Alfonso García Mora (CFI): “La incertidumbre golpea más duro a los países emergentes”
La Corporación Financiera Internacional, brazo inversor del Banco Mundial, ha cerrado el año fiscal de 2025 con cifras de inversión récord. España es su segundo socio europeo más relevante
Alfonso García Mora es vicepresidente de operaciones en Europa y América Latina de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de inversión privada del Banco Mundial. Esta institución promueve el desarrollo económico para combatir la pobreza y financia proyectos de empresas privadas en países donde las condiciones económicas no favorecen la inversión. García destaca que el año fiscal de 2025 ha sido “histórico” y que España se consoli...
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Alfonso García Mora es vicepresidente de operaciones en Europa y América Latina de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de inversión privada del Banco Mundial. Esta institución promueve el desarrollo económico para combatir la pobreza y financia proyectos de empresas privadas en países donde las condiciones económicas no favorecen la inversión. García destaca que el año fiscal de 2025 ha sido “histórico” y que España se consolida como el segundo socio europeo más relevante para el CFI, solo por detrás de Francia, con una cartera de 4.000 millones de dólares en empresas españolas que invierten fuera del país y que incluye a los grandes del Ibex.
Pregunta: ¿Qué caracteriza las inversiones del CFI?
Respuesta: Tres cosas. Primero, el impacto en desarrollo. Siempre buscamos áreas donde tenga un mayor impacto. Por ejemplo, con BBVA Colombia creamos el primer bono de biodiversidad del mundo. Nadie lo había hecho antes. Nosotros diseñamos los estándares, los verificamos, y el banco se comprometió a invertir todo lo recaudado en sectores vinculados a la biodiversidad. Segundo, la adicionalidad: hacemos lo que el mercado no hace por sí solo. Si el mercado ya lo está haciendo, no intervenimos; buscamos estar a la vanguardia. Y tercero: la sostenibilidad. No recibimos financiación de ningún país. Nuestro modelo de negocio tiene que sostenerse por sí mismo.
P. ¿Cómo evalúan el impacto de sus inversiones?
R. Definimos métricas concretas. Por ejemplo, con Santander Brasil financiamos a mujeres emprendedoras en el norte del país, donde hay una escasez tremenda de crédito. Establecimos objetivos claros en términos de cuántas personas creemos que se pueden beneficiar de la iniciativa y, durante el plazo de la inversión, el prestatario debe reportar los resultados. También exigimos que todos los proyectos cumplan con estrictos estándares ambientales, sociales y de gobernanza.
P. ¿Qué hace atractivos a los mercados emergentes en momentos de incertidumbre?
R. Nuestro valor añadido no es ser baratos, sino tener la capacidad de estructurar operaciones con rigor y conocimiento local. En Ucrania, por ejemplo, trabajamos junto al Banco Mundial para impulsar reformas y atraer inversión privada. Ofrecemos a nuestros clientes las mejores prácticas globales y un paraguas de confianza que reduce el riesgo percibido. En momentos de incertidumbre los mercados se secan, hay menos capital disponible, y ahí es donde nosotros entramos: estructuramos, damos garantías, movilizamos.
P. ¿Esto explica las cifras récords de su último ejercicio?
R. Sí. Cuando el mercado está boyante, [los inversores perciben] menos necesario nuestro papel. Pero cuando hay sequía, somos fundamentales para los inversores porque quieren ir acompañados de quienes conocen el terreno.
P. ¿Qué papel juega España en esta estrategia?
R. España es nuestro segundo socio europeo, después de Francia. Tenemos 4.000 millones de dólares invertidos en empresas españolas fuera del país. Trabajamos con Santander, BBVA, Acciona, Iberdrola… Les ayudamos a invertir en mercados emergentes con criterios de impacto y sostenibilidad. Por ejemplo, con BBVA Colombia hicimos el bono de biodiversidad; con Santander Brasil, bonos sociales para mujeres; con Acciona, bonos de sostenibilidad en Perú y Brasil; con Iberdrola, financiación en Brasil, Marruecos y Polonia.
P. ¿Qué aprendizajes les ha dejado experiencias como la de Ucrania o la pandemia?
R. Tres lecciones. La primera, que las soluciones público-privadas son cruciales. El sector público no puede financiarlo todo, no le da ya la caja, y lo que hay que hacer es derivar recursos para apalancar al sector privado. La segunda: fomentar la competencia, especialmente en América Latina, donde falta un tejido empresarial mediano. Hay muchas microempresas y pocas grandes corporaciones, pero falta la empresa mediana, que es la que genera empleo formal. Y la tercera, que el desarrollo económico no debe estar vinculado a ideologías. Trabajamos con todos los países que quieran colaborar, independientemente de su orientación política.
P. ¿Qué previsiones tienen para el próximo año en un contexto de fragmentación comercial?
R. Las tensiones geopolíticas son mayores que nunca y la incertidumbre es el principal enemigo de la inversión. Si las primas de riesgo suben, el capital se refugia en mercados seguros, dejando atrás a los países en desarrollo. Estos necesitan financiación a largo plazo para infraestructuras, energías renovables… Pero si el inversor espera a ver qué pasa, no invierte. La incertidumbre golpea con más fuerza a los países con economías emergentes. Y es así porque si se frena la inversión, la frontera productiva se estanca. Las reglas del juego tienen que estar claras. Si un plan de pensiones quiere invertir a largo plazo, necesita saber que el marco regulatorio no va a cambiar de un día para otro. Por eso es tan importante que exista certidumbre regulatoria y acuerdos internacionales sólidos.
P. ¿Qué consejos daría a los inversores para hacer frente a la volatilidad actual?
R. Lo primero es entender que estas no son inversiones de cartera ni de corto plazo. Son inversiones a vencimiento, ya sea en bonos o préstamos. Por eso, lo fundamental es analizar bien el activo subyacente. Si tiene sentido y genera impacto, puede ser una buena oportunidad. Los momentos de incertidumbre también abren espacio para oportunidades que en otros contextos no estarían disponibles. Y desde el lado del prestatario, es clave priorizar: decidir bien en qué invertir para maximizar el éxito en un entorno volátil.