Elecciones en Reino Unido: cita casi de trámite para un mercado financiero que aguarda el despegue

El mercado británico ha sido castigado en los últimos años por la inestabilidad política posterior al Brexit. Para el 4 de julio los inversores asumen sin inquietud la victoria laborista y prevén pueda ser el inicio de un sentimiento positivo hacia los activos británicos

Rishi Sunak (izquierda) y Keir Starmer, en su primer debate electoral el 4 de junio en Londres, moderado por la periodista Julie Etchingham.Jonathan Hordle/ITV (via REUTERS)

La agenda electoral de este año no da tregua. El año ya apuntaba a ser intenso en clave política, con la celebración de elecciones en medio planeta, y tiene ahora a los inversores en vilo, esperando al resultado de las legislativas francesas y en la cuenta atrás para el gran evento político de 2024, las presidenciales de Estados Unidos. Los comicios de Reino Unido del próximo 4 de julio también están en el calendario del mercado, aunque no como un motivo por el que estar alerta sino como una oportunidad con la que empezar a pasar página de un período convulso para la economía y los mercados fi...

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La agenda electoral de este año no da tregua. El año ya apuntaba a ser intenso en clave política, con la celebración de elecciones en medio planeta, y tiene ahora a los inversores en vilo, esperando al resultado de las legislativas francesas y en la cuenta atrás para el gran evento político de 2024, las presidenciales de Estados Unidos. Los comicios de Reino Unido del próximo 4 de julio también están en el calendario del mercado, aunque no como un motivo por el que estar alerta sino como una oportunidad con la que empezar a pasar página de un período convulso para la economía y los mercados financieros del país.

El resultado de las elecciones generales británicas no va a ser ninguna sorpresa. El partido laborista que lidera Keir Starmer es el favorito indiscutible frente a los conservadores del actual primer ministro Rishi Sunak. Los laboristas llevan tiempo sacando enorme ventaja en los sondeos, de unos veinte puntos, sobre los tories, que podrían sufrir una derrota electoral histórica. El cambio de gobierno se da por hecho. Y que el nuevo inquilino del número 10 de Downing Street no causará sobresaltos a los inversores, también. De hecho, un creciente sentimiento positivo hacia el mercado de Reino Unido está surgiendo en las últimas semanas, después de años de desencuentro a causa del Brexit.

Reino Unido ya está curado de espantos en cuanto al riesgo político. En la memoria está aún fresco el shock financiero que causó la anterior primera ministra conservadora, Liz Truss, al anunciar un drástico recorte fiscal a su llegada al poder que desató la una enorme desconfianza entre los inversores sobre la capacidad de Reino Unido de hacer frente al pago de su deuda. Con menos ingresos por la recaudación de impuestos y sin renunciar al gasto público, se ampliaba el déficit fiscal y se agravaba el desequilibrio de las cuentas públicas. Y puesta en duda la sostenibilidad de la deuda británica, lo siguiente fue una oleada masiva de ventas en las acciones y, sobre todo, bonos a largo plazo del Reino Unido, un movimiento que amenazó el sistema privado de pensiones del país y obligó a intervenir al Banco de Inglaterra. Liz Truss dimitió tras permanecer solo 45 días en el cargo.

La lección de aquel colapso financiero es la que los inversores rescatan estos días ante la posibilidad de que el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen llegue al poder en Francia. Pero según señala Donny Kranson, gestor de carteras de Vontobel, a diferencia de las elecciones francesas, las elecciones británicas no están causando agitación en el mercado. “Hay varias razones para ello. Los sondeos en el Reino Unido apuntan en dirección laborista desde hace varios años, con un amplísimo colchón de seguridad. Es muy poco probable que se produzca una sorpresa. Y el partido laborista de hoy no es tan extremista como hace unos años bajo el liderazgo de Jeremy Corbyn”, explica.

Más allá de la moderación que los analistas coinciden en señalar en el candidato laborista, la realidad es que quien llegue al poder en Reino Unido tendrá por delante la tarea de impulsar la economía y de avanzar en el equilibrio de las cuentas públicas, con poco margen para elevar el gasto. Sin haber digerido aún el impacto del Brexit, la pandemia terminó de hacer mella en la economía británica, que ha sido una de las que más ha tardado entre los países avanzados en recuperar el tamaño de 2019, previo al coronavirus. En el primer trimestre de este año ha logrado salir de la recesión en la que entró en la segunda mitad de 2023, con un alza del PIB del 0,6%, el mayor crecimiento en casi tres años.

“Independientemente de quién gane, la herencia económica es desalentadora, y las reformas son urgentes y cada vez más esenciales. Esperamos que la aceleración de la consolidación fiscal impulse los recortes de tipos hasta 2025″, señalan en Citi. Para el banco estadounidense, un nuevo gobierno en Reino Unido puede marcar el inicio de la consolidación fiscal y aumentar la demanda de deuda soberana británica, haciendo también más probables los recortes de tipos por parte del Banco de Inglaterra. Y apunta además que “los inversores extranjeros podrían sentirse atraídos por los bonos soberanos británicos en los próximos meses para escapar de la incertidumbre de las elecciones estadounidenses”.

