¿Por qué la Bolsa no reacciona al ruido político?
El mercado está más preocupado por las cuentas públicas de Italia o Francia
Mucho ruido y pocas nueces. La conmoción generada por la posible división de Pedro Sánchez ha tenido un impacto nulo en el mercado. Ni la Bolsa, que cedió este jueves menos que el resto de índices europeos, ni la deuda se inmutaron. Aunque algunos analistas atribuyen este comportamiento a que el mercado no da credibilidad a una eventual dimisión, otros consideran que obedece al hecho de que España no está en el radar los inversores. Dentro de este grupo se encuentra ...
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Mucho ruido y pocas nueces. La conmoción generada por la posible división de Pedro Sánchez ha tenido un impacto nulo en el mercado. Ni la Bolsa, que cedió este jueves menos que el resto de índices europeos, ni la deuda se inmutaron. Aunque algunos analistas atribuyen este comportamiento a que el mercado no da credibilidad a una eventual dimisión, otros consideran que obedece al hecho de que España no está en el radar los inversores. Dentro de este grupo se encuentra Gonzalo Sánchez, director de inversiones de Gesconsult. “Los inversores no están en España desde 2018, como demuestran lo volúmenes de contratación de la Bolsa”, señala el experto. A la caída de la inversión extranjera, que en 2023 apenas superó los 28.000 millones de euros, la menor cifra desde la pandemia, se suma el descenso del patrimonio de los fondos de renta variable. Según datos de Inverco, solo el 0,9% del patrimonio en fondos de inversión españoles está invertido en Bolsa nacional.
Desde Gesconsult apuntan que al problema estructural de la Bolsa española, que carece de representantes del sector de la tecnología y el lujo, los dos negocios con más pujanza en los últimos meses, se suma la regulación y la falta de análisis de valores. La entrada en vigor de la directiva europea Mifid 2 provocó que muchas pequeñas y medianas cotizadas dejarán de ser seguidas por las firmas de análisis. Esto tiene una importancia especial en un mercado como el español en donde las grandes empresas quedan reducida a un puñado de firmas. Además de contar con un pequeño número de firmas de gran tamaño se añade el hecho de que las cotizadas con más peso en la Bolsa española pertenecen a la vieja economía. Es decir, bancos y eléctricas en su mayoría. Estos dos negocios son precisamente los más regulados y, los más expuestos a los cambios en el Gobierno.
José Ramón Iturriga, gestor de Abante, cree que “el mercado está curado de espanto”. “Después de eventos como el asalto al Capitolio de Estados Unidos hay pocas cosas que asusten a los inversores”, subraya. El gestor es de los que opina que, aunque se convocaran elecciones, su impacto en el mercado será nulo. “Después de cuatro consultas en seis años, la Bolsa española y el mercado de deuda han dado muestras de que el ruido político no les inmuta. A esto se une el hecho de que las posibles alternativas de gobierno no son una opción rupturista”, sostiene. A diferencia de lo que sucedió en los años más duros de la crisis de deuda, con Grecia e Italia a punto de hacer quebrar el proyecto europeo, ahora la ruptura del euro no está en entredicho, dado que las grandes formaciones políticas que podrían acceder a La Moncloa son europeístas, comenta.
Más preocupación que la economía española generan Francia e Italia. La situación fiscal de Francia, uno de los países fundadores de la Unión Europea, es compleja, reconocen los expertos. El caso francés, su déficit público alcanzó el 5,5% del PIB en 2023 y las previsiones apuntan a que la carga financiera aumentará a 57.000 millones de euros en 2024. De Italia, los analistas apuntan a su elevada deuda, que supone ya el 140% del PIB.
Los gestores restan importancia a un posible adelanto electoral en España y señalan que, si finalmente no se produce, la debilidad del Gobierno le seguirá dificultando aprobar medidas y para ello deberá contar con un amplio espectro de ´fuerzas políticas. “Es un Ejecutivo que gobierna, pero no legisla. Lo que no le gusta a los mercados es el cambio de las reglas del juego”, apunta Iturriaga.
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