Nueva cita con Nvidia y su poder para mover el mercado: 240.000 millones en juego
Los expertos auguran movimientos violentos en la cotización tras la presentación de resultados del miércoles
No son los resultados de una empresa más. Las cuentas trimestrales que presenta este miércoles la tecnológica estadounidense Nvidia suponen el examen más fiable a la situación de la inteligencia artificial, y probablemente una de las mejores pistas sobre si las actuales valoraciones del mercado, con Wall Street rondando zona de máximos históricos, son razonables o se han hinchado demasiado.
Tras el sí, quiero, de Jerome P...
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No son los resultados de una empresa más. Las cuentas trimestrales que presenta este miércoles la tecnológica estadounidense Nvidia suponen el examen más fiable a la situación de la inteligencia artificial, y probablemente una de las mejores pistas sobre si las actuales valoraciones del mercado, con Wall Street rondando zona de máximos históricos, son razonables o se han hinchado demasiado.
Tras el sí, quiero, de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, a bajar los tipos de interés en septiembre pronunciado el pasado viernes, los inversores buscan nuevas alegrías veraniegas. Nvidia se disparó un 16% y un 9% después de batir las expectativas de los analistas en los dos últimos trimestres, por lo que de seguir la tendencia, habría nueva gasolina para seguir subiendo más allá de máximos históricos, así como para acallar, al menos momentáneamente, las voces que hablan de que la Bolsa está cara. Esa advertencia se hizo especialmente patente con la corrección del pasado 5 de agosto, cuando una corrección exprés puso en guardia a los inversores frente a un posible exceso de complacencia en el mercado.
Valorada en casi tres billones de euros, Nvidia es la segunda mayor compañía cotizada del mundo, solo por detrás de Apple y ligeramente por encima de Microsoft. En un tiempo donde los gigantes tecnológicos están adquiriendo dimensiones nunca antes vistas, los índices bursátiles garantizan ahora menos de diversificación y son más sensibles a lo que haga un puñado de firmas. Según los analistas de Citi, un movimiento del 9% similar al que experimentó Nvidia tras sus resultados de mayo supondría para el S&P500 un cambio, al alza o a la baja, de unos 60 puntos básicos, lo que se traduce en un potencial de creación o destrucción de valor cercano a los 270.000 millones de dólares (unos 240.000 millones de euros).
Pero el impacto va mucho más allá, como explica Dave Mazza, consejero delegado de Roundhill Investments. “No solo hay que tener en cuenta el gran peso de Nvidia en los índices, además controla en gran medida la narrativa de la IA, que ha sido en buena parte la responsable de impulsar el mercado a máximos históricos”. Es decir, al ser Nvidia una beneficiaria directa del gasto que están acometiendo miles de compañías en construir sus propias infraestructuras de IA, un batacazo daría una señal muy negativa, con incidencia directa en el estado de ánimo de los inversores, al introducir en el debate una posible pasada de frenada.
Las expectativas sobre la compañía con sede en Santa Clara (California) son muy altas. Hasta el punto de que un desplome bursátil no tiene por qué ser sinónimo de malos resultados, sino solo de que no sean lo suficientemente buenos. De media, los analistas auguran un aumento de los beneficios del 140% en el segundo trimestre respecto al mismo periodo del año anterior, y que los ingresos sean más del doble. Eso no ha sido un obstáculo hasta ahora: las acciones de Nvidia subieron un 239% en 2023, y en lo que va de año acumulan una revalorización superior al 150%, hasta el punto de que alrededor del 27% de las ganancias del S&P500 se deben a su buen comportamiento, una contribución al rally superior al de cualquier otra compañía.
Su relevancia es tal, que en el mercado hay quien concede más valor a lo que pueda explicar Jensen Huang, consejero delegado de Nvidia, y sobre todo, a los números que enseñe, que a los comentarios de Jerome Powell en el cónclave de banqueros centrales de Jackson Hole de la semana pasada. “Cualquier orientación sobre el futuro flujo de pedidos será clave como nuevo catalizador para la acción, así como el posible impacto de un retraso en los nuevos chips, que actualmente se prevé que dure entre seis y ocho semanas”, sostiene Jean-Paul van Oudheusden, analista de mercados de eToro.
A la caza de Apple
Con el fabricante de vehículos eléctricos Tesla quedándose algo atrás en la lista de mayores empresas cotizadas del mundo, y por tanto descolgada de los llamados Siete Magníficos, las cuentas de Nvidia servirán también para hacer balance de la temporada de resultados de este selecto grupo. Amazon, Microsoft, Alphabet y la propia Tesla decepcionaron al mercado, mientras que Apple y Meta (la dueña de Facebook), cumplieron.
Nvidia se ha movido con una enorme volatilidad en las últimas jornadas, pero ha salido airosa de la montaña rusa que siguió al derrumbe de la Bolsa japonesa y a la propia inestabilidad de su cotización, por lo que si convence al mercado no sería descabellado que tocara nuevos máximos históricos, de los que le separan apenas un 5%, e incluso que desbancara a Apple a la cabeza de las cotizadas más valiosas.
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