El coste de la vida es la mayor preocupación de los jóvenes

El 39% de los mileniales españoles y casi la mitad de los integrantes de la generación Z se sienten estresados o ansiosos la mayor parte del tiempo debido a las preocupaciones socioeconómicas

xavierarnau (Getty Images)

Los mileniales, aquellos nacidos entre 1982 y los últimos años del siglo, y los miembros de la posterior generación Z, también llamados centeniales, empiezan a ver ciertos cambios positivos en el mundo que les rodea, pero aún siguen preocupados por su futuro, tras varios años en los que han vivido desde una pandemia al estallido de una guerra en Europa, que ha traído consigo incertidumbre económica y un aumento de la inflación. Así se desprende de las respuestas que 22.000 jóvenes de 44 países han dado para la elaboración del Global 2023 Genz Z & Millennial Survey, publicado por Deloitte.

El mayor motivo de preocupación para ambas generaciones a nivel global es el coste de la vida. En concreto en España, este factor fue el primero señalado por el 45% de los mileniales y el 35% de los centeniales. De hecho, esta generación de españoles afirmó tener miedo de seguir viviendo “mes a mes” y no poder cubrir todos sus gastos.

Los dos grupos etarios no coinciden a la hora de apuntar las siguientes preocupaciones de su lista. Para los que nacieron antes, la segunda es el cambio climático, seguido del desempleo. Los más jóvenes señalan las mismas, pero cambiando las posiciones. En la cuarta sí coinciden, aunque con un matiz. Los mileniales señalan la salud y la prevención de enfermedades, mientras los de la generación Z apuntan a la salud mental. Convienen también en que el crimen y la seguridad personal ocupa el quinto puesto.

Belén Trincado Aznar

“Las respuestas de los jóvenes españoles están muy alineadas con las del resto de los países participantes. Las preocupaciones e inquietudes son muy similares. Aunque podemos destacar que en nuestro país la generación zeta muestra más preocupación por el desempleo y la salud mental”, asegura Rocío Abella, socia de consultoría de human capital en Deloitte.

A este respecto, Ángeles Rubio, profesora de Economía de la empresa en la Universidad Rey Juan Carlos y coautora del libro Generations Z in Europe, añade que en los estudios llevados a cabo desde la Universidad de Saarland, en Alemania, sobre los centeniales “lamentablemente aquello que diferencia a esta generación en España respecto a su entorno es el desempleo y la precariedad laboral, por lo constituye su principal preocupación”.

La falta de recursos que lamentan ambos grupos etarios provoca a su vez que la salud mental de los jóvenes se resienta. El 46% de los centeniales y el 39% de los mileniales españoles dicen sentirse estresados o ansiosos la mayor parte del tiempo, principalmente debido a las preocupaciones socieconómicas, según el informe de Deloitte. Viven con una incertidumbre que afecta a su capacidad de planificar su futuro y la mayoría de ellos dice que será difícil o imposibles comprar una casa o formar una familia en los próximos 12 meses.

De dificultades económicas tienen más experiencia los mileniales, que ya vivieron las consecuencias de la gran crisis de 2008 cuando estaban incorporándose al mundo laboral. “Es cierto que puede llegar a detectarse más cansancio por los diferentes momentos que hemos vivido como sociedad, pero no necesariamente creemos que se atribuye más a las nuevas generaciones que a otras. Incluso, es posible que estén más preparadas para los cambios que las anteriores”, afirma Abella. Rubio añade que se puede percibir dicha sensación en una generación “que ha sufrido un varapalo en cuanto a expectativas forjadas y unas crisis que eran inimaginables, pero también se ha ido haciendo más resiliente”.

Las crisis no son lo han dado al traste con expectativas familiares, también con las vocacionales, defiende Rubio. “Se dice que solo trabajan por dinero y que no creen en la estabilidad, que valoran la flexibilidad en el trabajo antes que el salario, pero las organizaciones tal vez no han sido tan ágiles a la hora de adaptarse al nuevo perfil profesional”, sostiene la también doctora en Ciencias Políticas y Sociología.

