En colaboración conLa Ley

Secretos (empresariales) de Navidad

Revelar accidentalmente una nueva campaña publicitaria o un descuento exclusivo puede ofrecer una ventaja significativa a los competidores

En estas fechas tan señaladas, son muchas las empresas que se esfuerzan por crear experiencias navideñas memorables y únicas: desde campañas de marketing especiales en puntos de venta y en entornos digitales, hasta espacios con diseños temáticos y música estacional. Sin duda, se trata de un momento muy especial en el que, como el resto del año, será prioritario mantener un equilibrio entre la creatividad, el respeto a los derechos de propiedad intelectual y la protección del conocimiento estratégico.

Muchas de estas estrategias estacionales, como promociones especiales y lanzamientos de productos, constituyen información estratégica para las empresas que cuidadosamente las planifican durante meses, invirtiendo en nuevos recursos y personal para incrementar al máximo las ventas. Como todo aquello que genera una ventaja competitiva para la organización, estos planes y estrategias pueden considerarse secreto empresarial. Así, revelar accidentalmente una nueva campaña publicitaria o un descuento exclusivo puede ofrecer una ventaja significativa a los competidores, entre otras complicaciones. Por ello, conviene reforzar las medidas técnicas y legales adoptadas en torno al conocimiento estratégico que generemos.

En ocasiones, guardar el secreto no estará sólo en nuestra mano e involucra a terceros, como colaboradores o proveedores. Por ello, conviene poner especial cautela en la relación con los desarrolladores de productos innovadores o ediciones especiales con los que trabajemos para salvaguardar la confidencialidad hasta ese lanzamiento en el que tanto esfuerzo hemos puesto. Una divulgación o filtración anticipada de nuestros planes tendrá un impacto directo y negativo en el desenlace de la campaña.

Por otro lado, la temporada de compras navideñas es un momento de alto volumen de transacciones de datos e información personal de los usuarios, tanto en tiendas físicas como en e-commerces. Por ello, no podemos olvidar el respeto a la normativa vigente de protección de datos y a la confianza que nuestros los clientes depositan en un adecuado manejo de su privacidad, garantizando transacciones seguras. Una fuga de información o un tratamiento sin base legitimadora pone en riesgo los derechos del consumidor, riesgo que puede acabar en tragedia ante un tratamiento inadecuado que afecte a los clientes y dañe la reputación de la empresa.

Para proteger y asegurar la vida de estos secretos empresariales en esta época de mayor actividad comercial, las empresas pueden implementar medidas como establecer acuerdos de confidencialidad con empleados temporales, restringir el acceso a información sensible o adoptar políticas de ciberseguridad reforzadas. Otra vía es facilitar formación interna específica sobre el manejo de información confidencial.

Por otro lado, debemos tener muy en cuenta los derechos de autor de terceros a la hora de utilizar distintos elementos y recursos navideños en nuestras campañas, por ejemplo, en el uso de imágenes y recursos gráficos o incluso de canciones navideñas para ambientar puntos de venta. Cantar villancicos en familia o en funciones escolares no infringe los derechos de autor, pero no ocurre lo mismo si el uso es comercial. Los autores tienen derechos morales y de explotación sobre sus obras y se requiere de su autorización (o de la entidad de gestión que los represente) para reproducir, versionar o difundir una canción navideña.

La duración de los derechos es de 70 años desde la muerte del autor. Por ello, algunos clásicos navideños como “Jingle Bells” o “We Wish You a Merry Christmas” ya son de dominio público. Por el contrario, otros grandes temas asociados a esta época, como “Feliz Navidad” de José Feliciano o “All I Want for Christmas is You” de Mariah Carey, aún están protegidos.

La Navidad es un momento clave para maximizar las ventas actuales, pero no a costa de comprometer el futuro del negocio. Por ello y, en definitiva, una gestión adecuada de la información estratégica de la empresa, de los datos de nuestros clientes y de la propiedad intelectual (propia y de terceros) pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Esta es una máxima aplicable durante todo el año, si bien en estas fechas conviene recordarlo y reforzar las medidas legales y técnicas que garanticen un buen resultado y unas fiestas navideñas entrañables para todos.

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