alemania, Italia y España, superan el 10%.

“Para entender esto hay que ver cómo se están comportando los distintos sectores que componen la bolsa mundial. Por primera vez en muchísimo tiempo, los únicos tres sectores que están en negativo, tanto en el mes como en el año, son aquellos en los que se reparten las ‘siete magníficas’: tecnologías de la información, servicios de comunicación y consumo discrecional”, explica Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante.

Con la volatilidad disparada -el índice VIX, conocido por ser el índice del miedo, ha marcado esta semana su nivel más alto desde agosto de 2024-, hay muchos inversores y ahorradores que se preguntan qué deberían hacer con su dinero. La reacción más primaria, en muchos casos, es la de salirse del mercado cuanto antes por miedo a que haya más caídas. Pero hay otros que ven en las caídas una oportunidad para aumentar su exposición y entrar en el mercado a mejor precio, lo que permite sacarle más partido a la rentabilidad del mercado a largo plazo.

¿Qué decisiones financieras debería tomar el inversor?

En momentos de incertidumbre como el actual, lo más importante para el inversor es no actuar por impulsos y contar con una estrategia bien definida, adaptada a sus objetivos y circunstancias personales. La volatilidad genera inquietud, pero tomar decisiones basadas en el miedo o en predicciones a corto plazo suele ser un error. Por eso, ahora más que nunca, recurrir a un asesor financiero que ayude a tomar decisiones con perspectiva es clave para evitar errores.

El primer paso es asegurarse de que la estrategia de inversión está bien estructurada, diversificada y equilibrada en función del perfil de riesgo, del horizonte temporal de cada inversor y de sus objetivos vitales. Tener una cartera que combine distintos tipos de activos -fondos cotizados, fondos alterntativos, inmobiliario, etc.- y que diversifique también por sectores y geografías, ayuda a reducir el impacto de la volatilidad y a aprovechar mejor las oportunidades que puedan surgir.

También es fundamental no dejarse llevar por el ruido del mercado ni intentar anticipar los movimientos de los índices. La tentación de reaccionar ante cada titular o dato económico puede llevar a decisiones precipitadas que, en muchos casos, resultan perjudiciales. Históricamente, los inversores que mantienen su estrategia y siguen invertidos suelen obtener mejores resultados que aquellos que intentan acertar con el momento exacto para entrar o salir del mercado.

Además, estos momentos de incertidumbre son una oportunidad para revisar los objetivos financieros y vitales. La inversión no debe ser un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar metas personales, ya sea la jubilación, la compra de una vivienda o la protección del patrimonio familiar. Contar con una planificación financiera bien definida permite tomar decisiones con más tranquilidad y coherencia.

Por último, para aquellos con liquidez disponible, las caídas pueden representar oportunidades de inversión, siempre que encajen en su estrategia y situación actual. Realizar aportaciones periódicas, en lugar de intentar acertar con el mejor momento del mercado, es una estrategia eficaz para gestionar la volatilidad y optimizar la rentabilidad a largo plazo.

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