La unión Ashurst- Perkins Coie vuelve a remodelar el tablero global de la abogacía
Ashurst y Perkins Coie han anunciado su intención de fusionarse: la firma resultante será uno de los 20 principales despachos de abogados del mundo
La operación de la semana en el sector legal ha sido el anuncio de la futura fusión de la firma británica Ashurst y la estadounidense Perkins Coie para crear un nuevo gigante de la abogacía mundial llamado Ashurst Perkins Coie. La decisión está en manos de los socios, algo habitual en este tipo de operaciones, cuyo proceso suele durar aproximadamente un año. El nuevo bufete se situará entre los 20 primeros del mundo por ingresos, con una facturación conjunta de unos 2.700 millones de dólares, y contará con una plantilla de 3.000 abogados repartidos en 52 oficinas en 23 países. Seattle, Londres, Sídney —Ashurst se fusionó con la australiana Blake Dawson hace más de una década— y Nueva York serán los centros de referencia.
Las firmas anunciaron la fusión en un comunicado emitido el pasado lunes en el que ambas se reconocen como “iguales”: dos despachos de élite “con implantaciones geográficas, capacidades y culturas altamente complementarias”. Elementos fundamentales en este tipo de enlaces, a los que suman más de 300 años de historia conjunta. Ashurst fue fundada en Londres en 1822 por William Henry Ashurst, un destacado activista contra la esclavitud, mientras que Perkins Coie nació en Seattle en 1912.
Ashurst Perkins Coie estará dirigida por Bill Malley y Paul Jenkins como co-consejeros delegados globales mientras la firma combinada entre “en su siguiente fase de crecimiento”, detalla el comunicado. La cúpula se completará con Karen Davies (Ashurst) y Brian Eiting (Perkins Coie), que serán copresidentes del nuevo despacho. Mark Birnbaum, actual presidente del Comité Ejecutivo de Perkins Coie, cuyo mandato ordinario finaliza a finales de 2025, continuará en el cargo hasta el cierre. Ashurst Perkins Coie, se destaca, “asesorará a las principales empresas del mundo” y contará con “una profunda experiencia en los sectores de tecnología, energía e infraestructuras y servicios financieros”. Desde la oficina de Madrid remiten a la nota oficial ante cualquier consulta adicional sobre la operación.
Gigantes globales
Ashurst Perkins Coie dará forma a la tercera fusión transatlántica en tres años, tras la de Herbert Smith Freehills y Kramer Levin –Herbert Smith Freehills Kramer desde junio de 2025– y la de Allen & Overy y Shearman & Sterling –A&O Shearman desde mayo de 2024–. “Nos encontramos en una segunda etapa de fusiones transatlánticas entre despachos de abogados. La primera se vivió mayoritariamente entre 2010 y 2015”, señala Carlos García-León, analista e investigador del sector legal y socio director de Legal Reputation, quien aventura que la tendencia seguirá arrojando nuevas fusiones. La diferencia entre estos dos momentos, explica, “es que ahora las firmas que se están uniendo ya son internacionales y lo que buscan es ser verdaderamente globales, es decir, no solo tener oficinas en muchas jurisdicciones, sino ser realmente competitivas en todos los países, incluido el gran mercado estadounidense”.
El impacto de estos complejos movimientos está redefiniendo el tablero de juego de la abogacía. La fusión de Ashurst y Perkins Coie, observa Marc Gericó, fundador y socio director global de Gericó Associates, “es algo más que una operación corporativa; es otro síntoma claro del nuevo orden legal global”. El mercado, analiza el experto, “está viendo cómo se forma una liga de grandes firmas transatlánticas que buscan escala real, cobertura geográfica integrada y especialización sectorial”.
Actualmente, Perkins Coie ocupa el puesto 47 en el ranking de American Lawyer de los bufetes con mayores ingresos en EE UU. Tras la fusión, Ashurst Perkins Coie debutaría previsiblemente en el puesto 15 de esta lista de 100, que encabezan Kirkland & Ellis (8.800 millones de dólares), Latham & Watkins (7.000 millones) y DLA Piper (4.240 millones).
Nueva era
Para Gericó la combinación Ashurst-Perkins Coie es “especialmente reveladora” porque acelera tres grandes tendencias: la consolidación de un grupo de 20 o 25 firmas “que competirán por las operaciones más complejas”, “el contraste cada vez más marcado entre modelos de escala y modelos de enfoque” y la necesidad “de que los socios evolucionen hacia un rol de arquitectos de operaciones internacionales, no solo ejecutores jurídicos”.
