Desayuno sin diamantes: su precio se desploma y en EEUU se casan menos

Los precios de algunas de estas piedras preciosas están en caída libre debido al descenso de las bodas en Estados Unidos y por el exceso de oferta de su variante sintética

Belén Trincado Aznar

Los diamantes ya no brillan como antes. Los precios de esta piedra preciosa en bruto se han desplomado más de un 14% desde finales de 2022, según el Índice Global de Diamantes en Bruto Ziminsky. La llegada de un competidor gemelo al mercado, un producto criado en el laboratorio, que llega a ser hasta 70% más barato que su homólogo minado, puede ser el culpable. Expertos en la industria sostienen que el auge del diamante fabricado y su sobreproducción en los últimos años no es el único responsable de la caída: sino que también hay una escasez de compromisos matrimoniales en los Estados Unidos, el consumidor clave de estas joyas.

El líder sudafricano del sector, De Beers, que ha disfrutado de un monopolio desde 1888, ha registrado un descenso en valor de ventas en bruto del 38% interanual, según sus propias cifras. Y estimaciones suyas prevén que este número continuará bajando alrededor de un 10% a lo largo de 2023. En julio de este año, el gigante bajó sus precios de 1.400 dólares (unos 1.300 euros) a los 850 dólares (796 euros) por quilate.

Menos personas se casan

Edahn Golan, un analista de diamantes afincado en Tel Aviv, atribuye el descenso a dos factores principales: la sobreproducción de los diamantes cultivados en laboratorio y el menor número de personas que pasan por el altar en Estados Unidos. “La bajada es el resultado de una demanda excepcional en 2021 y 2022,” ha señalado Golan. “Esta demanda fue impulsada por parejas que se casaban después de retrasar sus bodas y compromisos durante el coronavirus”, explica.

La tasa de matrimonios en EE UU no ha dejado de disminuir desde finales de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de un crecimiento constante de la población. La cifra de casados ha llegado a su nivel más bajo en los últimos veinte años, según datos del Centro de Control de Enfermedades. 2020, el año de la pandemia, fue el año con menos bodas, donde solo el 0,60% de la población estadounidense decidió darse el sí quiero. Y aunque la tasa nupcial regresó a números más estables por la salida de la crisis sanitaria, cada año los estadounidenses se casan menos.

Mientras tanto, España ha mantenido desde los años sesenta una de las tasas de matrimonios más bajas en todo el mundo, por debajo de la media europea, según Eurostat.

Paul Ziminsky, otro analista especializado en estas piedras, piensa que la caída global de los precios del diamante tiene menos que ver con el exceso de oferta impulsado por la producción del diamante sintético y más que ver con la explosión de ventas que observaron post-pandemia. “Le va bien a los diamantes en tiempos de angustia emocional” ha destacado. Los precios se dispararon en 2021 y 2022 porque la gente tenía más dinero para caprichos y compras de lujo, apunta.

Es probable que los precios de la piedra se estabilizarán a lo largo de la temporada navideña, donde generalmente surge una demanda más elevada, aunque señalan que el 12% de la demanda global llega a través de compromisos, según estimaciones de Tenoris.

Tendencias globales

El auge del diamante sintético ha contribuido a un leve descenso en la compraventa de diamantes naturales en los últimos años, pero los expertos no prevén que reemplace en prestigio a la piedra natural en Asia, donde se sitúan tres de los cuatro grandes mercados de joyas. El consumo de estos accesorios tanto en India como en China supone el doble de la demanda total que los países de Norteamérica, según Refinitiv. Las temporadas de festivos clave en ambos países, como el Año Nuevo Chino o el Diwali en India, suelen venir acompañadas de una subida en las compras.

Con este empuje, se prevé que el tamaño del mercado de diamantes sintéticos siga creciendo en los próximos cinco años, con una tasa de avance anual compuesta que ronda el 7,50%, según análisis de Mordor Intelligence.

En los últimos años, minoristas en el mercado como Pandora han cambiado su oferta exclusivamente a diamantes cultivados en laboratorio. La firma de joyeros daneses se ha especializado en el mercado de masas y en 2021 decidió ofrecer modelos con diamantes sintéticos en sus tiendas norteamericanas.

Johan Melchior, vicepresidente de relaciones públicas de esta empresa, explica que la decisión fue impulsada por una prueba exitosa en el Reino Unido, y que, aunque representa el 1% de sus ventas, prevén que el mercado crecerá. Los joyeros también quieren que el producto no se vincule en exclusiva con los compromisos matrimoniales e impulsar la compra de diamantes en toda ocasión: Navidad, Día de la Madre o San Valentín.

Melchior también destaca que el término diamante sintético es engañoso para el consumidor y puede sugerir que el diamante es falso cuando el producto en sí es el mismo y es indistinguible a la piedra minada. “Un diamante es un diamante,” concluyó.

En mercados como los Estados Unidos, que anteponen precio antes de valor, el nuevo diamante fabricado continuará atrayendo parejas que buscan lo mismo a un coste más económico. En cambio, en mercados que miden valor sobre precio, como la clase adinerada en India y China, el diamante natural sigue siendo el rey. Aunque los consumidores de la piedra cultivada en laboratorio no están en Asia, tres de los productores clave se sitúan en China, para posicionarse como exportadores del diamante sintético.

En Europa, por su parte, los diamantes tienen menos empuje, con una demanda de mercado del 5%, frente al 55% que se registra en Estados Unidos, según Ziminsky. Mientras algunos diamantes naturales han perdido valor, los pequeños de alta calidad, como los que ofrecen joyerías reconocidas como Tiffany & Co. y Cartier, siguen triunfando en el mercado global, destaca Ziminsky. A pesar de las condiciones socioeconómicas, estas compañías atienden a la clase más adinerada y están menos expuestos a la volatilidad del mercado. Consultadas por la situación en España, dos de las firmas más representativas del sector, Rabat y Suárez, han declinado participar en este reportaje.

Cambios en los principales actores del mercado

M. Z. V

Liderazgo. El gigante de la industria, De Beers, ha ido perdiendo poco a poco su hegemonía como el productor más importante de los diamantes. El monopolio que mantuvo durante más de un siglo se ha reducido debido a la llegada del Kimberley Process en 2003, un proceso regulatorio de las Naciones Unidas con el objetivo de prevenir el tráfico de los conocidos como diamantes de sangre. Aquellos extraídos en zonas de guerra y bajo condiciones laborales casi inhumanas. 

Competencia. El panorama del sector también ha cambiado con el aterrizaje de nuevos competidores, como el minero y productor Alrosa, que desde 2021 lidera el mercado con una cuota de casi el 28%, según el Kimberley Process, frente al 27,5% que representa De Beers.

Sanciones. La guerra en Ucrania también ha metido presión a la cadena de suministro de los diamantes naturales, debido a las sanciones a Rusia, uno de los actores principales del mercado.   

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