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La danesa Orsted pierde hasta un 29% de su valor, hundida por los aranceles y la marcha atrás de EE UU en renovables

El líder mundial en energía eólica se ve forzado a ampliar capital en 8.000 millones de euros para compensar el agujero de sus proyectos en la Costa Este estadounidense

Orsted busca un salvavidas financiero entre sus inversores. La compañía danesa, referente mundial en generadores de energía eólica marina, ha anunciado este lunes una ampliación de capital de 60.000 millones de coronas danesas (8.037 millones de euros), equivalentes al 46% del valor actual de la firma. Con esta operación el grupo intenta cubrir el fracaso de su proyecto estrella en EE UU, Sunrise Wind, frente a las costas de Nueva York, pero aun así ha provocado una caída de hasta el 28,7% en la cotización de sus acciones, arrastrando el valor por debajo del precio de su salida a Bolsa en 2016. El Estado danés, accionista mayoritario con el 50,1% de los títulos, ha confirmado que acudirá a la ampliación, mientras que Morgan Stanley ha garantizado la colocación del resto. La operación se ejecuta mediante la emisión de derechos de suscripción preferente, es decir, los accionistas pueden comprar acciones nuevas a un precio por debajo de mercado.

La decisión de suspender la desinversión parcial de Sunrise Wind no es anecdótica. Orsted contaba con esa operación para pagar parte de su plan inversor a largo plazo (la industria eólica es un negocio intensivo en capital), pero las condiciones del mercado eólico marino en Estados Unidos juegan en contra con Donald Trump en la presidencia. Analistas de Bloomberg Intelligence calculan un déficit de financiación de 40.000 millones de coronas danesas, incluyendo sobrecostes. Esta brecha se ha tenido que cubrir con la emisión de derechos, una operación que, en su opinión, “refleja la exposición de Orsted a obstáculos estructurales de política en EE UU”. Las trabas regulatorias, la retirada de incentivos fiscales y el encarecimiento de materiales han dejado a la compañía sin margen para seguir vendiendo participaciones en proyectos en desarrollo, una fórmula que hasta ahora le había funcionado. La semana pasada, Citi había advertido de que la deuda neta de la firma aumentaría hasta los 85.000 millones de coronas en el segundo trimestre del año fiscal 2025, un 4% más que en el trimestre anterior.

Pese al golpe bursátil, Orsted ha presentado este mismo lunes unos sólidos resultados semestrales de 2025. El beneficio neto del primer semestre fue de 1.098 millones de euros, un salto de más de 970 millones respecto al mismo periodo del año anterior. Además, el ebitda ajustado —que excluye ingresos extraordinarios y penalizaciones por cancelaciones— alcanzó los 1.862 millones de euros, un 9% más que en 2024. El consejero delegado de la compañía, Rasmus Errboe, ha destacado el “fuerte desempeño operativo” durante el primer semestre, con avances en toda la cartera de construcción, incluyendo el 70% de las turbinas instaladas en Revolution Wind.

Los analistas son recelosos con la posición de Orsted. Desde Bloomberg Intelligence advierten que la empresa podría estar entrando en una “trampa de valor”. La exposición a EE UU —por los aranceles al acero, trabas regulatorias y dificultades para vender participaciones en proyectos— podría recortar hasta un 6% el ebitda previsto para 2027, calculan.

Orsted hará públicas las cifras completas del primer semestre de este año el próximo 13 de agosto, pero Citi ya ve nubarrones y mantiene la recomendación de venta del valor. El banco prevé que el ebitda del grupo caiga un 15% interanual en el segundo trimestre del año fiscal, lastrado por un ajuste contable de entre 3.000 y 3.500 millones de coronas danesas por la depreciación de Hornsea 4, un megaproyecto de 2,4 GW frente a la costa de Yorkshire (Reino Unido) que Orsted ha decidido suspender antes de llegar a la inversión final.

Aunque la compañía compensará parte de ese impacto con la venta de una participación en West of Duddon Sands (2.800 millones de coronas), los analistas advierten que el trimestre estará marcado por “el efecto combinado de los aranceles del 50% al acero en EE UU y el impacto de mercado sobre los tipos de interés”. El consenso de analistas es parco ante las perspectivas de inversión: más del 70% recomienda mantener los títulos en cartera y la segunda opción más recomendada es la venta del valor.

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