Las firmas que quieran competir en esta liga deberán reforzar su estrategia, especialmente respecto de sus inversiones tecnológicas. Los nuevos gigantes del sector, señala García-León, cuentan “con muchos más recursos financieros” para acometer “más inversiones en tecnología en un momento en que esto se ha convertido en vital para las firmas, incluida la IA generativa”.
“Todo apunta a que esta ola continuará”, coincide Marc Gericó. Las señales más claras, según el experto es que “los clientes demandan eficiencia, equipos multidisciplinares y presencia real en múltiples jurisdicciones”. Eso sí, advierte: “Las firmas deberán decidir con precisión qué tipo de jugador quieren ser en este nuevo tablero global”.
Retos
La química entre grandes bufetes de origen británico y sus homólogos estadounidenses tiene sus razones: los primeros necesitan penetrar en el mercado de EE UU de la mano de una firma con raíces y los segundos “ofrecer a sus clientes de EE UU un asesoramiento legal de garantías en cualquier jurisdicción del mundo”, explica Carlos García-León. Algo que, “difícilmente conseguían de forma orgánica y sí logran con una integración con otra firma internacional, máxime cuando tienen una fuerte presencia en la City londidense, uno de los centros económico-financiero más importantes del mundo“. Un clara estrategia de win win.
La futura fusión entre Ashurst y Perkins Coie que, según ha publicado el Financial Times, se venía cocinando desde febrero. El acuerdo se ha cerrado pese a la presión de Donald Trump sobre el despacho estadounidense. Según informa el mismo medio, Perkins Coie ganó una demanda contra una orden ejecutiva del presidente por representar a Hillary Clinton mediante la que amenazaba al bufete con suspender las autorizaciones de seguridad de sus empleados y forzar una revisión de sus contratos gubernamentales.
En todo caso, uno de los mayores retos que presenta cualquier fusión entre despachos de abogados, apunta García-León, es “la compatibilidad cultural, incluidos los modelos de liderazgo, las formas de relacionarse con el cliente, los valores que comparten los socios y, por supuesto, los modelos de retribución”. El analista se refiere al choque cultural que perciben los socios estadounidenses, acostumbrados a ingresar una nómina en consonacia a su facturación individual —un sistema conocido en el sector como eat what you kill— cuando conocen el modelo más democrático de sus colegas en Europa, basado en la antigüedad en la firma además de la aportación personal. El plan de fusión, explica García-León, suele diseñar una fórmula más fiel a uno u otro sistema, “pero, aún así, ese pacto previo no siempre es garantía de éxito en los primeros pasos tras la fusión”.
Otros casos recientes de megafusiones
Herbert Smith Freehills Kramer. Las firmas de abogados Herbert Smith Freehills (de origen británico) y Kramer Levin (estadounidense) anunciaron su fusión el 11 de noviembre de 2024 para crear Herbert Smith Freehills Kramer (HSF Kramer en EE UU), una de las 20 empresas más importantes del mundo, con más de 2.000 millones de dólares en ingresos combinados. La nueva firma, operativa desde el 1 de mayo de 2025, cuenta con más de 2.700 abogados y alrededor de 640 socios (120 en EE UU) en 25 oficinas por todo el mundo.
A&O Shearman. El bufete británico Allen & Overy y la firma neoyorquina Shearman & Sterling aprobaron su fusión en octubre de 2023. Desde el 1 de mayo de 2024, son A&O Shearman, el cuarto bufete del mundo por ingresos. Un gigante en la élite con más de 4.000 abogados y 800 socios repartidos en 48 oficinas situadas en 29 países. A&O Shearman anunció en septiembre unos ingresos de 3.700 millones de dólares para el ejercicio fiscal cerrado el 30 de abril, el primero tras la fusión.
McDermott Will & Schulte. McDermott Will & Emery (Chicago, puesto 23 en el AM Law 100) y Schulte Roth & Zabel (Nueva York, puesto 91) se fusionaron oficialmente el pasado 1 de agosto. La nueva firma McDermot Will & Schulte suma 1.750 abogados, más de 20 oficinas y unos ingresos conjuntos de 3.000 millones de dólares.