Precisamente la flexibilidad para conciliar vida familiar y trabajo es fundamental a la hora de elegir un trabajo, señalan los jóvenes encuestados por la consultora. “Estos grupos etarios valoran algunos temas que antes no se tenían en cuenta. Es cierto que le dan mucha relevancia a la compensación, pero en muchos casos destacan que prefieren trabajar en una empresa que tenga impacto social o que tenga en cuenta sus necesidades de flexibilidad y conciliación”, explica Abella.

En la misma línea se manifiesta Rubio que asegura que a pesar del alto porcentaje de paro juvenil que se registra en España, casi el 30%, los centeniales pueden permitirse rechazar un empleo si no se ajusta a las condiciones que buscan porque son una generación en la que ambos progenitores suelen trabajar y los abuelos contribuyen a su bienestar. “También se lo permiten porque la rotación laboral es muy alta, hay empresas que gestionan los recursos humanos a base de contratos de menos de tres meses, incluso despidiendo en el periodo de prueba. Esto destroza la ilusión y las expectativas de varias generaciones y lleva a la juventud a emplear el paro para descansar del estrés, y luego poder conseguir otro trabajo en condiciones similares”, asegura Rubio. La profesora añade que dichas condiciones llevan a los jóvenes a preocuparse más de sus intereses personales que de coger cualquier empleo, “porque los salarios y la temporalidad no creen que merezca tal sacrificio, y esta última palabra tampoco está en su vocabulario”.

Es el mundo laboral donde ambas generaciones de españoles están empezando a ver ciertos cambios positivos, especialmente después de la pandemia. Reconocen “los avances” de los empleadores para permitir horarios más flexibles o para dar mejores oportunidades de avance profesional a los empleados a tiempo parcial, pero consideran que todavía queda trabajo por hacer y les preocupa que las medidas llevadas a cabo se detengan por los desafios externos que encaran hoy en día las empresas, como la incertidumbre económica y el impacto de la guerra de Ucrania. “Actualmente la preocupación de las organizaciones está en entender cada vez mejor cómo se comportan y qué buscan estas generaciones, que vienen con ideas renovadas. La tecnología, la digitalización, la globalización y los fenómenos sociales nos han hecho ver y vivir con una visión más amplia. Es por ello que las compañías, como marcas empleadoras, tienen que trabajar en una propuesta de valor adaptada, no solo a las nuevas generaciones, sino a todas ellas por igual”, sostiene Abella.

Una alternativa para no depender de un jefe que imponga los horarios puede ser emprender. Pero esta aventura empresarial no se puede llevar a cabo “si no están solventados antes problemas como la salud mental, la posibilidad de independizarse o los trabajos precarios”, asegura Tomas Güell, presidente del lobby juvenil Lideremos. Esta organización echó a andar hace un año y medio en Cataluña como “una plataforma transversal para fomentar el talento y el emprendimiento” de los jóvenes, ya que sus impulsores veían que no tenían un espacio donde poder “conocer a líderes de todo tipo, desde políticos de todos los partidos a empresarios”, y que las nuevas generaciones no tenían la suficiente presencia en el espacio público. Durante este tiempo han llevado a cabo un proceso de escucha, en el que han detectado que la salud mental y los salarios son los temas que más preocupan a sus coetáneos, y preparan para este mes su desembarco en Madrid, para que el lobby se extienda a nivel nacional.

El medio ambiente como factor en la toma de decisiones

M. G.

En el informe de Deloitte se recoge que, a nivel global, seis de cada diez miembros de la generación Z y el 57 de los mileniales se han sentido preocupados por el medioambiente en el último mes. Dicha inquietud influye en su toma de decisiones para reducir su impacto en el planeta.

Vivienda. Un 24% de los centeniales y un 27% de los miembros de la siguiente generación ya han tomado medidas para hacer que sus hogares sean más eficientes en materia de energía.

Moda. El 33% de los jóvenes de la generación Z y el 37% de los mileniales han dejado de comprar ropa en tiendas de fast fashion.

Familia. El 19% de la generación Z tiene menos hijos o ninguno, un porcentaje que sube hasta el 26% en el siguiente grupo de edad.

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