Positivos con la deuda británica

En Vontobel reconocen que aunque la trayectoria de la inflación británica, y por tanto de la primera bajada de tipos del Banco de Inglaterra son inciertos, “saber que los políticos británicos tienen grabado a fuego en la memoria esta lección de disciplina fiscal nos da una confianza adicional a la hora de invertir en renta fija británica”. El Banco de Inglaterra decidió en su reunión de junio mantener los tipos de interés en el 5,25%, máximos de 2008. La inflación ha descendido en mayo al 2%, al objetivo de estabilidad de precios del banco central, pero la autoridad monetaria británica considera que esa caída es pasajera y que no ofrece la suficiente seguridad como para abaratar ya el precio del dinero. El mercado sí espera un primer recorte de tipos en Reino Unido en agosto o en septiembre, una opción esta última para la que las probabilidades han subido al 88% tras la reunión de la institución monetaria.

Goldman Sachs también aprecia una potencial de subida para el precio de la deuda soberana británica, vistos los progresos en el descenso de la inflación, que acercan a este verano el recorte de tipos en Reino Unido. “La incertidumbre política es menor en esta ocasión, lo que implica como mínimo que es improbable que se produzca un empeoramiento de los flujos de capital, y que potencialmente podría haber margen de mejora”, apunta el banco estadounidense.

Desde la gestora británica Schroders, su estratega senior para Europa, Azad Zangana, coincide en señalar que una nueva etapa política que pueda encontrar soluciones para los retos estructurales de la economía británica será clave para mejorar el crecimiento. “Es de esperar que esto signifique también una mejora de la rentabilidad para los inversores, que han evitado en gran medida los mercados públicos británicos durante algún tiempo”. De hecho, según reconoce Graham Ashby, gestor de renta variable de Reino Unido de Schroders, el sentimiento hacia la renta variable británica ha caído a un punto muy bajo y apunta a la posibilidad de que un cambio de gobierno pueda coincidir con un cambio de tendencia en esa visión. “Justamente con un sentimiento tan bajo hacia la renta variable británica, los inversores contrarians podrían argumentar que las cosas sólo pueden ir a mejor”, explica. Por ejemplo, podría ser momento para que haya un punto de inflexión en la reducida exposición a la Bolsa británica que tienen los fondos de pensiones nacionales, de tan solo 2,8% frente a porcentajes del 26% de las pensiones privadas de Francia en su Bolsa doméstica, del 41% de Italia en la suya o el 63,5% de Estados Unidos en Wall Street.

Una Bolsa barata

El Ftse británico es en lo que va de año el índice bursátil europeo que menos sube, el 6%, y se ha visto penalizado por su elevada exposición al sector petrolero y minero, que acusa descensos. Roberto Ruiz Scholtes, estratega de Singular Bank, destaca que la Bolsa británica cotiza a “múltiplos atractivos”, con un PER de 11,2 veces y una rentabilidad por dividendo del 4%, solo por detrás en Europa de la Bolsa italiana y española. El experto sobrepondera la renta variable británica en términos globales y destaca dos hechos que pueden ser favorables para el mercado británico del resultado electoral: una mayoría absoluta laborista que elimine el riesgo de fragmentación política que en otros países impide reformas estructurales y un programa electoral laborista más moderado respecto al pasado. En su propuesta fiscal, el partido de Starmer se ha comprometido a no tocar ni el impuesto sobre la renta, ni el de sociedades ni el IVA. A cambio, contempla la eliminación del régimen especial de impuestos para los multimillonarios sin residencia en el Reino Unido, la recuperación del IVA para las matrículas de los colegios privados y el aumento sin especificar del gravamen a las ganancias de capital privado. En total, apenas 10.000 millones de euros.

Para Donny Kranson, gestor de carteras de Vontobel, el mercado bursátil británico ofrece oportunidades a los inversores en un contexto relativamente estable. “Las empresas de alta calidad deberían seguir rindiendo en este entorno”, defiende. Y cita como ejemplos a London Stock Exchange Group -que considera “es un actor importante en los mercados financieros como proveedor de datos, análisis e infraestructura de mercado-, a Experian, empresa especializada en gestión del riesgo de crédito, fraude y analítica avanzada; a Ashtead, empresa de alquiler de equipos industriales, al calor de una nueva legislación sobre infraestructuras, y a la tecnológica Halma.

En el actual escenario de mercado, que acaba de encajar la primera rebaja de tipos en la zona euro mientras la inflación flaquea por fin a ambos lados del Atlántico, Mutuactivos tiene a Reino Unido como una de las plazas que ofrece oportunidades de compra, en especial en valores de pequeña y mediana capitalización que hayan sido castigados por el descenso de los tipos de interés. Apuesta por la compañía londinense de electricidad y gas National Grid y por Atalaya Minig dentro del sector cíclico. Las compañías petroleras y mineras tienen, junto al sector financiero, un fuerte peso en el Ftse británico, si bien en lo que va de año son las financieras las que están tirando del índice, con ascensos de entre el 50% y el 30% para compañías como Hargreaves Lansdown, Natwest o Barclays.

Echando la vista atrás, la estadística muestra que la Bolsa británica se mantiene relativamente plana en los seis meses posteriores a las elecciones, aunque sube el 6% cuando gana el partido laborista. Su previsible triunfo del día 4 también será en esta ocasión el punto de partida que muchos esperan para reactivar un mercado arrinconado en las carteras en los últimos años.

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