JP Morgan da la cara por la banca y rechaza la comparación con 2008

El grupo subraya que la regulación y la capitalización es ahora mucho mejor que entonces

Conferencias de JP Morgan AM, en Londres.

JP Morgan es el mayor banco de Estados Unidos, el mayor banco de Occidente y el 5º mayor banco del mundo (solo por detrás de los grandes gigantes estatales chinos). Desde su posición de liderazgo, la firma ha querido salir al paso del escalofrío que recorre el sector financiero desde hace dos semanas, con la desaparición/rescate/quiebra de Silicon Valley Bank (SVB), Signature Bank, Credit Suisse. La pregunta, el temor, es evidente: ¿estamos ante el inicio de una crisis como la que vivimos en 2008 y que se extendió en Europa hasta 2012?

Para los gestores de fondos de JP Morgan Asset Management, la gestora del gigante estadounidense, la respuesta es taxativa. No. No se pude equiparar lo sucedido en este convulso mes de marzo con lo sucedido entonces. La firma ha organizado un evento en Londres con un centenar de periodistas de toda Europa, y la cuestión bancaria ha centrado buena parte del debate.

Karen Ward, estratega jefe de mercados de JP Morgan AM, ha recordado durante su exposición que en 2008, el detonante de todos los problemas del sector bancario “fue una colosal burbuja inmobiliaria, algo que no está ocurriendo ahora en absoluto”. Esta especialista recuerda además que, ha raíz de la caída de Lehman Brothers, se endurecieron mucho los requerimientos de solvencia para el sector. “Ahora los bancos en Europa tienen ratios de capital que superan el 16%, cuando entonces no llegaban ni al 8%”. Esta especialista ha subrayado que “no creo que podamos decir que estamos caminando al borde del abismo, ni muchísimo menos”.

Myles Bradshaw, jefe de estrategias globales de la firma también es taxativo. “Las diferencias con 2008 son numerosas. Los bancos están ahora mucho mejor capitalizados, tienen buenos colchones de liquidez y una regulación más estricta. Además, los balances están mucho más saneados. No es lo mismo tener bonos soberanos cuya valoración ha podido caer que tener en cartera hipotecas basura”.

La gran incógnita es entonces, ¿por qué entonces han aparecido tantos problemas en el sector en tan poco tiempo? Para Bradshaw, los casos de SVB y Credit Suisse son muy particulares y no son comparables. En el caso del primero “hablamos de una entidad que tenía en cartera demasiada deuda soberana, devaluada, y pocos préstamos, y que se vio obligada a reconocer pérdidas al tener que venderla de forma acelerada debido a la fuga de depósitos”. Respecto al prestamista suizo, para el estratega de JP Morgan la clave de su desplome “ha sido una progresiva pérdida de confianza por parte de su clientela a lo largo de muchos años”.

También se ha referido a esta problemática Fiona Harris, especialista de inversión para Bolsa de Estados Unidos. “Lo que hemos vivido en las últimas semanas no deja de ser un daño colateral de las subidas de tipos acordadas por los grandes bancos centrales”.

Efectivamente, parte de los problemas de SVB se concentraron en su cartera de deuda pública de Estados Unidos. Las subidas de tipos provocan que las emisiones más antiguas (que ofrecían retornos más bajos) pierdan valor. Mientras permanecen en el balance no hay problema, porque no hay que reflejar el valor de mercado constantemente. Pero si hay que vender ese activo para hacer frente a retiradas de depósitos, como le ocurrió a SVB, sí que hay que realizar las pérdidas sufridas. Lo que también acaba impactando sobre los niveles de capital.

A pesar de las llamadas a la calma, en el subconsciente de los mercados financieros sigue incrustada la tremenda destrucción que provocó la crisis de 2007-2008. En esos años cayó el británico Northern Rock, los americanos Bear Sterns y Lehman Brothers, los gigantes hipotecarios Fannie Mae & Freddie Mac tuvieron que ser rescatados, Merrill Lynch fue comprado in extremis por Bank of America y decenas de bancos europeos y americanos tuvieron que recibir ayudas públicas. El colapso provocó la llamada Gran Recesión y en 2011-2012 sus efectos seguían presentes en Europa, con la crisis de deuda soberana y los rescates financieros de Grecia y España.

Malcolm Smith, responsable de acciones internacionales del grupo, recordaba durante las conferencias de JP Morgan AM que el sector bancario ha pagado mucho por mejorar sus ratios de solvencia, convirtiéndose en una de las industrias con peor desempeño en la última década. Además, el largo periodo de tipos cero mermó mucho sus márgenes. “Pero ahora hay que decir que la regulación de la banca europea es muy sólida, los supervisores han aprendido a que tienen que actuar de forma rápida, como hemos visto, y todo este marco hace que las perspectivas para el sector bancario sean realmente atractivas”.





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