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Robinhood vuelve a quedarse a las puertas del S&P 500 ante los interrogantes que acechan sobre su negocio

La tecnológica Trade Desk formará parte del índice a partir del 18 de julio

Robinhood ha vuelto a quedarse fuera del selecto club de las 500 empresas con mayor capitalización bursátil de Estados Unidos. El bróker, que permite operar en Bolsa y en el universo cripto, tendrá que esperar a la siguiente revisión del índice elaborado por S&P Dow Jones para intentar dar el salto al selectivo más seguido por los fondos de gestión pasiva.

S&P Dow Jones anunció el lunes al cierre de Wall Street la exclusión de Ansys y la entrada de la tecnológica Trade Desk, empresa que se encontraba lejos de la terna de candidatos entre los que estaban, según los analistas, AppLovin, Robinhood, Carvana e Interactive Brokers. Los cambios, que se harán efectivos a partir del 18 de julio están justificados por la adquisición de Ansys por parte de Synopsys, que se prevé hacer efectiva esta semana. Robinhood retrocede un 1% en la preapertura de Wall Street.

Lo cierto es que el valor en Bolsa de Robinhood es superior al de Trade Desk. La plataforma de trading capitaliza 88.210 millones de dólares, frente a los 37.000 de la empresa tecnológica, y su evolución en Bolsa de ambas compañías es bastante opuesta: mientras la primera se dispara un 153%, la segunda retrocede un 36%. Aunque uno de los principales requisitos para formar parte del S&P 500 es el de tener una capitalización mínima de 20.500 millones de dólares no es el único. Además se analiza la liquidez del valor, que tenga sede en EE UU, un free float de al menos el 50%, que la empresa acumule cuatro trimestres consecutivos de beneficios y que aporte diversidad sectorial al índice.

Su futuro salto al S&P 500, de producirse, aumentará el peso de las firmas de criptoactivos en el índice, dado que desde mayo cotiza en él la plataforma Coinbase, que sustituyó a Discover Financial Services. La mayor firma de criptomonedas de Estados Unidos salió a Bolsa en 2021 y se ha visto beneficiada, al igual que Robinhood por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca con una apuesta decidida por los criptoactivos.

En Europa Robinhood se está enfrentando al escrutinio de los supervisores tras lanzar a finales de junio acciones tokenizadas para inversores minoristas europeos sobre OpenAI y SpaceX, dos empresas privadas que no cotizan en Bolsa. Un lanzamiento que ha generado fuertes críticas por parte de OpenAI y que ha llevado al Banco de Lituania a pedir explicaciones al bróker, dado que es en este país donde ha obtenido la licencia MiCA. “No colaboramos con Robinhood, no participamos en esto y no lo respaldamos. Cualquier transferencia de acciones de OpenAI requiere nuestra aprobación; y no hemos aprobado ninguna. Por favor, tengan cuidado”, advirtió OpenAI a través de redes sociales.

A ello se suman varios frentes abiertos en Estados Unidos. El primero es una investigación abierta por el fiscal general de Florida, James Uthmeier, que está analizando la veracidad de las tarifas del bróker, que durante años ha aseverado que ofrecía las comisiones más bajas para operar en criptoactivos. “Robinhood ha afirmado durante mucho tiempo ser la mejor opción, pero creemos que esas declaraciones eran engañosas”, ha aseverado Uthmeier en un comunicado.

Por otro lado, a partir de octubre la plataforma va a reducir considerablemente la retribución que ofrece a los inversores de criptoactivos por la operativa del staking. Esta, que permite obtener rendimientos al bloquear los criptoactivos de un usuario para respaldar la seguridad y las operaciones de una red blockchain concreta, permite obtener con ello una rentabilidad, a imagen de un depósito bancario tradicional. En concreto, va a reducir un 25% la rentabilidad ofrecida a los inversores estadounidenses y menos de un 15% a los europeos.

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